RECUERDOS DEL 2006
Publicado: 11 Dic 2006 18:33
Chicas, he querido abrir este tema para que todas tengamos un tiempo de reflexi?n. Apenas nos quedan unos días para hacer el recuento de las p?rdidas, las ganancias, los momentos de felicidad, los instantes tristes, las muertes, los nacimientos, las bodas, los divorcios, las separaciones, los adioses, las bienvenidas, apenas unos días para agradecer las nuevas amistades, los viejos amores, las nuevas pasiones.
Yo, en lo más profundo de mi corazón, agradezco a Dios el que me haya permitido ver la luz de cada nuevo día, la salud, el amor, las lágrimas, las sonrisas, agradezco haberos conocido. Agradezco cada uno de los días felices y los días tristes.
He encontrado apenas una carta que escrib? a principios de este año cuando perd? a mi beb?. Os hago una copia porque me parece importante compartir esto con vosotras.
También os invito a conocernos mejor. A conocernos a través de las experiencias de este 2006. Y a renovar juntas la esperanza de un 2007 lleno de salud, de paz y de amor.
Gracias por permitirme haberos conocido. Esta experiencia ha sido una de las mejores de este año.
No me alargo más. Os dejo solamente la carta que he escrito a mi familia y amigos en un momento de crecimiento y, por qué no decirlo, de mucho, pero mucho amor.
Otra vez: gracias,
Flor (he de firmar con mi nombre porque quiero así cerrar este año)
Mainz, mayo trece de dos mil seis.
Querida familia,
quince días. Exactamente el día veinticuatro de abril recib? la noticia, aclaro, absolutamente sorprendente, de mi embarazo. Decid? esperar tres semanas para contórselo a todos... c**o siempre mi boquita y mi emoción me traicionaron: no aguantú las ganas y se lo platiqué el siete de mayo. Nunca había escuchado sus voces tan contentas, tan entusiasmadas. Una de las cosas que más pena me ha dado fue terminar con la ilusión que apenas un día antes les había fomentado. En fin. Puedo decirles que he tenido tiempo para reflexionar. Quién más que mi madre podrá contarles ahora todo lo que juntas extrajimos de este evento.
Quince días. No más. Quince días que cambiaron mi existencia para siempre. Después de ellos tuve veinticuatro horas doloros?simas, las más tristes de mi vida. En serio. Pero puedo asegurarles que la dicha de los días previos lo valieron.
Que qué aprend?, que qué nos deja. Tanto. Fue un tiempo tan lindo, fue un tiempo en que, por primera vez en mi vida, me sentú absolutamente mujer, absolutamente completa, fuerte, valiente. Además me descubr? más enamorada que nunca. Me di cuenta de lo que soy capaz, de mi fe, del gran amor que Dios me tiene, me di cuenta de que no hubiera podido encontrar un mejor hombre para ser mi compa?ero, mi marido, que el que ahora está a mi lado y que era el papá de ese bebecito. También reconoc? en las reacciones de quienes recibieron la noticia un profundo amor, verdadera amistad y entrega.
Alguien me escribió y recordaba que yo alguna vez le había dicho que mi vida estaba carente de tragedias y me decía que ahora me tocaba reflexionar sobre ello. Así lo hice y mi conclusi?n es que tampoco esta situaci?n es una tragedia. Tragedia seráa no tener a mi Dios... que me tomó de la mano todo el tiempo y que a diario me ha dado las dosis de consuelo, de paz y de reflexi?n que he ido necesitando.
Yo no pregunto por qué, no lo hagan tampoco ustedes. Dios permiti? que en mi vientre creciera un beb? por once semanas. Fui feliz. S? que aún no he terminado de llorar la parte que se desgarr? en mí pero tambiéns? que cada una de mis lágrimas es enjugada por manos amorosas. Las manos de aquellos a quienes esta carta está dirigida.
Los amo,
Flor
Yo, en lo más profundo de mi corazón, agradezco a Dios el que me haya permitido ver la luz de cada nuevo día, la salud, el amor, las lágrimas, las sonrisas, agradezco haberos conocido. Agradezco cada uno de los días felices y los días tristes.
He encontrado apenas una carta que escrib? a principios de este año cuando perd? a mi beb?. Os hago una copia porque me parece importante compartir esto con vosotras.
También os invito a conocernos mejor. A conocernos a través de las experiencias de este 2006. Y a renovar juntas la esperanza de un 2007 lleno de salud, de paz y de amor.
Gracias por permitirme haberos conocido. Esta experiencia ha sido una de las mejores de este año.
No me alargo más. Os dejo solamente la carta que he escrito a mi familia y amigos en un momento de crecimiento y, por qué no decirlo, de mucho, pero mucho amor.
Otra vez: gracias,
Flor (he de firmar con mi nombre porque quiero así cerrar este año)
Mainz, mayo trece de dos mil seis.
Querida familia,
quince días. Exactamente el día veinticuatro de abril recib? la noticia, aclaro, absolutamente sorprendente, de mi embarazo. Decid? esperar tres semanas para contórselo a todos... c**o siempre mi boquita y mi emoción me traicionaron: no aguantú las ganas y se lo platiqué el siete de mayo. Nunca había escuchado sus voces tan contentas, tan entusiasmadas. Una de las cosas que más pena me ha dado fue terminar con la ilusión que apenas un día antes les había fomentado. En fin. Puedo decirles que he tenido tiempo para reflexionar. Quién más que mi madre podrá contarles ahora todo lo que juntas extrajimos de este evento.
Quince días. No más. Quince días que cambiaron mi existencia para siempre. Después de ellos tuve veinticuatro horas doloros?simas, las más tristes de mi vida. En serio. Pero puedo asegurarles que la dicha de los días previos lo valieron.
Que qué aprend?, que qué nos deja. Tanto. Fue un tiempo tan lindo, fue un tiempo en que, por primera vez en mi vida, me sentú absolutamente mujer, absolutamente completa, fuerte, valiente. Además me descubr? más enamorada que nunca. Me di cuenta de lo que soy capaz, de mi fe, del gran amor que Dios me tiene, me di cuenta de que no hubiera podido encontrar un mejor hombre para ser mi compa?ero, mi marido, que el que ahora está a mi lado y que era el papá de ese bebecito. También reconoc? en las reacciones de quienes recibieron la noticia un profundo amor, verdadera amistad y entrega.
Alguien me escribió y recordaba que yo alguna vez le había dicho que mi vida estaba carente de tragedias y me decía que ahora me tocaba reflexionar sobre ello. Así lo hice y mi conclusi?n es que tampoco esta situaci?n es una tragedia. Tragedia seráa no tener a mi Dios... que me tomó de la mano todo el tiempo y que a diario me ha dado las dosis de consuelo, de paz y de reflexi?n que he ido necesitando.
Yo no pregunto por qué, no lo hagan tampoco ustedes. Dios permiti? que en mi vientre creciera un beb? por once semanas. Fui feliz. S? que aún no he terminado de llorar la parte que se desgarr? en mí pero tambiéns? que cada una de mis lágrimas es enjugada por manos amorosas. Las manos de aquellos a quienes esta carta está dirigida.
Los amo,
Flor