Ramón está hablando con su mejor amigo; éste nota que el otro tiene cara de preocupación:
- ¿Qué pasa, Joaquín? ¿Tienes algún problema?
- Lo que tengo es una frustración del carajo, Ramón. Yo estaba orgulloso de cómo ponía a mi mujer. Cuando ella llegaba al orgasmo era una cosa tremenda: cómo se estremecía, brincaba, soltaba quejidos, ponía los ojos en blanco.
- ¿Y descubriste que todo era fingido?
- No, ¡descubrí que es epiléptica!
