A ver si consigo por fin poner las fotos de los maravillosos regalos de mi más maravillosa todavía amiga invisible.
Ésta es la cajota cerrada. Es preciosísima. Querida Fumarola, ya la tengo con mis bufandas, guantes y fulares en el armario. Queda genial.
Las cositas todas colocadas. Los papeles muy acertados y los adornos lindísimos. Qué presentación.
Cuidado hasta el más mínimo detalle. Ésta era la pinza que sujetaba su tarjeta. Está hecha con plumas de pájaro y pintada. A los niños les gustó muchísimo. Pero es mííía. Además, quedándomela yo ya no se pelean.
Los peques con sus regalos. El pobre Luis estaba con gastroduodenitis (ni siquiera había oído que existiera algo así) y muy pocho. Me hizo ilusión verle feliz por primera vez en el día.
Éste fue el regalo de Diego, un Lego indicado para su edad.
Y éste el de Luis. Cinco minutos más tarde de la foto, lo montamos juntos. Bueno, él lo montó mientras yo le sujetaba las instrucciones, para ser justos.
Unos cortapastas con formas navideñas que estrenaremos en breve los tres juntitos.
Unos boles de desayuno.
Los niños con un paquete enorme que contenía...
Un expendedor de cereales.
El último paquete tenía...
Una bandeja giratoria para las tartas, que me será muy útil para las presentaciones y para irle dando vueltas a lo que esté decorando.
Y, para terminar, todo junto. Gracias de nuevo, Fumarola.