Pues ahora que lo dices....creo que también me está pasando un poco lo mismo. Por ejemplo: los fritos me dan así como un poco de repugnancia por no decir asco. Me pasa con los calamares a la romana que me gustaban mucho. Las patatas fritas (que me encantan) si robo alguna después están en el estómago manifestándose toda la tarde. Y así con unas cuantas cosas, gracias a dios. Y digo así porque creo que se acabaron en mi vida. No se pierde nada, la verdad.
Y en cuanto a dejar de salir por ahí, no veo la razón. Tendrás que cambiar de tapas o raciones o comidas. Yo ahora me he vuelto adicta al pulpo. Es una cosa que a mi me gusta pero que, en casa, me sale de pena. Así que aprovecho para comerlo por ahí fuera; eso sí: pido que el aceite me lo traigan que ya echo yo a mi gusto. También puedes tomar ensaladas y pescados a la plancha. De verdad, que hay muchas cosas.
Y si toca comida de amigos o familia depende; si el menú que tienen es apto para mí pues me lo tomo. Y si no me voy con el tupper. Así ya tienen motivo de conversación y risas.
