Pata de puerco al sueñito de las tres


Porciones / número de personas:
Tiempo de Preparación:
Tiempo de cocción:
Categoría: Especialidades internacionales
Dificultad: Fácil

Introducción:

Cocina cubana

Ingredientes:

Cuatro patas de cerdo
Aceite
Vinagre
Vino tinto
Cerveza
Cebolla
Pimentón dulce
"Picante casero"
Tomates verdes
Puré de tomates
Nuez moscada


Instrucciones:


El Guajiro de El Crucero (autor)

Cualquiera sabe que nosotros del puerco aprovechamos hasta el grito, y eso hasta tiene su cosa porque con la chilladera no se podrá hacer un plato, pero sí darle sana envidia a cuanto vecino avaro tengamos que cuando mató, ni una flaca costillita nos trajo para el potaje.

Casi todos los guajiros que conozco, guardan las paticas del puerco para un colora’o, un garbanzo o algo por el estilo. Eso está bien, pero si tú quieres gozar de lo lindo con las patas, métele a esta receta en la costura pa’ que tú veas.

Primero, hay que picar la pata del animal más arriba de la coyuntura, cogiéndole parte del lacón. Luego agarras las cuatro piezas y las metes en un caldero con agua y un poco de sal. Después que hiervan por una hora, prueba a pinchar las patas con un tenedor a ver si están blandas, que lo dudo, si es puerco viejo; pero si las patas son de un marranito entra’o en su año, ya deben a esa altura del hervor andar como la mujer de Antonio.

Agarra y sácalas del caldero para una cacharra a que se refresquen, para luego poder deshuesarlas. Cuando estén limpias, encima de un tablón picotéalo todo al desprecio, pellejo, tendones, carne y cartílagos. Pon una cazuela en el fogón con un poquito de aceite y ya caliente tira el picotillo salteándolo por unos minutos. Échale un chorrito de vinagre de fruta bomba, una cebolla morá picada en rodajas, un puntico de pimentón dulce, un chorrito responsable de picante casero, tres o cuatro tomates verdes picados a la jjardinera, un par de cucharadas de puré de tomate y pa’ rematar dos cervezas fuertes al tiempo. A esto lo dejas que haga su fandango a candela lenta, hasta que se empiece a poner gelatinosa la cuestión. En ese punto, rállale encima un tin de nuez moscada y perfuma con un chorrito de vino tinto. Bájalo del fuego y pa’ la mesa.

Si después de ese almuerzo, tú no caes como un pollo en la cama hasta las tres de la tarde, yo me quito el nombre. Ah, eso va con su arrocito blanco, su fritura de maíz y un potaje de frijoles negros dormidos. Oye, eso es analgésico y medicinal, te lo dice el Guajiro.


Fuente: https://www.lajiribilla.cu/2005/n231_1
Enviada por el_gallego (ver más recetas de el_gallego)
Publicada el 16 de noviembre de 2005 a las 22:05
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