EXTRA?O SER:

?l, era un pr?ncipe, convertido en absurdo hombre de físico desfigurado, su pasado hubiera sido la pesadilla de cualquier ser humano y habría hecho de cualquier persona, el ser mas mezquino y olvidado de aquel mundo que nunca se mereci? vivir, tras las vejaciones vividas en el pasado, dormitaba en las cloacas de aquella villa sin nombre, c**o queriendo ocultar su exterior de miradas compasivas, recorr?a las calles de noche, pues tras el ocaso era feliz entre sus tinieblas, cada madrugada se encaminaba, para desde su esquina lejana, ver despertar a la princesa de aquella villa y corte, que no era otra que la mujer de sus pesadillas, pues el debía de conformarse con soñarla, pues nunca ella se fijar?a en aquel ser de mirada extraña y deforme cuerpo, veía pasar las horas hasta ver aparecer a aquella mujer de piel fina c**o la seda, ojos que recordaban al oleaje de un mar embravecido, silueta que defin?a la sensualidad, que de ella se emanaba, pelo rubio c**o ese amanecer de claridad espontúnea.
Cada madrugada, hacia ese mismo ritual, para después llorar en su guarida, por no poder tener a esa mujer entre sus brazos.
Una de tantas mañanas, él se refugiaba en aquella esquina, para verla despertar y enamorar la mañana, pero todo cambió......
Al llegar a aquel saliente, hubo de darse de bruces con ese ser, del que estaba enamorado, y aunque la mañana solo se desperezaba en el horizonte, hubo dos estrellas reflejadas en los ojos de aquella amante de madrugadas compartidas.
Se limpiaba el polvo de aquella ca?da, entre las miradas de repulsa ante el ser que ella tenia enfrente, y le resultaba tan grotesco a su mirada, y con una disculpa se perdi? entre las calles de aquella ciudad sin nombre.
Tras pasar varios días, después de aquel encontronazo, le casualidad hizo que ella, le observase desde la distancia, pues unos niños se mofaban de aquel aspecto de ogro y una sensaci?n extraña le recorri? el cuerpo, nunca pensá que podría ser el principio de un amor, eternamente imposible.
Ella, fue al rescate de aquella injusta situaci?n, y mostrando una rabia incomprensible, le defendi? ante los ojos de aquella plaza c?ntrica de villa perdida, y miles de miradas se posaron en ella, ante el estupor de aquellos espectadores, tristemente comprensivos.
Recibi? las gracias de aquel ser, antes de desaparecer a la carrera, con su burlesca forma de caminar, y ella corri? tras él con el prop?sito de entender, el porque ese hombre la espiaba cada madrugada, pues ella ya era consciente de aquel matutino seguimiento.
Le vio entrar en una oscura covacha, a las afueras de la ciudad, con la sola compañía de deshechos y olores nauseabundos, y ella se sentú para así, conocerle un poco más.
La noche cubri? con su manto, la luz de aquel sol, que ya se evaporaba entre las horas imposibles de anochecer tard?o, y ella, tras ver que ese hombre no salía de su escondite, puso rumbo a su casa y tras el camino pensaba, c**o saber mas de ese ser, que le amaba en silencio, y con nulas posibilidades de ser correspondido por su parte.
Pasaron días, hasta saber por otras personas, que aquel ogro fue pasto de unos lobos, y que hubo de padecer miles de heridas, algunas de ellas de importancia extrema, y ella sinti? un penar en su corazón, ante la situaci?n vivida porél, tras lo cual esperé al anochecer, para poner rumbo a aquella choza construida entre palos y barro, que solo su hedor, era comparable a cualquier cloaca de las que el, era visitante nocturno en busca de las sobras que los demás arrojaban.
Ella, llego al lado de aquella covacha, y tras abrir la puerta de ese sitio infecto, solo tuvo tiempo de proteger su nariz, ante el hedor que de aquel agujero emanaba, y buscando entre las cosas que se dispersaban en el suelo,tropez? con una especie de cama, fabricada con palos y una ro?da manta, en la que ese ser, se mov?a desesperado, ante el dolor de sus heridas, su espalda era una continua fila de ara?azos sangrantes que le llegaban hasta las finalidades de su torso, y sus piernas, o mejor dicho su única pierna sana, le era un mar de dolor, pues en su huida, hubo de tropezar con una trampa para osos, la cual le termin? de hacer, aun más desgraciado de lo que era.
Con lágrimas en los ojos, ella se precipito hacia el exterior de aquella choza y quiso poner en claro, las cosas que había visto en los minutos anteriores, sin encontrarle explicación a sus lagrimas.
Se encamin? a un arroyo cercano, para buscar algo de agua y así, intentar limpiar aquellas heridas, de ese ser que a ella le enternec?a, sin explicación aparente, y agarro? prestado? de una cuerda cercana un trozo de tela con el que enjuagar sus heridas.
P así horas limpiando las heridas de aquella bestia, con reminiscencias humanas y ante los gritos de dolor deél, sus manos acariciaban su pelo c**o queriendo dar calor a un ser que nunca recibió eso c**o tal.
La noche se evapor? y una luz entraba por el único resquicio en forma de ventana que esa choza tenia, c**o anunciando que ella, pasó la noche, acariciando las heridas, que se cicatrizaban al un?sono.
El transcurso de los días, tuvo c**o recompensa el devolver la consciencia a aquel hombre, que tras abrir los ojos y ver a la mujer que amaba a los pies de su cama, hubo de llorar amargamente, por lo ef?mero de su suerte, pues sabia que cuando él se encontrase en perfecto estado, ese sueño se volvería en su pesadilla, tristemente cotidiana para si mismo.
Ese día, llegó una mañana de tenue lluvia, la cual le evadi? de ese problema de saberse solo en unas pocas horas.
Ella, apareció con aquella enamoradiza sonrisa, y tras observar que aquel ser se hubo curado de sus heridas, le entreg? un papel escrito con lágrimas, c**o las que le acompañaron a ella en su despedida, despedida ef?mera pues ech? a correr entre las brumas de aquel bosque que le cobijaba a él de miradas y actos burlescos c**o su apariencia.
En aquel escrito, se entregaban los sueños de una muchacha, que se enamor? de aquel ser, pero ante la imposibilidad de darle el cariño que merec?a, prefer?a desaparecer de aquella villa y buscar el amor, en otro territorio inh?spito para un belleza c**o de la que ella, era poseedora.
?l, gritú de rabia y furia, tras lo cual, puso camino a aquella villa que temía,
y al llegar a las inmediaciones de la casa de aquella mujer que amaba, recapacitú de lo que quería hacer y acerc?ndose a la puerta, llam? apresuradamente, con la callada por respuesta y tras unos segundos sentado a las puertas de su ?cielo? , la vio acercarse temblorosa y con el miedo en su cuerpo, se miraron con los labios aun sellados por el miedo de ambos.
Unas lagrimas afloraron de las cuencas de los ojos de aquel ser monstruoso, y ella al ver su reacci?n, se sentú a su lado, con voz pausada le contó lo que ella empez? a almacenar con el paso de los días que le tuvo a su cuidado, le observaba entre espasmos, c**o ese ser desfigurado, tenia oculto un corazón hermoso, entre delirios por la fiebre y entre sueños, le escuch? hablar de ella, de su amor por aquella mujer de caderas cimbreantes, y asombrada denotú c**o ella misma, se hubo de enamorar de ese hombre, pero con el miedo de aquel ogro externo, y prefiri? desaparecer, antes de hacerse daño mutuamente, prefer?a huir cobardemente, que afrontar las miradas que a partir de ese día, habría de sufrir, si le daba una oportunidad a ese amor que ya anidaba en ella.
?l, absorto entre las palabras de ella, solo podía acariciar una de sus manos y estrecharla contra su pecho, exclamando ? Sin ti, este corazón no latir?a tan fuerte c**o hoy lo hace!
En el transcurso de aquellas horas de charla, vieron juntos c**o el anochecer les envolvía, y ella, abriendo las puertas de su casa, le ofreci? entrar, a lo queél, sin emitir sonido alguno, se adentro en aquel refugio y tras cerrar las puertas, vieron c**o las estrellas fueron c?mplices de aquella, su primera noche de amor juntos, madrugada que solo fue el inicio de una historia de amor,,, y recordad,
?Tras un ogro de piel oscura, siempre habrá un gui?o
para ver el maravilloso interior, que en él se esconde!