Gozar de una buena memoria era muy importante para los chinos ya que los taoistas pensaban que el desarrollo de las enfermedades en la vejez se debían a la pérdida de memoria. El tao sostiene que nuestra mente sabe actuar contra la enfermedad y así lo hacemos a los largo de nuestra vida. Pero llegados a la vejez olvidamos como actuar y debido a esa pérdida de memoria defensiva ya no sabemos como actuar contra una determinada dolencia y ésta nos supera.
Una de las propiedades más destacables del Reishi es su acción antiinflamatoria y es precisamente la enfermedad de Alzheimer la que parece estar relacionada la inflamación a nivel neuronal. Parece lógico deducir que si la medicina alopática utiliza antiinflamatorios no-esteroideos para combatir el progreso del Alzheimer y el Reishi tiene moléculas de similar acción, su ingesta podría contribuir a la mejora de esta patología. Esto además estaría de acuerdo con el uso milenario del Reishi para prevenir la pérdida de memoria asociada a la senilidad.
Pero además de mejorar las facultades cognitivas el Ling Zi (Ganoderma lucidum) también tiene un efecto muy beneficioso sobre la sangre, haciéndola más fluida por disminución de la agregación plaquetaria. A esto se suma su efecto hipotensor al actuar como inhibidora de la enzima de conversión de la angiotensina (al igual que los fármacos ACE) y bloqueo de los receptores de angiotensina II.
Y más todavía, no solo baja la tensión y mejora el raciocinio, sino que también disminuye el colesterol y mejora el metabolismo a nivel celular, permitiendo una mayor oxigenación de los tejidos.
Pero esta maravillosa seta no se conforma con eso. El Reishi (Ganoderma lucidum) tiene además propiedades hepatoprotectoras, no solo para los que tengan problemas de cirrosis, hepatitis o transaminasas altas, sino para todas las personas mayores en general, ya que el acido ganodérmico R que contiene es antifibrótico y por lo tanto capaz de reparar la pérdida de hepatocitos dañados en el tejido del hígado a lo largo de la vida.
Así pues, el mejor regalo para los padres que ya entraron o se encuentran cercanos a la tercera edad: abundantes suplementos de Reishi, el “hongo de la inmortalidad.
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