Como he dicho hace cuatro años que no fumo , después de casi 20 años fumando y los últimos mucho, más de un paquete al día.
Había pensado muchas veces en dejar de fumar, pero no lo había intentado nunca en serio, la verdad, incluso fumé durante el embarazo de mi primera hija, menos, eso sí.
Por las mañanas parecía que tenia 40 años más, con unos ataques de tos tremendos, pero lo primero que hacía era encenderme un cigarrito, cualquier simple constipado se convertía en una agonía de toses y afonías, pero yo seguía fumando.
Un día estaba en la puerta de un parque de bolas para niños, mi hija estaba jugando dentro y yo había salido a fumar.Entonces ví salir a una chica que se me acercó y me dijo: "¿Eres la mamá de ...?" y al contestarle que sí continuó "tu hija quiere que vayas a ver como se tira por el tobogán grande, me ha dicho que estarías aquí". Mi hija tenía entonces poco más de tres años. Sentí una terrible vergüenza, me sentí la peor madre del mundo, ya sé que puede parecer una tontería pero fue así. Y decidí dejar de fumar.
Puse una fecha, 7 días después, y se lo conté a todas las personas con las que hablaba, familia, amigos y algún que otro desconocido. Esa semana fumé más que nunca.
A las doce de la noche del 14 de marzo encendí mi último cigarro y lo fumé tranquila y despacito. Cuando acabé cogí los siete que quedaban en el paquete, los desmenucé y los tiré por el water.
El día siguiente lo pasé muy bien, estaba eufórica, muy contenta. Pero al otro lo pasé mal, y al otro... fueron un par de meses difíciles, me levantaba pensando en el tabaco,todos los actos cotidianos de mi vida estaban asociados al hecho de fumar (incluso mientras esperaba los cinco minuto con la mascarilla en el pelo solía encenderme un cigarro), era algo automático. Pero poco a poco, sin darme cuenta eso fue pasando, primero pasó la sensación de necesidad, luego pasó la sensación de apetencia y ahora, gracias a Dios, ha pasado hasta el recuerdo.
De hecho ahora no soporto el olor a tabaco, ese olor en el pelo, en la ropa, me resulta muy desagradable, supongo que yo olía a eso.
Ahora me siento mucho mejor físicamente, no suelo constiparme tan a menudo, no toso por las mañanas, tengo los dientes blanquísimos...
No me arrepiento de haberlo dejado, por mí y por mi familia, y además me siento muy bien por haberlo conseguido.
Estoy orgullosa de mi misma.

Espero que esto que he contado le ayude a alguien, lo más importante es encontrar un motivo verdadero, que tú te lo creas, para dejarlo.
Gracias, mi pequeño tesoro.
