
Todo es repetición (colores, diseños, peinados..)
El caso es que estamos de suerte, porque se lleva todo. Y algunas aún tenemos más suerte porque se repite lo que se llevó cuando éramos jovencitas y nos daba verguenza ponernos. Ahora, con cuarenta y pocos me pongo todo lo que entonces me parecia que me quedaba fatal (minis, vestiditos, taconazos, collares, ...)y estoy tan feliz.
Hasta mi antiguo uniforme de colegio de monjas está de moda, y he retomado con alegria el tartan, y los calcetines hasta la rodilla (que en su momento odié).
Eso si, sólo hay que ponerse lo que nos hace sentir cómodas.
Y que miren!!!
