Es muy útil para todo. Para "pringar" alimentos sin pringarse uno. Para pulverizar sobre moldes. Para hacer cosas a la plancha, etc. etc. etc.

Os pongo lo que dice Cristina Galiano de ellos en uno de sus libros:
Los pulverizadores llenos de aceite y reutilizables que ya se venden en los buenos supermercados sueltan el aceite en chorrito fino más que pulverizado y son más cómodos que usar que las clásicas brochas de cocina, que se deben lavar, para que se queden sin grasa, con agua caliente y jabón a mano o en el lavavajillas.
Pero los realmente fantásticos e infinítamente más cómodos, son los que llevan un sistema especial para introducirles en el momento de usarlos, cebándolos, aire, que es el que transformará el aceite, un líquido muy denso, en pequeñísimas partículas.
También han aparecido en el merecado aerosoles de aceite de oliva virgen extra con lecitina de soja añadida para que nada se pegue en las planchas y parrillas.
El que tengo yo, que os muestro en la foto. Es de los que se le ceba el aire y os aseguro que es una gozada y muy cómodo de usar.

