Las flores del cerezo suelen caer muy pronto, es delicada y con el viento enseguida cae. Así, se puede disfrutar de su belleza y al caer en su plenitud, no da tiempo a verla marchitar.
La aspiración de un samurai era morir en su momento de máximo esplendor, en la batalla, y no envejecer y "marchitarse", como tampoco se marchita la flor del cerezo en el árbol...

Los ingredientes son :
- 200gr. de cerezas
- dos vasos de leche semidesnatada
- un vaso de nata líquida
- dos sobres de cuajada
- cuatro cucharadas de azúcar, mas dos para añadir a la cuajada.
Ponemos en un cazo las cerezas deshuesadas y cuatro cucharadas de azúcar , a cocer a fuego lento unos quince minutos.
Escurrimos las cerezas , no todas , y reservamos el sirope que obtenemos y alguna cereza para decorar por encima.
Ponemos en un cazo la nata, un vaso de leche y las dos cucharadas de azúcar.
En el otro vaso , disolvemos los sobres de cuajada.
Cuando la nata y la leche estén calientes, añadiremos la cuajada y removeremos sin parar, llevándolo a ebullición y separándolo del fuego para que temple.
Después volvemos a repetir la operación.
Yo usé unos pequeños tuppers de plástico , rectangulares, que me sirvieron de molde.
No es necesario forrarlos ni untarlos de nada, la cuajada se desmolda fácilmente.
En los cacharritos de tupper ponemos una primera capa de cuajada, dejamos que endurezca ligeramente y por encima le pondremos una pequeña capa de cerezas.
Después añadiremos otra capa de cuajada y dejaremos enfriar.
El sirope de cereza que nos quedó , lo ponemos al fuego a reducir, para que espese
Para la decoración , al desmoldar, usaremos el sirope y unos pedacitos más de cereza.

Espero que os guste

