Yo tengo un armario de resina en la terraza, medio es escobero para la escalera, la plancha, cepillos... y la otra mitad tiene baldas, ahí tengo los moldes metidos en una caja de cartón para que no se vean, aunque no descarto comprarme una de plástico transparente, al lado apilado unos encima de otros, maquinas varias, 2 pistolas de galletas, moldes rígidos, cortapastas...
Otra balda la tengo exclusivamente para tupper y tarros de cristal que voy desechando, hasta que no me caben, en la 3ª balda tengo maquinas panificadora, freidoras...
y la ultima balda para productos de limpieza.
El problema lo tengo yo con los botes de conservas, este otoño habremos enbotado unos 500 tarros, de mermeladas varias, tomate, pisto, peras en almibar, compota de manzana, pepinillos, cardos y un largo etc...
Tengo un piso vacío que lo uso de cuarto trastero, así que una habitación está vacía y la utilizamos para tener la fruta extendida en el suelo con el suelo previamente cubierto con aislante para que no se estropee en caso que se pudra alguna fruta.
Las otras 2 habitaciones debajo de camas de matrimonio es donde guardamos gran parte de conservas metidas en cajas de cartón de las frutas.
Tenemos una cocina cuyos muebles de la cocina están llenos exclusivamente de tarros vacíos, cuando no nos caben nos los vamos llevando al pueblo para la cosecha siguiente.
En mi cocina, se me ocurrió guardar las conservas debajo de los muebles de la cocina, tienen unos zócalos que se sacan, como todas las cocinas y ahí tienes unos pedazo de huecos impresionantes, para lo único que sirven es para coger mierda debajo, así como siempre estás echando mano a los tarros, de vez en cuando le metes un limpiao.
Con lo que debajo de las cocinas si comprarais unas cajas con ruedas a la medida para que esquiven las patas de los muebles teneis un gran espacio para seguir metiendo cacharrines...
Yo tengo que decir que tengo un marido muy comprensivo, él tiene el vicio de los cachines de los ordenadores y yo con la cocina, y está deseando que abra la boca para salir a comprarme lo que se me antoja
