Chiste
Publicado: 16 Nov 2004 13:54
Injusticias de la vida...
Un tipo cuidaba mucho de su cuerpo. Era completamente narcisista, corr?a 10 kms. por día, iba con frecuencia al estilista y tomaba mucho sol. Una mañana se paré desnudo frente al espejo para admirar su cuerpo, y notú que estaba todo bronceado a excepci?n de su pe...
Entonces decidi? hacer algo al respecto. Fue a la playa, se desvisti? completamente y se cubri? todo de arena, excepto el pe..., que quedé a ras de piso.
Un rato más tarde, dos ancianitas ven?an caminando por la playa, una de ellas usaba bastón para ayudarse a caminar. Al ver esta cosa saliendo de la arena, la que tenía el bastón comenz? a darle vueltas alrededor observ?ndolo. Cuando se dio cuenta de lo que era, dijo: - "No hay justicia en el mundo"
La otra ancianita, que tambiénobservaba con curiosidad, le preguntó a qué se refer?a. La del bastón contestú:
- "Mire, mija. Eso, a los 20, me daba curiosidad; a los 30, me daba placer; a los 40, tenía que pedirlo; a los 50, tenía que pagarlo; a los 60, rezaba porél; a los 70 me olvidé que existía.
Ahora que tengo 80, crecen en el suelo, y ya estoy muy vieja para agacharme"

Un tipo cuidaba mucho de su cuerpo. Era completamente narcisista, corr?a 10 kms. por día, iba con frecuencia al estilista y tomaba mucho sol. Una mañana se paré desnudo frente al espejo para admirar su cuerpo, y notú que estaba todo bronceado a excepci?n de su pe...
Entonces decidi? hacer algo al respecto. Fue a la playa, se desvisti? completamente y se cubri? todo de arena, excepto el pe..., que quedé a ras de piso.
Un rato más tarde, dos ancianitas ven?an caminando por la playa, una de ellas usaba bastón para ayudarse a caminar. Al ver esta cosa saliendo de la arena, la que tenía el bastón comenz? a darle vueltas alrededor observ?ndolo. Cuando se dio cuenta de lo que era, dijo: - "No hay justicia en el mundo"
La otra ancianita, que tambiénobservaba con curiosidad, le preguntó a qué se refer?a. La del bastón contestú:
- "Mire, mija. Eso, a los 20, me daba curiosidad; a los 30, me daba placer; a los 40, tenía que pedirlo; a los 50, tenía que pagarlo; a los 60, rezaba porél; a los 70 me olvidé que existía.
Ahora que tengo 80, crecen en el suelo, y ya estoy muy vieja para agacharme"

