Un entrante refrescante y muy primaveral es esta sopa fría cuya base son los tomates y las fresas. En este caso he utilizado el queso mascarpone, que podría sustituirse perfectamente por un queso ricotta, para aportar cremosidad y restar la acidez al tomate, todo ello con un hilo de aceite de menta que le va fantástico a este sencillo pero divertido primer plato.
Ingredientes.
-Tomates maduros de rama
-Fresas
-Un ramillete de menta fresca
-Sal.
-Pimienta
-Aceite de baja graduación
-Queso Mascarpone o Ricotta.
-sal de Hawai.
En esta receta no he puesto las medidas, porque siempre serán en la proporción siguiente: ¼ parte de fresas y ¾ partes de tomates.
Elaboración.
En primer lugar preparamos el aceite de menta, para ello trituramos la menta fresca con el aceite y reservamos.
Pelamos los tomates de rama y cortamos las fresas, trituramos ambos ingredientes con la sal y la pimienta. Si la mezcla nos queda muy densa podemos aligerar con un poco de agua fría hasta que adquiera la consistencia deseada. Introducimos en la nevera hasta la hora de servir.
Al queso mascarpone, o la ricotta en su caso, le añadimos sal y pimienta y mezclamos.
Para montar el plato, en la base ponemos la sopa de tomate y fresas, y sobre la misma, con la ayuda de una cuchara, depositamos montoncitos de mascarpone, aliñamos con el aceite de menta y decoramos con una pizca de sal de Hawai.