Una vez, en un gallinero, el granjero decidió cambiar el viejo gallo por uno más joven. Cuando llegó el nuevo gallo, todas las gallinas empezaron a arreglarse y empezaron a rondar al joven gallo. El gallo viejo, viendo que se iba quedando arrinconado le dijo al joven:
- Hola compañero, me imagino que tendrás la intención de ser el amo del gallinero, ¿no?
- Evidentemente, viejo, ¿algún problema?
- Mira, yo ya no estoy en edad para pelear, pero tengo mi dignidad y quisiera tener una salida airosa.
- ¿Y qué propones?
- Mira, podríamos hacer una carrera dando tres vueltas al gallinero.
- Bueno, no es problema.
- De acuerdo, pero debes darme una vuelta de ventaja, ya que con mi reúma no puedo correr mucho.
- Sin ningún problema.
Y empiezan a correr los dos gallos, a la segunda vuelta el gallo joven ya está a punto de alcanzar al viejo, cuando de repente se oye un estampido y, entre sangre y plumas, cae reventado el gallo joven mientras se oye decir al granjero, escopeta en mano:
- ¡Joder! Es el tercer gallo maricón que me venden esta semana, ya estaba persiguiendo al viejo gallo para darle por culo.
