Capítulo 16
Laura no podía creer lo que le estaba pasando, estaba a punto de consagrar su vida a Dios y allí estaba en los brazos de Cosme, al que tanto había amado.
Estaba muy confundida, se separó de él al mismo tiempo que le decía:
- No Cosme ¿no comprendes que no puede ser?, voy a ser religiosa y ahora mismo no sé si estoy pecando.
- Laura, el amor no es pecado, y Dios no va a reprocharte nada, así que no lo hagas tú.
- Es que no sé lo que me ha pasado, debo de estar loca. Tengo que confesarme con el padre Adrián. Estoy tan confusa, ayúdame por favor.
- Laura, yo solo puedo amarte como te amo y si tú me lo pides te esperaré el tiempo que haga falta, pero no me digas que te ayude a olvidar esto.
- No, olvidarlo no lo olvidaré, pero tienes que entender que en la vida que yo elegí hace tiempo no entrabas tú.
- Bueno, de todos modos yo creo que voy a esperar un poco antes de irme, no sea que cambies de opinión y decidas quedarte conmigo en vez de entrar en el convento.
-No Cosme, tu marcha como tenías previsto. Yo voy a entrar en el convento. Ahora estoy tan confundida que no puedo tomar otra decisión que no sea ésta.
Cosme pareció quedarse mas tranquilo. Aunque Laura no le había dicho que se quedase, él no sabía por qué pero en el fondo tenía un poco de esperanza.
Se descalzaron y caminaron un rato por la hierba, de vez en cuando se miraban y se cogían de las manos.
Llegaron a un lugar donde hacía tiempo hubo un merendero.
- Mira Laura aquí podemos comer.
- No Cosme, prefiero hacerlo en aquel bosquecito. Buscaremos un sitio tranquilo y comeremos allí.
- Vale, como tú digas.
Pronto encontraron el lugar al que se refería Laura.
- Comeremos aquí ¿te parece?
- Yo, estando a tu lado, cualquier lugar me parece bonito.
Volvió a coger a Laura por la cintura y acercó su cara a la de ella.
- ¡No Cosme! ¡No lo compliques más! por hoy ya ha habido suficiente.
Estuvieron comiendo, hablando y riendo, casi toda la tarde y cuando empezó a ponerse el sol emprendieron el camino de vuelta a casa.
Sus padres los esperaban y cuando los vieron aparecer la madre de Laura corrió a preguntarles como les había ido el día.
- Muy bien, nos ha ido muy bien.
dijeron al unísono.
- Bueno hijo, despídete de Laura y sus padres, ya sabes que tu tren sale a las 9 y no quiero que llegues tarde.
Cosme miró a Laura y esta le hizo un gesto con la mirada. En ese momento Cosme entendió que tenía que marchar, ahora tal como estaban las cosas lo que haría era estropearlo todo si se quedaba.
Besó a Laura en la mejilla y se despidió de sus padres.
- Hasta pronto Laura, Te escribiré todos los días de mi vida.
