Os cuento: estaba en un hotel con buffet al desayuno y a la comida. Ambos ESPECTACULARES. La verdad es que los ojos se van para todas partes y una no sabe por dónde empezar a llenar su plato... Pero siempre me acuerdo del refrán que mi madre dice a menudo: "es más difícil llenar el ojo que la barriga" y lo que hago es lo siguiente.
1.- Antes de llenar el plato me doy una vuelta por el buffet y decido qué voy a desayunar. Si me dejo llevar, empezaría a llenar de lo primero que hay en la mesa, pero prefiero decidir qué me apetece más. Serán cereales o muesli con yogur, o frutas variadas y unas tostadas con tomate e ibéricos, o me decantaré por el queso...
2.- Cuando ya tengo claro que es lo que más me apetece, voy a por ello, y por supuesto, intento que, entre las opciónes que hay, caiga lo más bajo en puntos: los cereales mejor integrales y calculando una ración de unos 40 gramos, el pan integral, el queso mejor de burgos, las tostadas con tomate mejor sin aceite o si no la mido en cucharaditas para puntuarla...
3.- Y lo que nunca se me olvida, es cogerme una manzana u otra fruta cualquiera para media mañana!
Con el desayuno preestablecido, te quedas satisfecha y sin ningún remordimiento de conciencia. Y si te has quedado con antojo de algo, puedes probarlo al día siguiente!!!!
El truco:En mis viajes siempre meto en la maleta una cajita de barritas de cereales de 1,5 puntos para llevar una en el bolso. Así, en momentos de debilidad, me como una con la manzana secuestrada del desayuno y me quedo tranquilisima!
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Así que, creo que no es imposible... os mando todos mis ánimos, la comida no va a poder con vosotras!!! Mmmmmuacs!