Los ingredientes los pedí en mundodelarepostería, era el único sitio en ese momento en el que tenían todos los colorantes que necesitaba y la pasta ballina, para no tener que andar pidiendo cada cosa en un sitio y pagar gastos de envío dos veces. Compré colorante rojo, amarillo, azul y negro. Para obtener el negro negro o bien utilizáis pasta de chocolate o compráis el colorante extra negro, porque sino es muy difícil obtener el color y la pasta acaba un poco chuchurría de tanto echar colorante.
El bizcocho es el famoso madeira sponge cake, hice dos porque el primero me quedó muy bajito, el segundo ya me quedó mejor y le di dos alturas a la tarta. El bizcocho es contundente pero no se hace reseco, según leí se puede emborrachar, pero yo no me atreví para no estropear el fondant.
La pasta es como plastilina, al principio está dura pero según la amasas ablanda. Cuidado al amasar pasta de colores y cambiar a otro, porque si no os laváis muy bien las manos podéis llevar restos de colorante que tiñan la masa.
Por cierto, la masa tiene un olor súper empalagoso mientras la trabajas, a vainilla concentrada, yo acabé empachada...
Y ahí van las fotos:
Bizcocho cubierto con el ganache
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