NOLI999 escribió:Olympia escribió: A mi esto no me sirve porque la diferencia está en que cada uno que haga lo que quiera en su empresa particular que las hay de muy serias también, pero
la empresa pública y los sueldos públicos lo pagamos entre todos y si quiebra, quebramos todos.
Tendría que ser un ejemplo para la empresa privada y no es así

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Hasta ......... de escuchar la dichosa parrafada.

Me parece que alguien inventó la frasecita y todo el mundo la repite sin pensar muy bien lo que dice. En las nóminas de los trabajadores de la empresa privada y de la pública se hacen unos descuentos para seguridad social, hacienda y formación (los de la privada también para desempleo), por tanto somos todos todos. Por cierto, yo cobro porque trabajo y por tanto tengo derecho a una nómina igual que cualquier otro currito, no porque nadie tenga la deferencia de enviarme un sueldecito a casa.
Efectivamente, a TODOS nos hacen los mismos descuentos en nuestras nóminas, públicas o privadas, y con esos descuentos, se pagan los servicios que el estado tiene obligación de darnos a TODOS, aunque como ya dije antes, nosotros los funcionarios jamás vayamos a hacer uso de alguno de ellos ya que al estar sujetos a unos sueldos donde no se nos permite esconder ni un sólo euro, debemos ser de los pocos españoles que no engañamos a hacienda y por lo tanto hay ayudas y subvenciones a las que nunca tendremos la posibilidad de acceder.
Y por cierto, a todas las que afirmais que siempre os ha tocado lidiar con la cara mala de los funcionarios, supongo que os referís a aquella vez que vosotras o vuestras parejas os habéis quedado tirados en la carretera y ha llegado la patrulla de la guardia civil, funcionarios por cierto y os han ayudado con el problema que vuestro vehículo os hubiera planteado, o quizás os referís a aquel funcionario médico o enfermera, que os ha tranquilizado cuando estábais pariendo, o cuando habéis llevado a vuestro bebé a urgencias....o quizás vuestra mala experiencia con un funcionario, haya sido en algun momento en el que llovía muchísimo y mientras estábais en la cama calentitas, había un montón de ellos, fuera de sus casas cuidando de que las presas no se desbordasen o sacando a gente de sus casas mientras intentaban apagar un incendio, y qué decir del funcionario que ha tenido la mala suerte de terminar su vida poniendo la nuca para que un tarado le pegase un tiro, sólo porque ha tenido la mala suerte de ser funcionario que, aunque andaluz, por ejemplo, le ha tocada ejercer su profesión en el Pais Vasco, (precioso, por cierto, y con una gente maravillosa, que yo he vivido allí), o a los maestros o maestras de vuestros hijos, a los que intentan educar, y que ultimamente lo tienen taaaan difícil... que de todo hay, pero ¡coño!, ya está bien de dejar en mal lugar a los funcionarios, que, por cierto, también los que están detrás de un mostrador haciendo carnés o recogiendo y ayudando a las personas a rellenar impresos, o en inmigración, intentando resolver los innumerables problemas que se les presentan, están quemadísimos de algunas cositas que tienen que ver y escuchar.
Y por supuesto que de todos lo ejemplos que he puesto, seguro que alguien ha sufrido una mala experiencia, los funcionarios son personas, no son máquinas, y como tales personas, tienen mejores y peores días, pero todo el mundo tiene el derecho y la obligación de quejarse ante la autoridad correspondiente, cuando se ha sentido agraviado por la actuación de un funcionario público, así que como ya se ha dicho antes, en el mismo momento en el que os sintáis ofendidas o discriminadas, ejerced vuestro derecho, menos criticar y más colaborar, los funcionarios que trabajan mucho y bien, os quedarán muy agradecidos.