Es que estoy toda la tarde liada con la compra, que me la han traído, y ni os cuento lo que me ha llegado

. Eso sí, reirme me he reído un buen rato porque ha tenido solución

: entre otras cosas, me han traído 64 litros de leche, que mi marido decía que no la devolviéramos y la echáramos en la bañera, para bañarnos como Cleopatra pero con leche de vaca. Yo le he dicho que quieto parao, que no tenía yo gana esta noche de fuegos artificiales.
Me han traído nueve kilos de pimientos verdes, dieciocho berenjenas, ocho paquetes de maizena.................................
El chico que me la ha traído dice: "Señora, tengo otra carretilla abajo, que es una compra muy grande" Y yo he pensado para mis partes de adentro. "Qué quejica"

Por una compra de nada, anda quejándose. Pobre hombre, hasta un vaso de agua le he tenido que dar y un kleenex, que se le metía el sudor a los ojos, y eso que eran ya las ocho de la tarde, que calor hacía más bien poco.
He llamado y me han dicho que no me preocupe, que mañana volverá el chico a llevarse los cuarenta litros que me sobran y todo lo demás. Me han metido el dinero por la tarjeta, y listo. Como venga el mismo chico, me mondo de la risa.
Menos mal que la equivocación no ha sido casa de mi hija, que vive en un cuarto con entresuelo, que son cinco pisos, y cada vez que le llevan la compra creemos que hay que llamar al Samur. Si le llegan a subir los 64 litros de leche, tenemos que bajar con el cogedor y la escoba a por ellos.
Voy a seguir que aún me queda por limpiar el pescado, que ¡ME LO HAN MANDAO SIN LIMPIARRRRRRRRRRRRRRRRRR!!!!!!!!