Tarta de Mousse de Cava con Fresas en Gelatina

Porciones / número de personas: 12
Tiempo de Preparación: 3-4 horas
Tiempo de cocción: 45 minutos
Categoría: Postres
Dificultad: Moderado
Introducción:
Esta tarta es vistosa y espectacular, y en cuanto la vi en el Cocinando entre Olivos, supe que tenía que hacerla que tenia que hacerla, sobre todo porque lleva una de mis bebidas favoritas: el Cava, y con la ventaja de que sabe a ese vino pero no coloca por mucho que comas. A mí particularmente me encantó, no la veo pesada y es muy refrescante.Si la haces fuera de la temporada de fresas, se puede hacer con alguna fruta de temporada, pero que tenga color, como por ejemplo ahora tenemos las cerezas, o la sandía.
Ingredientes:
Para la mousse:1 botella de cava (750 ml)
200 grs de azúcar
600 grs de nata para montar
13 grs de gelatina neutra en polvo o 5 hojas de pescado
Para la gelatina con fresas:
250 ml de cava
200 ml de agua
200 grs de azúcar
15 grs de gelatina neutra en polvo o 6 hojas de pescado
½ kg de fresas
Para el bizcocho de la base:
2 huevos
70 grs de azúcar
90 grs de harina
1 cucharadita de levadura química
Una pizca de sal
Instrucciones:
Primero hacemos el bizcocho para la base. En un bol ponemos los huevos y batimos bastante hasta montarlos doblando su volumen. Le añadimos el azúcar y seguimos batiendo unos minutos más. Ya con una cuchara, le añadimos poco a poco la harina tamizada con la levadura y un poco de sal. Mezclar con movimientos envolventes hasta que toda la harina esté integrada y sin grumos. Verter en un molde redondo de unos 25-28 cms de diámetro con paredes desmontables, poniendo sobre la base papel sulfurizado para que no se peque y se pueda desmoldar fácilmente. Meter en el horno precalentado a 180º durante 10-15 minutos. Sacar del horno y dejar enfriar.
En la Thermomix: Poner la mariposa en el vaso de la Th y añadir los huevos y el azúcar, programar 2 minutos a 40º y velocidad 3. Programar nuevamente otros 2 minutos a velocidad 3 pero sin temperatura para que esponje la masa. Añadir la harina tamizada con la levadura y la sal y batimos 5 minutos a velocidad 3. Verter en el molde desmontable y meter en el horno tal como se ha descrito en el paso anterior.
Vamos con la mousse de cava. En un cazo o cacerola poner el cava y el azúcar. Hervir hasta que reduzca un tercio (que más o menos se quede en medio litro). Separar de este líquido una taza (125 ml aproximadamente) y empapar con él el bizcocho base. Reservar.
Dejar enfriar un poco el resto del líquido (que nos habrá quedado más o menos unos 375 ml) e incorporar la gelatina que previamente hemos hidratado en agua fría y disuelta al fuego pero sin que llegue a hervir. Si utilizas hojas de pescado, hidratarlas en agua fría y disolverlas directamente en el almíbar de cava.
Mientras que enfría este almíbar, montar la nata. Añadir poco a poco a la nata el almíbar templado (cuidado con que enfríe totalmente pues se solidificará con la gelatina). Dejar reposar en el frigorífico hasta que haya cuajado un poco y añadir esta mezcla sobre el bizcocho que hemos elaborado anteriormente y que estará ya frío. Si le incorporamos la nata con la mezcla de nata y almíbar casi líquido, lo que conseguiremos es que el bizcocho se empape demasiado y nuestra mousse baje de altura, ya que parte del líquido habrá pasado al bizcocho y éste aumentará su tamaño. Debe quedar una base estrechita.
Cuando la nata con el cava tenga una consistencia de unas natillas muy espesas (sin que llegue a ser flan), verterla sobre el bizcocho y meter en el frigorífico hasta que esté totalmente cuajada. Es importante este último paso, pues si no lo está, al añadir la siguiente capa se nos mezclarían los dos ingredientes y no quedaría bien visualmente.
Un consejo, antes de incorporar esta mezcla sobre el bizcocho, forrar las paredes interiores con papel sulfurizado, para que, a la hora de desmoldar la tarta los bordes queden perfectos. Si se usa un molde de silicona esto no es necesario.
Cuando la mousse esté totalmente cuajada, preparar la gelatina de cava, o lo que es lo mismo la última parte de la tarta.
En un cazo al fuego ponemos todos los ingredientes: el cava, el azúcar y el agua. Calentar y dejar hervir aproximadamente 4 minutos. Dejar templar y añadirle la gelatina tal como se ha descrito con la mousse de cava. Mientras que enfría un poco, vamos a decorar la tarta. Lavar y cortar la fresas por la mitad y disponerlas sobre la superficie de la tarta. La decoración es a gusto de cada cual. Añadir un poco de gelatina de cava para asegurarnos que se fijan todas las fresas a la base (solo un poco, pues si lo añadimos todo las fresas quedarían flotando). Meter al frío y dejar cuajar (esto puede tardar unos 10 minutos máximo). Sacar del frigorífico y añadir el resto de gelatina hasta cubrir totalmente las fresas.
Dejar enfría hasta que cuaje totalmente y consumir preferentemente al día siguiente, pues está mucho más buena que recién hecha.
Otro consejillo, si las fresas fuesen de diferentes tamaños, procurar que cada media fresa tengan la misma altura una vez tendida, ya que de lo contrario habría partes de la tarta que no quedarían cubiertas.
En la Thermomix: Poner la mariposa en el vaso de la Th y añadir los huevos y el azúcar, programar 2 minutos a 40º y velocidad 3. Programar nuevamente otros 2 minutos a velocidad 3 pero sin temperatura para que esponje la masa. Añadir la harina tamizada con la levadura y la sal y batimos 5 minutos a velocidad 3. Verter en el molde desmontable y meter en el horno tal como se ha descrito en el paso anterior.
Vamos con la mousse de cava. En un cazo o cacerola poner el cava y el azúcar. Hervir hasta que reduzca un tercio (que más o menos se quede en medio litro). Separar de este líquido una taza (125 ml aproximadamente) y empapar con él el bizcocho base. Reservar.
Dejar enfriar un poco el resto del líquido (que nos habrá quedado más o menos unos 375 ml) e incorporar la gelatina que previamente hemos hidratado en agua fría y disuelta al fuego pero sin que llegue a hervir. Si utilizas hojas de pescado, hidratarlas en agua fría y disolverlas directamente en el almíbar de cava.
Mientras que enfría este almíbar, montar la nata. Añadir poco a poco a la nata el almíbar templado (cuidado con que enfríe totalmente pues se solidificará con la gelatina). Dejar reposar en el frigorífico hasta que haya cuajado un poco y añadir esta mezcla sobre el bizcocho que hemos elaborado anteriormente y que estará ya frío. Si le incorporamos la nata con la mezcla de nata y almíbar casi líquido, lo que conseguiremos es que el bizcocho se empape demasiado y nuestra mousse baje de altura, ya que parte del líquido habrá pasado al bizcocho y éste aumentará su tamaño. Debe quedar una base estrechita.
Cuando la nata con el cava tenga una consistencia de unas natillas muy espesas (sin que llegue a ser flan), verterla sobre el bizcocho y meter en el frigorífico hasta que esté totalmente cuajada. Es importante este último paso, pues si no lo está, al añadir la siguiente capa se nos mezclarían los dos ingredientes y no quedaría bien visualmente.
Un consejo, antes de incorporar esta mezcla sobre el bizcocho, forrar las paredes interiores con papel sulfurizado, para que, a la hora de desmoldar la tarta los bordes queden perfectos. Si se usa un molde de silicona esto no es necesario.
Cuando la mousse esté totalmente cuajada, preparar la gelatina de cava, o lo que es lo mismo la última parte de la tarta.
En un cazo al fuego ponemos todos los ingredientes: el cava, el azúcar y el agua. Calentar y dejar hervir aproximadamente 4 minutos. Dejar templar y añadirle la gelatina tal como se ha descrito con la mousse de cava. Mientras que enfría un poco, vamos a decorar la tarta. Lavar y cortar la fresas por la mitad y disponerlas sobre la superficie de la tarta. La decoración es a gusto de cada cual. Añadir un poco de gelatina de cava para asegurarnos que se fijan todas las fresas a la base (solo un poco, pues si lo añadimos todo las fresas quedarían flotando). Meter al frío y dejar cuajar (esto puede tardar unos 10 minutos máximo). Sacar del frigorífico y añadir el resto de gelatina hasta cubrir totalmente las fresas.
Dejar enfría hasta que cuaje totalmente y consumir preferentemente al día siguiente, pues está mucho más buena que recién hecha.
Otro consejillo, si las fresas fuesen de diferentes tamaños, procurar que cada media fresa tengan la misma altura una vez tendida, ya que de lo contrario habría partes de la tarta que no quedarían cubiertas.
Fuente: www.gastrovid.com
Enviada por Gastrovid (ver más recetas de Gastrovid)
Publicada el 23 de junio de 2011 a las 22:05
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