
Siempre he sido muy cafetera, de café fuerte y solo, pero tuve una gastritis en junio (nada relacionado con el café, sino con una medicación), y de golpe el café solo me dio miedo, por si aún tenía el estómago muy sensible, y dejé de tomar. Estuve dos meses sin tomar, ya que con leche nunca me ha gustado.
Bueno, pues después de nueve años junto a mi Minimoka (qué maja que es la tía, hace unos cafés de muerte), con su accesorio para capuchino, saqué las instrucciones (increíble, aún las conservaba), y me animé a aprender a hacer capuchinos.
Es completamente apto. Lleva edulcorante, y la leche es semi. El cacao es una anécdota: he comprado un salerito y espolvoreo un pelín.
Bueno, que tenía ganas de presentároslo
