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por ojosverdes » Lun 14 Dic 2009 01:48
EL NUEVO YERNO
Un muchacho, tocó a la puerta de la casa de su novia. Tuvo el tino de abrir el padre de la muchacha
- ¿Qué desea, joven?
- Pues, verá, vengo a hablar con usted.
- Bueno, pues, pase joven, vayamos a la sala y ahí me dice de qué quiere hablar conmigo.
¿Y bien?
El joven, todo decisión, respondió:
- Mire usted, vengo a comunicarle que a su hija y a mí nos gustaría compartir nuestras vidas, nos queremos casar.
El señor sonrió.
- Pues está muy bien eso de que se casen, pero cuénteme, muchacho, ¿ya cuenta con un salario digno para poder sustentar a mi hija y los hijos que vengan?
El joven, con todo el aplomo del mundo, contestó:
- Mire, aunque soy Ingeniero titulado, no gano mucho. Sin embargo, su hija me ha comunicado lo que ganan su distinguida esposa y usted. Por lo cual, confío en tener una pequeña ayuda de ustedes para poder pagar el teléfono, el agua, la luz y el supermercado.
Un poco sorprendido por la respuesta, el padre, dijo:
- Bueno, ¿y pensáis comprar piso, casa o preferis alquilar?
El joven, con mirada inocente, contestó:
- Si antes le pedí una pequeña ayuda para poder ir viviendo, hemos pensado que, como esta casa es muy grande y pueden vivir perfectamente dos matrimonios, no es necesario comprar o alquilar piso o casa. Deseamos vivir en esta casa con ustedes.
El señor, desconcertado por la actitud del muchacho, continuó con el interrogatorio:
- Díme, ¿tienes coche?
El joven, sonriendo, respondió:
- Mire no, no tengo coche porque he estado pensando que si usted tiene tres, para qué vamos a comprar uno más. Nos deja el que les sobra y así no es necesario adquirir otro.
En ese instante, entró en la sala la madre de la novia, quien, mirando primero al joven y luego a su marido, preguntó cordialmente:
- ¿Se puede saber quién es?
El esposo respondió:
- Querida mía, quiero presentarte al Señor Arbitro, que pretende ser el futuro marido de nuestra hija.
El joven, desconcertado y molesto, inquirió:
- Oiga, ¿por qué me llama Señor Arbitro?
A lo que el suegro contestó:
-Y bueno, grandísimo mamón, ¿cómo demonios quieres que te llame si hasta ahora lo único que vas a poner en esta casa es el pito?