RELATOS INQUIETANTES
Publicado: 19 May 2004 18:38
Cierto señor que iba pasajero a bordo de un avión de bastante largo
recorrido, de pronto sinti? la llamada de la naturaleza y se vio en la
precisi?n ineludible de acudir al baño más próximo sopena de provocar una
situaci?n de consecuencias difícilmente predecibles en el pasillo del
pasaje.
Pero, al llegar a la minipuerta del miniservicio de caballeros se encontré
con la preocupante noticia de que el mismo había sufrido una avería y
estaba inservible. Alarmado, avisó a las amables azafatas, las cuales, a la
vista del color que iba tomando el rostro del pasajero y los sudores que
iban perlando su frente,, le ofrecieron la posibilidad de usar el destinado
al público femenino, lo cual el agradeci? sobremanera.
"No obstante" le indic? la azafata, "recuerde que no debe pulsar los
botones que se encuentran junto al asiento y que están rotulados
A.C., A.S., T.P. y por último E.A.T."
El sufrido pasajero prometió no tocar nada y pasó adentro.
Minutos más tarde, una vez que se habían desarrollado los acontecimientos
propios de tales ocasiones, y notablemente mejorado su ?nimo, repar? en los
botones que le había indicado la azafata y record? la prohibici?n de
usarlos. Pero, ?ay! ya se sabe que, c**o demostrado en el caso de Eva con
la dichosa manzana, la curiosidad es una cualidad humana desde los tiempos
de Maricastaña y no exclusivamente femenina, así que nuestro hombre no pudo
resistirse a pulsar el primero de los botones, A.C. "Sólo pulsar? uno",
pensá, "Total, tampoco será c**o para tanto".
Efectivamente puls? el botón de A.C. sentado aún en el trono reservado para
las f?minas y un suave chorro de agua caliente procedente de unos orificios
estratúgicamente situados para llegar a las zonas más adecuadas, le produjo
una suave y reconfortante sensaci?n. "Caramba", pensá,"Qué nivel, cómo
cuidan en esta línea a los pasajeros. Si este es el primer botón, ¿qué
vendr? luego?". Ya irresistiblemente movido por una atracci?n fatal, puls?
el segundo botón, A.S. y de los mismos orificios surgi? una suave bocanada
de aire caliente destinada a secar las zonas anteriormente remojadas por el
primer botón. "j***r", exclam? nuestro usuario,"¿Esto será tambiénpara los
hombres o sólo reservado a las mujeresí.
Lógicamente la consecuencia fue la pulsaci?n del tercer botón T.P. y una
discreta cantidad de talco perfumado, suaviz? las parte correspondiente y
afectadas por el alivio de madre natura.
"Esto sí que es viajar" decía extasiado el diarreico. "El último botón
tiene que ser la h.....".
El destino irreversible, cruel y caprichoso, no evitú que nuestro h?roe
pulsara el último botón, E.A.T.
Lo siguiente que ocurrió fue que nuestro hombre se despertú en la cama del
hospital.
¿Qué ha ocurrido?", preguntó ¿Se ha estrellado el avión?. No recuerdo
nada".
Una enfermera que le atendía le contestú: "No, no se ha estrellado el
avión. Lo que ha ocurrido es que estaba Vd. usando el servicio de señoras y
puls? el botón E.A.T. que significa "Extracci?n automótica de tampones. Ah,
por cierto, su pene está debajo de la almohada".

recorrido, de pronto sinti? la llamada de la naturaleza y se vio en la
precisi?n ineludible de acudir al baño más próximo sopena de provocar una
situaci?n de consecuencias difícilmente predecibles en el pasillo del
pasaje.
Pero, al llegar a la minipuerta del miniservicio de caballeros se encontré
con la preocupante noticia de que el mismo había sufrido una avería y
estaba inservible. Alarmado, avisó a las amables azafatas, las cuales, a la
vista del color que iba tomando el rostro del pasajero y los sudores que
iban perlando su frente,, le ofrecieron la posibilidad de usar el destinado
al público femenino, lo cual el agradeci? sobremanera.
"No obstante" le indic? la azafata, "recuerde que no debe pulsar los
botones que se encuentran junto al asiento y que están rotulados
A.C., A.S., T.P. y por último E.A.T."
El sufrido pasajero prometió no tocar nada y pasó adentro.
Minutos más tarde, una vez que se habían desarrollado los acontecimientos
propios de tales ocasiones, y notablemente mejorado su ?nimo, repar? en los
botones que le había indicado la azafata y record? la prohibici?n de
usarlos. Pero, ?ay! ya se sabe que, c**o demostrado en el caso de Eva con
la dichosa manzana, la curiosidad es una cualidad humana desde los tiempos
de Maricastaña y no exclusivamente femenina, así que nuestro hombre no pudo
resistirse a pulsar el primero de los botones, A.C. "Sólo pulsar? uno",
pensá, "Total, tampoco será c**o para tanto".
Efectivamente puls? el botón de A.C. sentado aún en el trono reservado para
las f?minas y un suave chorro de agua caliente procedente de unos orificios
estratúgicamente situados para llegar a las zonas más adecuadas, le produjo
una suave y reconfortante sensaci?n. "Caramba", pensá,"Qué nivel, cómo
cuidan en esta línea a los pasajeros. Si este es el primer botón, ¿qué
vendr? luego?". Ya irresistiblemente movido por una atracci?n fatal, puls?
el segundo botón, A.S. y de los mismos orificios surgi? una suave bocanada
de aire caliente destinada a secar las zonas anteriormente remojadas por el
primer botón. "j***r", exclam? nuestro usuario,"¿Esto será tambiénpara los
hombres o sólo reservado a las mujeresí.
Lógicamente la consecuencia fue la pulsaci?n del tercer botón T.P. y una
discreta cantidad de talco perfumado, suaviz? las parte correspondiente y
afectadas por el alivio de madre natura.
"Esto sí que es viajar" decía extasiado el diarreico. "El último botón
tiene que ser la h.....".
El destino irreversible, cruel y caprichoso, no evitú que nuestro h?roe
pulsara el último botón, E.A.T.
Lo siguiente que ocurrió fue que nuestro hombre se despertú en la cama del
hospital.
¿Qué ha ocurrido?", preguntó ¿Se ha estrellado el avión?. No recuerdo
nada".
Una enfermera que le atendía le contestú: "No, no se ha estrellado el
avión. Lo que ha ocurrido es que estaba Vd. usando el servicio de señoras y
puls? el botón E.A.T. que significa "Extracci?n automótica de tampones. Ah,
por cierto, su pene está debajo de la almohada".


