A ti Maruja, cariñosamente, tiernamente, respetuosamente.
En esta sociedad que es cruda y dura, muy dada en hacer de cualquier cosa una burla, al gracioso de turno se le ocurrió un día llamar Maruja a la no activa ama de casa.
Tiene guasa la cosa que cuando rellenamos cualquier impreso y ponemos como profesión ama de casa tengamos que aguantar la mirada displicente del triste empleado que te atiende en una ventanilla.
Permítame que emborrone unas cuartillas para intentar decirle a quien quiera leerlas lo que se esconde detrás de esas palabras: ama de casa.
Mi estilo es pobre; soy igual que tú, aprendiza de mucho y maestra de nada.
Ejerzo como tú de educadora, cocinera, enfermera, economista, niñera, limpiadora, hago portes, amaino temporales y a veces templo gaitas.
Trabajo de modista, electricista, fontanero, pintor y aunque en muy pequeño escala, también soy amante, confidente, equilibrista y últimamente un poco ecologista.
Querida Maruja, une tu grito al mío. No pedimos limosna solo justicia.
A ti Maruja, cariñosamente, tiernamente, respetuosamente... data-ad-format="auto" data-full-width-responsive="true">