INGREDIENTES
Judías blancas (pueden ser de bote, ya cocidas), salsa de tomate casera, pollo troceado, aceite de oliva, guindilla (opcional), sobrasada, vino blanco, calabacines, perejil, sal y pimienta

ELABORACIÓN
En primer lugar pondremos algo de aceite en una cazuela, troceamos el calabacín en cubitos y doramos un poco en el fuego durante 2 ó 3 minutos. Los sacamos y reservamos. En la cazuela rehogamos el pollo. Dejamos que se dore ligeramente por ambos lados durante 5 - 8 minutos. Si queremos incorporar las guindillas picantes este es el momento. Sacamos el pollo de la cazuela y reservamos. Seguidamente pondremos la sobrasada. Dejamos que se deshaga, que se funda en la cazuela. Ya que de por sí este embutido es bastante graso es mejor no escatimar y comprar un producto de excelente calidad, lo notaremos en el resultado. A continuación añadimos el vino blanco y esperamos hasta que se evapore el alcohol. Ahora es el momento de incorporar todos los elementos a nuestro guiso: los cubitos de calabacín, los trozos de pollo, nuestra salsa de tomate casera (bien gordita), y las judías blancas que tenemos ya cocidas. Yo en esta ocasión mezclé judías blancas y rojas. Añadimos caldo de pollo y dejamos cocer el conjunto durante 15 - 20 minutos. Mi recomendación es que hagáis el plato de víspera porque sabe muchísimo mejor si los sabores reposan y se asientan. Coged una cuchara y disfrutad del Mediterráneo....