Yo las hago muchas veces, a la sal al horno.
Es muy sencillo, una capa de sal especial para asar, encima las sardinas, encima otra capa de sal dejando las cabezas sin tapar.
Cuando los ojos estén blancos, ya están las sardinas hechas. No están como a la plancha, pero salen riquísimas y no manchas nada
ni dejas olores por casa.

