Una pareja de recién casados van de luna de miel y cuando están en el avión le dice la mujer al hombre:
"Cariño, tengo que decirte un secreto que no me atreví a decirte cuando éramos novios."
"Tranquila mujer, ahora que estamos casados ya podemos confiar el uno en el otro."
"Bueno, pero es que cuando veas el tamaño de mis tetas te darás cuenta que son pequeñas como un bebé."
"Tranquila mujer, yo también he de confesarte que tengo el pene como un bebé."
Esa noche en el hotel, sale la mujer casi desmayada:
¿Pero no me dijiste que la tenías como un bebé?
"¡Pues claro!", responde el hombre "de tres kilos y medio y 59 centímetros de largo".
