Lactancia artificial
Publicado: 07 Jun 2008 20:38
Es un artúculo que me han enviado por correo. Quiz? os interese:
Lactancia Artificial
Dr. Ignacio de Arana
Biograf?a del Dr. José Ignacio de Arana Amurrio
Doctor en Medicina por la Universidad Complutense de Madrid. Profesor de Pediatr?a en la Facultad de Medicina de la misma Universidad. M?dico Puericultor del Estado. Técnico Superior de Salud P?blica de la Comunidad de Madrid. Ejerce c**o Pediatra desde hace 35 años en el Hospital General Universitario ?Gregorio Mara??n?. Miembro de N?mero de la Asociaci?n Española de M?dicos Escritores y Artistas. Autor de veinticinco libros, entre los que se cuentan La salud de tu hijo, todas la respuestas y Diga treinta y tres, anecdotario médico, y de más de 500 artúculos en prensa sobre temas médicos y human?sticos. Ha recibido numerosos premios nacionales de narrativa. Ha pronunciado un centenar de conferencias y es colaborador habitual de medios escritos y radiofúnicos en toda España.
La alimentaci?n del beb? con leches "artificiales", todas ellas derivadas de la de vaca, debería ser siempre una indicaci?n del pediatra y no una iniciativa propia de la madre ni menos aún fruto de una sugerencia de personas allegadas o extrañas. Existen circunstancias que hacen obligada la supresi?n de la lactancia materna y su sustituci?n por la artificial, pero son pocas y relativamente infrecuentes.
Por parte de la madre, la primera seráa la efectiva ausencia de producci?n o la notable escasez de leche. La autúntica agalactia es verdaderamente excepcional y obedece a serios defectos hormonales o a lesiones importantes en las mamas. Algo más frecuente es la hipogalactia. No es fácil conocer la exacta cantidad de leche producida por cada mujer y, sin embargo, es una cuestión que preocupa a muchas madres y a veces al pediatra.
La única forma de medirlo se basa en procedimientos indirectos: El primero, el grado de nutrici?n que va adquiriendo el niño, pues si éste es bueno hay que suponer que tambiénlo son la cantidad y calidad de la leche ingerida; el segundo es el llamado mítodo de la doble pesada consistente en pesar al niño inmediatamente antes e inmediatamente después de una o varias tomas, siendo la diferencia de peso la cantidad de leche en gramos que tomó.
Las anomal?as del pez?n raramente contraindican el inicio o la continuidad de la lactancia. Un pez?n pequeño o retra?do puede suplirse mediante la aplicaci?n de pezoneras de goma. Las frecuentes grietas que aparecen durante los primeros días deberían prevenirse con el uso de cremas adecuadas o con la fricci?n de los pezones, desde unos días antes del parto, con alcohol para hacer más resistente la fina piel que los recubre.
M?s frecuente es el padecimiento por parte de la madre de alguna enfermedad infectocontagiosa grave -tuberculosis, neumon?as, etc.- que pudiera contagiarse al niño durante el estrecho contacto obligado en las tetadas; u otras que precisen la toma regular de ciertos medicamentos.
En lo que se refiere al niño, las contraindicaciones pueden venir determinadas por ciertos procesos que dificultan gravemente la succi?n: malformaciones de la cavidad bucal c**o el labio leporino o la hendidura del paladar; graves trastornos respiratorios o cardíacos que provocan fácil sofocaci?n; o el sometimiento a intervenciones quir?rgicas u hospitalizaciones que hagan difícil la regular presencia de la madre junto a su hijo.
En todas las situaciones que acabo de comentar, y en otras que el criterio del pediatra pudiera establecer, hay que recurrir a la alimentaci?n artificial. Estas f?rmulas l?cteas se denominan maternizadas o adaptadas y en ellas la leche de vaca c**o producto básico ha sufrido numerosas transformaciones industriales; unas, para eliminar o reducir al máximo ciertos componentes no adecuados para una alimentaci?n humana en las primeras fases de la vida; otras, para añadirle sustancias de las que normalmente carece o es deficitaria la leche vacuna. El resultado es, en la inmensa mayoría de los casos, excelente y hoy podemos decir que se han logrado productos que se aproximan mucho a las caracter?sticas de la leche de mujer.
Todas las leches comerciales -con sólo alguna excepci?n- se presentan en forma de polvo y para su administraci?n es preciso reconstruirlas añadi?ndole agua en la debida proporci?n. Los envases contienen un recipiente o cacito que sirve de medida para el polvo de leche. La reconstrucción se hace añadiendo a cada 30 centímetros c?bicos de agua previamente hervida o agua mineral calentada uno de esos cacitos enrasado hasta su borde. De este modo se preparar? cada biber?n con el volumen que corresponde a la edad del niño y que habrá dispuesto el pediatra, además de figurar generalmente bien explicado en los envases. En la preparación de los biberones hay que extremar la higiene de los utensilios c**o biber?n y tetinas, para lo cual es suficiente el agua y jab?n, y nunca se utilizar?n para una toma restos del biber?n preparado para una anterior.
En la lactancia artificial las deposiciones tienden a ser más escasas y de mayor consistencia que en la materna; tambiénel color es diferente, con predominio del amarillo oscuro o verdoso por la distinta composici?n de las grasas y su absorción menor. La frecuencia desciende a una o dos diarias no siendo excepcional que alguna vez puedan transcurrir veinticuatro horas sin que el niño realice ninguna; una frecuencia habitual inferior a ésta hace aconsejable la consulta mídica.
Lactancia Artificial
Dr. Ignacio de Arana
Biograf?a del Dr. José Ignacio de Arana Amurrio
Doctor en Medicina por la Universidad Complutense de Madrid. Profesor de Pediatr?a en la Facultad de Medicina de la misma Universidad. M?dico Puericultor del Estado. Técnico Superior de Salud P?blica de la Comunidad de Madrid. Ejerce c**o Pediatra desde hace 35 años en el Hospital General Universitario ?Gregorio Mara??n?. Miembro de N?mero de la Asociaci?n Española de M?dicos Escritores y Artistas. Autor de veinticinco libros, entre los que se cuentan La salud de tu hijo, todas la respuestas y Diga treinta y tres, anecdotario médico, y de más de 500 artúculos en prensa sobre temas médicos y human?sticos. Ha recibido numerosos premios nacionales de narrativa. Ha pronunciado un centenar de conferencias y es colaborador habitual de medios escritos y radiofúnicos en toda España.
La alimentaci?n del beb? con leches "artificiales", todas ellas derivadas de la de vaca, debería ser siempre una indicaci?n del pediatra y no una iniciativa propia de la madre ni menos aún fruto de una sugerencia de personas allegadas o extrañas. Existen circunstancias que hacen obligada la supresi?n de la lactancia materna y su sustituci?n por la artificial, pero son pocas y relativamente infrecuentes.
Por parte de la madre, la primera seráa la efectiva ausencia de producci?n o la notable escasez de leche. La autúntica agalactia es verdaderamente excepcional y obedece a serios defectos hormonales o a lesiones importantes en las mamas. Algo más frecuente es la hipogalactia. No es fácil conocer la exacta cantidad de leche producida por cada mujer y, sin embargo, es una cuestión que preocupa a muchas madres y a veces al pediatra.
La única forma de medirlo se basa en procedimientos indirectos: El primero, el grado de nutrici?n que va adquiriendo el niño, pues si éste es bueno hay que suponer que tambiénlo son la cantidad y calidad de la leche ingerida; el segundo es el llamado mítodo de la doble pesada consistente en pesar al niño inmediatamente antes e inmediatamente después de una o varias tomas, siendo la diferencia de peso la cantidad de leche en gramos que tomó.
Las anomal?as del pez?n raramente contraindican el inicio o la continuidad de la lactancia. Un pez?n pequeño o retra?do puede suplirse mediante la aplicaci?n de pezoneras de goma. Las frecuentes grietas que aparecen durante los primeros días deberían prevenirse con el uso de cremas adecuadas o con la fricci?n de los pezones, desde unos días antes del parto, con alcohol para hacer más resistente la fina piel que los recubre.
M?s frecuente es el padecimiento por parte de la madre de alguna enfermedad infectocontagiosa grave -tuberculosis, neumon?as, etc.- que pudiera contagiarse al niño durante el estrecho contacto obligado en las tetadas; u otras que precisen la toma regular de ciertos medicamentos.
En lo que se refiere al niño, las contraindicaciones pueden venir determinadas por ciertos procesos que dificultan gravemente la succi?n: malformaciones de la cavidad bucal c**o el labio leporino o la hendidura del paladar; graves trastornos respiratorios o cardíacos que provocan fácil sofocaci?n; o el sometimiento a intervenciones quir?rgicas u hospitalizaciones que hagan difícil la regular presencia de la madre junto a su hijo.
En todas las situaciones que acabo de comentar, y en otras que el criterio del pediatra pudiera establecer, hay que recurrir a la alimentaci?n artificial. Estas f?rmulas l?cteas se denominan maternizadas o adaptadas y en ellas la leche de vaca c**o producto básico ha sufrido numerosas transformaciones industriales; unas, para eliminar o reducir al máximo ciertos componentes no adecuados para una alimentaci?n humana en las primeras fases de la vida; otras, para añadirle sustancias de las que normalmente carece o es deficitaria la leche vacuna. El resultado es, en la inmensa mayoría de los casos, excelente y hoy podemos decir que se han logrado productos que se aproximan mucho a las caracter?sticas de la leche de mujer.
Todas las leches comerciales -con sólo alguna excepci?n- se presentan en forma de polvo y para su administraci?n es preciso reconstruirlas añadi?ndole agua en la debida proporci?n. Los envases contienen un recipiente o cacito que sirve de medida para el polvo de leche. La reconstrucción se hace añadiendo a cada 30 centímetros c?bicos de agua previamente hervida o agua mineral calentada uno de esos cacitos enrasado hasta su borde. De este modo se preparar? cada biber?n con el volumen que corresponde a la edad del niño y que habrá dispuesto el pediatra, además de figurar generalmente bien explicado en los envases. En la preparación de los biberones hay que extremar la higiene de los utensilios c**o biber?n y tetinas, para lo cual es suficiente el agua y jab?n, y nunca se utilizar?n para una toma restos del biber?n preparado para una anterior.
En la lactancia artificial las deposiciones tienden a ser más escasas y de mayor consistencia que en la materna; tambiénel color es diferente, con predominio del amarillo oscuro o verdoso por la distinta composici?n de las grasas y su absorción menor. La frecuencia desciende a una o dos diarias no siendo excepcional que alguna vez puedan transcurrir veinticuatro horas sin que el niño realice ninguna; una frecuencia habitual inferior a ésta hace aconsejable la consulta mídica.