Esta quiche tiene por lo menos dos semanas, pero entonces estaba fresca y recién sacada del horno, por eso tiene todavía su molde. Se suponía que iba a ser una tourte (lo correspondiente a un pastel de salmón más o menos) pero me di cuenta que solo tenía una base de hojaldre y la transformé en un plis plas.
La próxima vez no le pongo ni el huevo, ni la leche, no le hacia falta.
Ingredientes
1 base de hojaldre redonda (o cuadrada si se hace en un molde cuadrado)
2 lomos de salmón
1 bandejita de champiñones laminados
1 poquito de aceite
1 poco de eneldo
300 ml. de nata para cocinar
1/2 vaso de vino blanco
Sal
Pimienta
1 huevo
1 poco de leche
Poner un poco de aceite en una sartén a fuego fuerte y echarle de golpe los champiñones lavados, bajar el fuego a 5 y dejar fundir.
En otra sartén poner un poquito de aceite a fuego fuerte y cuando está muy caliente meter el salmón del lado de la piel unos 2 minutos, sacar los lomos y tirar de su piel. De esta forma viene de golpe y no hace falta un cuchillo afilado. Bajar un poco el fuego de la sartén grande y meter juntos, los champis, el salmón, eneldo, sal y pimienta. Dejar que despacito el salmón se vaya haciendo y separar los lomos con la cuchara (yo separo cada lomo en 4 partes). Subir el fuego al máximo y verter el vino. Cuando este casi consumido añadir la nata líquida sin bajar el fuego para que hierva y se espese. Apagar el fuego y esperar a que enfríe.
Mientras enfría, colocar la base de hojaldre en el molde de tarta y pincharla para que no suba. Batir el huevo con una poquita leche y mezclarla con la mezcla de salmón y champiñones. Encender el horno a 180ºC. Echar la mezcla al molde y al horno hasta que este dorado (si se quiere se puede poner un poco de queso rallado, yo no tenía y no lo eche en falta).
Et voilà.
Espero que os guste.
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