En mi segundo camino de Santiago en la etapa que llega a Astorga me paso algo muy raro a lo que no he podido dar explicación:
Íbamos caminando mi amiga Caty, Marcelo y yo, el día era soleado y hacia solo un poco de brisa, el mes Septiembre con los campos ya segados y la tierra seca. Pues caminábamos entre esos campos muy agustito charlando, cuando al acercarnos a un cruce de caminos vi como de una esquina se levantaba un remolino de aire fuertísimo, levanto tierra y restos de paja que quedaban, pero no se quedo en el sitio, se vino cara a nosotros y nos cruzo a los tres y cuando nos paso tal cual fue perdiendo fuerza hasta que desapareció. Nos quedamos alucinados y asustados, la brisa que corría en ese momento no era para que levantara ese remolino de viento, simplemente era brisa agradable. Anonadados seguimos adelante, quitándonos las pajillas que llevábamos enganchadas por todas partes.
Antes de llegar a Astorga, hay una montaña que desde arriba se ve la ciudad a lo lejos y hay una pequeña zona de descanso, con una mesa y unos bancos de piedra con algún árbol para dar sombra. Decidimos parar a descansar, el tiempo seguía igual, cuando de pronto se volvió a levantar otro remolino de viento a nuestro lado que nos volvió a pasar a los tres, y tal cual a cuatro metros de nosotros se deshizo yo ya grite como una loca, no podía ser, dos veces en el mismo día, siendo un día tranquilo de tiempo.
Nunca lo olvidare pero mis amigos tampoco, explicación no le hemos podido dar, pero si alguna de vosotras entiende algo os lo agradecería muchísimo.
