Yuca con ajo y relato GM: Monta?a de Lobo
Publicado: 04 Sep 2006 21:03
Monta?a de Lobo
Hechos ocurridos estos días en los que se actía de forma contrar?a a lo que se piensa o al menos a lo que se predica, porque realmente ¿qué piensan los demás? ¿qué pensamos nosotros?élo aceptamosí... ?Realmente tenemos el valor de romper con las norm así
Me trajo a la memoria una historia de hace mucho, mucho tiempo. Una historia de mi infancia que mi madre me contó c**o consuelo de un desengaño infantil. Tengo miedo de no recordarla tal y c**o me la contaron, hace tanto tiempo, fueron tantos los hechos ocurridos desde entonces y tantos los sueños? que quizás todo esto sea uno más.
Mi madre me contó que:
Hab?a una montaña muy grande y verde, pero sobretodo hermosa. Cuando la mirabas desde el aire, te parec?a tan suave y esponjosa?que sentías la necesidad de extender tu mano y acariciarla?querías estar dentro de ella? imaginabas lo arropado que te sentir? así
Ella, estaba cerca de una playa donde la marea iba llevando para abandonar a sus pies, algunas de las cosas que por algún motivo no quería.
Al adentrarte en ella comprobabas que ya no era tan suave c**o desde la lejan?a. Las hojas verdes estaban sujetas a duras ramas, muchas con grandes espinas que podían herirte. Al penetrarla, se manifestaba su vida. Estaba habitada por muchos animales, entre ellos varias manadas de lobos. Todas bien delimitadas, con leyes no escritas muy claras y fijas. Ning?n miembro de las manadas osaba penetrar en el territorio de las otras, a no ser por despiste, lo que podía salirles caro, o porque tuvieran sed de aventuras, lo que podía ser emocionante. Todas siguen las normas: la lucha por el dominio, la elección de los fuertes, el rechazo a los que carecen de las aptitudes necesarias para satisfacer a la manada, el sacrificio por el bien com?n.
Lobo nació en uno de estos clanes que habitan la montaña; los grupos eran numerosos y todos cumpl?an su papel a la perfecci?n, no romp?an las reglas ni se salían de la estricta disciplina impuesta por los individuos dominantes: un gran macho de ocho años que cuidaba y dirig?a a los suyos de forma que todo quedaba supeditado al bien com?n y un hembra, la única a la que se le permite la procreaci?n, el resto servir? de ni?era mientras ella va de caza.
Cuando nacen los cachorros, son atendidos por todos los miembros de la gran familia. Los protegen y los miman, los instan a jugar. De esta suave manera les entrenan para su vida c**o adultos.
Ellos saben desde nada mas nacer que no lo tendrén fácil, sólo el más fuerte obtendré el mejor lugar para amamantarse, pero no deben descuidarse un momento, porque cualquiera puede querer su lugar para alimentarse, han de escoger bien su sitio.
Con los juegos irán probando su fuerza y su valor e irán imponiendo su val?a.
Los adultos les enseñar?n con paciencia y con firmeza las costumbres y de la rapidez en asimilarlas dependerá su supervivencia.
Lobo no consigui? una posici?n cómoda en su grupo, siempre era vencido en los juegos y el bien de la mayoría exig?a que no se le permitiera cazar con el grupo, por lo tanto era de los últimos con derecho a comer y no podía hacerlo en compañía.
Un día decidi? investigar por su cuenta y buscar comida, tenía hambre.
Lleg? hasta la playa y la recorri? buscando, no sabía muy bien el qué, pero buscaba. Finalmente tuvo ?xito y encontré el cad?ver de un animal que las olas habían dejado. No era propio de lobos, ellos no son carro?eros, pero Lobo quiso instaurar su modelos, aquello era comida? el mar se lo había ofrecido?quizás fuera una señal. Comi? y cuando estuvo satisfecho volvi? con la manada, pero esta no le aceptú había roto las normas y en un acto de superioridad, el jefe de la manada le expuls? de forma permanente.
Lobo no lo aceptaba e intentaba una y otra vez su vuelta, hasta que triste y derrotado, aceptú una salida que le ofreci? la manada para que pudiera retirarse con un mínimo de dignidad.
No se dio cuenta de que trasél, una hembra disconforme con su papel de ni?era, decidi? seguirle. Al cabo de un largo trecho, ella se hizo notar y Lobo la salud? para inmediatamente llevarla hasta su tesoro y compartir con ella su comida, cosa que surti? efecto, ella tambiénpensaba que no tenía importancia si ellos lo habían cazado o no, si estaba allí era para su provecho y al comer en compañía, no ser la última de la manada se sinti? renacer y decidi? que nunca ya le abandonar?a.
Durante un tiempo corrieron, jugaron y cazaron juntos hasta que el deseo de formar su propio clan hizo presencia en forma de celo y los dos se aparearon, c**o lo hacen los lobos.
El tiempo les premi? con una hermosa camada de cachorrillos, a los que inmediatamente comenzaron a educar. Les enseñaron c**o a lobos, que sólo el más fuerte tiene el mejor sitio para alimentarse, les enseñar?an con los juegos, la lucha por el dominio, la elección de los fuertes, el rechazo a los que carecen de las aptitudes necesarias para satisfacer a la manada, el sacrificio por el bien com?n, las jerarquñas, en definitiva les enseñar?an el comportamiento de verdaderos lobos.
Mientras sus cachorros luchaban por la supervivencia, Lobo subi? a lo alto de una roca y aull?, su voz inund? todos los rincones de la montaña y dejé un aviso: Una nueva familia, ha establecido su territorio.
Bueno, hacía bastante que no os ponía uno de mis relatos, así que aquí va uno, aunque no es de ahora.
Es un cuento algo más complejo de lo que parecen los centos, así que para compensar una recetas sencilla, muy sencilla?
Yuca con ajo
Yuca
Ajo
Perejil
Limón.
Pelamos y troceamos la yuca en cuartos alargados. Yo la pongo a cocer en la GM en agua con sal menú arroz, sino la ponéis en agua hirviendo hasta que está cocida, unos diez minutos. Cuando está se escurre y la ponemos en una fuente.
Cogemos muchos ajos y los machacamos con piel y luego se la quitamos y los doramos en aceite, cuando están dorados, ponemos el perejil y se echa encima de la yuca y finalmente rociamos con zumo de limón. Está muy buena.

Hechos ocurridos estos días en los que se actía de forma contrar?a a lo que se piensa o al menos a lo que se predica, porque realmente ¿qué piensan los demás? ¿qué pensamos nosotros?élo aceptamosí... ?Realmente tenemos el valor de romper con las norm así
Me trajo a la memoria una historia de hace mucho, mucho tiempo. Una historia de mi infancia que mi madre me contó c**o consuelo de un desengaño infantil. Tengo miedo de no recordarla tal y c**o me la contaron, hace tanto tiempo, fueron tantos los hechos ocurridos desde entonces y tantos los sueños? que quizás todo esto sea uno más.
Mi madre me contó que:
Hab?a una montaña muy grande y verde, pero sobretodo hermosa. Cuando la mirabas desde el aire, te parec?a tan suave y esponjosa?que sentías la necesidad de extender tu mano y acariciarla?querías estar dentro de ella? imaginabas lo arropado que te sentir? así
Ella, estaba cerca de una playa donde la marea iba llevando para abandonar a sus pies, algunas de las cosas que por algún motivo no quería.
Al adentrarte en ella comprobabas que ya no era tan suave c**o desde la lejan?a. Las hojas verdes estaban sujetas a duras ramas, muchas con grandes espinas que podían herirte. Al penetrarla, se manifestaba su vida. Estaba habitada por muchos animales, entre ellos varias manadas de lobos. Todas bien delimitadas, con leyes no escritas muy claras y fijas. Ning?n miembro de las manadas osaba penetrar en el territorio de las otras, a no ser por despiste, lo que podía salirles caro, o porque tuvieran sed de aventuras, lo que podía ser emocionante. Todas siguen las normas: la lucha por el dominio, la elección de los fuertes, el rechazo a los que carecen de las aptitudes necesarias para satisfacer a la manada, el sacrificio por el bien com?n.
Lobo nació en uno de estos clanes que habitan la montaña; los grupos eran numerosos y todos cumpl?an su papel a la perfecci?n, no romp?an las reglas ni se salían de la estricta disciplina impuesta por los individuos dominantes: un gran macho de ocho años que cuidaba y dirig?a a los suyos de forma que todo quedaba supeditado al bien com?n y un hembra, la única a la que se le permite la procreaci?n, el resto servir? de ni?era mientras ella va de caza.
Cuando nacen los cachorros, son atendidos por todos los miembros de la gran familia. Los protegen y los miman, los instan a jugar. De esta suave manera les entrenan para su vida c**o adultos.
Ellos saben desde nada mas nacer que no lo tendrén fácil, sólo el más fuerte obtendré el mejor lugar para amamantarse, pero no deben descuidarse un momento, porque cualquiera puede querer su lugar para alimentarse, han de escoger bien su sitio.
Con los juegos irán probando su fuerza y su valor e irán imponiendo su val?a.
Los adultos les enseñar?n con paciencia y con firmeza las costumbres y de la rapidez en asimilarlas dependerá su supervivencia.
Lobo no consigui? una posici?n cómoda en su grupo, siempre era vencido en los juegos y el bien de la mayoría exig?a que no se le permitiera cazar con el grupo, por lo tanto era de los últimos con derecho a comer y no podía hacerlo en compañía.
Un día decidi? investigar por su cuenta y buscar comida, tenía hambre.
Lleg? hasta la playa y la recorri? buscando, no sabía muy bien el qué, pero buscaba. Finalmente tuvo ?xito y encontré el cad?ver de un animal que las olas habían dejado. No era propio de lobos, ellos no son carro?eros, pero Lobo quiso instaurar su modelos, aquello era comida? el mar se lo había ofrecido?quizás fuera una señal. Comi? y cuando estuvo satisfecho volvi? con la manada, pero esta no le aceptú había roto las normas y en un acto de superioridad, el jefe de la manada le expuls? de forma permanente.
Lobo no lo aceptaba e intentaba una y otra vez su vuelta, hasta que triste y derrotado, aceptú una salida que le ofreci? la manada para que pudiera retirarse con un mínimo de dignidad.
No se dio cuenta de que trasél, una hembra disconforme con su papel de ni?era, decidi? seguirle. Al cabo de un largo trecho, ella se hizo notar y Lobo la salud? para inmediatamente llevarla hasta su tesoro y compartir con ella su comida, cosa que surti? efecto, ella tambiénpensaba que no tenía importancia si ellos lo habían cazado o no, si estaba allí era para su provecho y al comer en compañía, no ser la última de la manada se sinti? renacer y decidi? que nunca ya le abandonar?a.
Durante un tiempo corrieron, jugaron y cazaron juntos hasta que el deseo de formar su propio clan hizo presencia en forma de celo y los dos se aparearon, c**o lo hacen los lobos.
El tiempo les premi? con una hermosa camada de cachorrillos, a los que inmediatamente comenzaron a educar. Les enseñaron c**o a lobos, que sólo el más fuerte tiene el mejor sitio para alimentarse, les enseñar?an con los juegos, la lucha por el dominio, la elección de los fuertes, el rechazo a los que carecen de las aptitudes necesarias para satisfacer a la manada, el sacrificio por el bien com?n, las jerarquñas, en definitiva les enseñar?an el comportamiento de verdaderos lobos.
Mientras sus cachorros luchaban por la supervivencia, Lobo subi? a lo alto de una roca y aull?, su voz inund? todos los rincones de la montaña y dejé un aviso: Una nueva familia, ha establecido su territorio.
Bueno, hacía bastante que no os ponía uno de mis relatos, así que aquí va uno, aunque no es de ahora.
Es un cuento algo más complejo de lo que parecen los centos, así que para compensar una recetas sencilla, muy sencilla?
Yuca con ajo
Yuca
Ajo
Perejil
Limón.
Pelamos y troceamos la yuca en cuartos alargados. Yo la pongo a cocer en la GM en agua con sal menú arroz, sino la ponéis en agua hirviendo hasta que está cocida, unos diez minutos. Cuando está se escurre y la ponemos en una fuente.
Cogemos muchos ajos y los machacamos con piel y luego se la quitamos y los doramos en aceite, cuando están dorados, ponemos el perejil y se echa encima de la yuca y finalmente rociamos con zumo de limón. Está muy buena.
