
Y ya que estoy poniendo fotos, os pongo una de Luna, en un momento de felicidad total: en su cama durante un ratito que le da el sol de la tarde:

Y ya que estoy, os pongo una foto de la rinconera que acabamos de comprar. Teníamos un sofá grande, que el costillo había adoptado como suyo, y dos sillones, donde no podías tumbarte. Así que hemos estado años separados, porque a la hora de la siesta o del resopón, yo me piraba a la cama. Acabo de estrenar el nuevo sofá, como podréis apreciar, hay unos cojines que indican dónde me tumbé a tomarme un rico capuchino (ver taza en el suelo, soy un desastre). A la izquierda, sobre la mesa, está el montón de cojines de los antiguos sillones que vamos a guardar para los perros

