Que llegué hace un ratito y me dije: ¿y que como mañana?, pues, al congelador.
Salió de allí un paquetito de grelos congelaos y unos palitos de cangrejo, que fueron a la cubeta, con un pelín de agua para que no faltase líquido, un chorritín de aceite y, programa cocina, 8 minutos, y ya está descongelado y preparadito.
De alli al colador chino para quitar líquido.
Mientras, a la cubeta, con un pelín de aceite, fue a parar una ración de gulas que tambíen estaban congeladas, pero que pasaron previamente por el micro a descongelar. El aceite, las gulas y dos ajitos muy picados, en programa horno y con la tapa abierta, se fueron dorando. Cuando llevaban un rato, cayeron también los grelos y los palitos de cangrejo picaditos y, todos juntos a dorar (seguimos en programa horno, tapa abierta).
Unos minutos después, 3 huevos batidos se sumaron a la fiesta y, revuelve que te revuelve, un divino y sano revuelto apareció para disfrutarlo mañana.
Aquí en su tuper, listo para ser la envidia del trabajo
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