Hola, Serva. Me alegro un montón de verte de nuevo por aquí.
Yo precisamente ayer tuve uno de mis presentimientos. Íbamos mi marido y yo en dos coches, porque íbamos juntos a una tienda a ver barras de cortinas, y luego yo me volvía a casa y él se iba a otra tienda. Fuimos en caravana un rato y luego él se desvió. Cuando le vi cambiar de carril y tirar por una calle a la derecha de repente me sentí muy mal, muy triste y hasta me eché a llorar un poco en el coche sin saber por qué, según iba conduciendo. Luego se me pasó todo y llegué a casa.
Mi marido tardaba mucho en volver de la otra tienda y me acordé de lo que había sentido cuando nos separamos en el camino, ... sabía que había ocurrido algo. Al cabo de un buen rato me llama, se le ha roto el coche (no le funcionaba la llave para arrancar), no puede arrancar y que vaya a buscarlo. En el fondo sentí alivio, porque llegué a temerme que pudiera ser un presentimiento de algo grave. Por fortuna sólo fue una gran molestia: me fui para allá en el coche, ya de noche y nevando, con el niño. Atamos los coches y me lo traje remolcándolo todo el camino.
Cuando le dije que sabía que le iba a pasar algo me puso la cara de "¿ya estamos?".
