Un poco de poes?a, por que no?:
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- Jefa de cocina
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Uno en asturiano:
Infancia ( de Esther Prieto)
Agora que ya nun somos nenos
ye triste otra vuelta deprender
el mieu, el silenciu vieyu
y aquella zrezal onde esguilemos tantes veces.
Depues vinieron díes d`escuela,
del pupitre y la pizarra. Tardes d`avientu
na ef?mera memoria d`aquellos años
c?sique nunca primaveres.
Agora, nel portal?n salobre d`esti branu,
canten al sua?u les muyeres:
runxir amargu d`arbol triste,
figal torcida a la vera la casona.
Ahora que ya no somos niños
es triste otra vez aprender
el miedo, el silencio viejo
y aquel cerezo donde trepamos tantas veces.
Después vinieron los días de escuela
de pupitre y la pizarra. Tardes de diciembre
en la ef?mera memoria de aquellos años
casi nunca primaveras.
Ahora, en el portal?n salobre de este verano
cantan al sueño las mujeres:
rugir amargo de ?rbol triste,
higuera torcida al lado de la casona.
Infancia ( de Esther Prieto)
Agora que ya nun somos nenos
ye triste otra vuelta deprender
el mieu, el silenciu vieyu
y aquella zrezal onde esguilemos tantes veces.
Depues vinieron díes d`escuela,
del pupitre y la pizarra. Tardes d`avientu
na ef?mera memoria d`aquellos años
c?sique nunca primaveres.
Agora, nel portal?n salobre d`esti branu,
canten al sua?u les muyeres:
runxir amargu d`arbol triste,
figal torcida a la vera la casona.
Ahora que ya no somos niños
es triste otra vez aprender
el miedo, el silencio viejo
y aquel cerezo donde trepamos tantas veces.
Después vinieron los días de escuela
de pupitre y la pizarra. Tardes de diciembre
en la ef?mera memoria de aquellos años
casi nunca primaveras.
Ahora, en el portal?n salobre de este verano
cantan al sueño las mujeres:
rugir amargo de ?rbol triste,
higuera torcida al lado de la casona.
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La traducci?n está debajo ¿no?soyelena escribió:Por dios, que me he perdidooo!!!dunkelvolk escribió:Guiel? dani gu?
Ndaani ti le yuzezuguaa
cagaa?e guidxilay? ne dxita
?ee: cabeza naa.
Naa ridide' nisiaase' lugui?'
ti za guiba' ne riuaable'
ra nuume.Debe de ser preciosa, pero tengo que aprender idiomas!!
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ESTA ES LA POESIA DEL POETA EXTREME?O LUIS CHAMIZO QUE M?S ME GUSTA : LA NACENCIA
I
Bru?? los recios nubarrones pardos
la luz del sol que s?agach? en un cerro,
y las artas cogollas de los ?rboles
d?un col? de naranjas se ti?eron.
A bocan?s el aire nos tra?a
los ru?dos díalla lejos
y el toque díoración de las campanas
de l?iglesia del pueblo.
Ibamos dambos juntos, en la burra,
por el camino nuevo,
mi muj? mu malita,
suspirando y gimiendo.
Bandás de gorriatos montesinos
volaban, chirriando por el cielo,
y volaban p?l sol quéen los canchales
daba relumbres díespejuelos.
Los grillos y las ranas
cantaban a lo lejos,
y cantaban tami?n los colorines
sobre las jaras y los brezos,
y ro?ndo, ro?ndo, de las sierras
llegaba el dolond?n de los cencerros.
¿Qué tarde más bonita!
Quéanochecer más g¿eno!
¿Qué tarde más alegre
si ju?ramos contentos!...
- No pu? ser más- me ijo- vaite, vaite
con la burra pal pueblo,
y g?ervete de prisa con la ag?ela,
la comadre o el míico...
Y bajé de la burra poco a poco,
s?arrellen? en el suelo,
juntú las manos y mir? p?arriba,
pa los bru?ios nubarrones recios.
?Dirme, dejagla sola,
dejagla yo a ella sola com?un perro,
en metú de la jesa,
una legua del pueblo...
eso no! De la rama
díarriba díun guapero,
con sus ojos roendos
nos miraba un mochuelo,
un mochuelo con ojos vedriaos
c**o los ojos de los muertos...
¿No tengo juerzas pa dejagla sola;
pero yo de qué sirvo si me queo!
La burra, que rro?a los tomillos
floridos del lindero
carcaba las moscas con el rabo;
y dejaba el careo,
levantaba el jocico, me miraba
y seguía royendo.
¿Qué pensaré la burra
si es que tienen las burras pensamientos!
Me ju? juntía mi Juana,
me jinqué de roillas en el suelo,
jice por record? las oraciones
que míenseñaron cuando nuevo.
No tenía pacencia
p?hacá memoria de los rezos...
¿Quién podrá socorrregla si me voy!
¿Quién va po la comadre si me queo!
Aturdio del tú gorv? los ojos
pa los ojos reondos del mochuelo;
y aquellos ojos verdes,
tan grandes, tan abiertos,
quéotras veces a mí me dieron risa,
hora me daban mieo.
¿Qué mirar?n tan fijos
los ojos del mochuelo!
No cantaban las ranas,
los grillos no cantaban a lo lejos,
las bocan?s del aire s?aplacaron,
s?asomaron la luna y el lucero,
no llegaba, ro?ndo, de las sierras
el dolond?n de los cencerros...
?Daba tanta quietú mucha congoja!
?Daba yo no sé qué tanto silencio!
M?arrim? más pa ella;
l?abrasaba el aliento,
le temblaban las manos,
tiritaba su cuerpo...
y a la lus de la luna eran sus ojos
más grandes y más negros.
Yo sentú que los míos chorreaban
lagrimones de fuego.
Uno cay? ro?ndo,
y, prend?o díun pelo,
en metú de su frente
se que? reluciendo.
¿Que bonita y que g¿ena,
Quién pudiera sí míico!
Se??, tú que lo sabes
lo ucho que la quiero.
T? que sabes quéestamos bien casaos,
Se??, tú quéeres g¿eno;
tú que jaces que broten las simientes
quéechamos en el suelo;
tú que jaces que granen las espigas,
cuando llega su tiempo;
tú que jaces que paran las ovejas,
sin comadres, ni míicos...
¿por qué, Se??, se va mor? mi Juana,
con lo que yo la quiero,
siendo yo tan honrao
y siendo tú tan g¿eno?...
?Ay! qué noche más larga
de tanto sufrimiento;
¿qué cosas pasar?an
que decilas no pueo!
Jizo Dios un milagro;
¿no podía por menos!
II
toito lleno de tierra
le levantú del suelo,
le mir? mu despacio, mu despacio,
con una miaja de respeto.
Era un hijo, ?mi hijo!,
hijo dambos, hijo nuestro...
Ella me le pedía
con los brazos abiertos,
¿Qué bonita quéestaba
llorando y sonriyendo!
Ven?a clareando;
s?o?an a lo lejos
las risotús de los pastores
y el dolond?n de los cencerros.
Bes? a la madre y le quitú mi hijo;
sal? con él corriendo,
y en un regacho díagua clara
le lav? tú su cuerpo.
Me sentú más honrao,
más cristiano, más g¿eno,
bautizando a mi hijo c**o el cura
bautiza los muchachos en el pueblo.
Ti? que ser campusino,
ti? que ser de los nuestros,
que por algo nació bajéuna encina
del camino nuevo.
Icen que la nacencia es una cosa
que miran los señores en el pueblo;
pos pa mí que mi hijo
la ti? mejor que ellos,
que Dios jizo en presona con mi Juana
de comadre y de míico.
Asina que nació bes? la tierra,
que, agraec?a, se peg? a su cuerpo;
y jue la mesma luna
quien le pag? aquel beso...
¿Qué saben d¿estas cosas
los señores aquellos!
Dos salimos del chozo,
tres golvimos al pueblo.
Jizo dios un milagro en el camino;
¿no podía por menos!
ESPERO QUE OS GUSTE PORQUE ESTÉ EN CASTUO .
I
Bru?? los recios nubarrones pardos
la luz del sol que s?agach? en un cerro,
y las artas cogollas de los ?rboles
d?un col? de naranjas se ti?eron.
A bocan?s el aire nos tra?a
los ru?dos díalla lejos
y el toque díoración de las campanas
de l?iglesia del pueblo.
Ibamos dambos juntos, en la burra,
por el camino nuevo,
mi muj? mu malita,
suspirando y gimiendo.
Bandás de gorriatos montesinos
volaban, chirriando por el cielo,
y volaban p?l sol quéen los canchales
daba relumbres díespejuelos.
Los grillos y las ranas
cantaban a lo lejos,
y cantaban tami?n los colorines
sobre las jaras y los brezos,
y ro?ndo, ro?ndo, de las sierras
llegaba el dolond?n de los cencerros.
¿Qué tarde más bonita!
Quéanochecer más g¿eno!
¿Qué tarde más alegre
si ju?ramos contentos!...
- No pu? ser más- me ijo- vaite, vaite
con la burra pal pueblo,
y g?ervete de prisa con la ag?ela,
la comadre o el míico...
Y bajé de la burra poco a poco,
s?arrellen? en el suelo,
juntú las manos y mir? p?arriba,
pa los bru?ios nubarrones recios.
?Dirme, dejagla sola,
dejagla yo a ella sola com?un perro,
en metú de la jesa,
una legua del pueblo...
eso no! De la rama
díarriba díun guapero,
con sus ojos roendos
nos miraba un mochuelo,
un mochuelo con ojos vedriaos
c**o los ojos de los muertos...
¿No tengo juerzas pa dejagla sola;
pero yo de qué sirvo si me queo!
La burra, que rro?a los tomillos
floridos del lindero
carcaba las moscas con el rabo;
y dejaba el careo,
levantaba el jocico, me miraba
y seguía royendo.
¿Qué pensaré la burra
si es que tienen las burras pensamientos!
Me ju? juntía mi Juana,
me jinqué de roillas en el suelo,
jice por record? las oraciones
que míenseñaron cuando nuevo.
No tenía pacencia
p?hacá memoria de los rezos...
¿Quién podrá socorrregla si me voy!
¿Quién va po la comadre si me queo!
Aturdio del tú gorv? los ojos
pa los ojos reondos del mochuelo;
y aquellos ojos verdes,
tan grandes, tan abiertos,
quéotras veces a mí me dieron risa,
hora me daban mieo.
¿Qué mirar?n tan fijos
los ojos del mochuelo!
No cantaban las ranas,
los grillos no cantaban a lo lejos,
las bocan?s del aire s?aplacaron,
s?asomaron la luna y el lucero,
no llegaba, ro?ndo, de las sierras
el dolond?n de los cencerros...
?Daba tanta quietú mucha congoja!
?Daba yo no sé qué tanto silencio!
M?arrim? más pa ella;
l?abrasaba el aliento,
le temblaban las manos,
tiritaba su cuerpo...
y a la lus de la luna eran sus ojos
más grandes y más negros.
Yo sentú que los míos chorreaban
lagrimones de fuego.
Uno cay? ro?ndo,
y, prend?o díun pelo,
en metú de su frente
se que? reluciendo.
¿Que bonita y que g¿ena,
Quién pudiera sí míico!
Se??, tú que lo sabes
lo ucho que la quiero.
T? que sabes quéestamos bien casaos,
Se??, tú quéeres g¿eno;
tú que jaces que broten las simientes
quéechamos en el suelo;
tú que jaces que granen las espigas,
cuando llega su tiempo;
tú que jaces que paran las ovejas,
sin comadres, ni míicos...
¿por qué, Se??, se va mor? mi Juana,
con lo que yo la quiero,
siendo yo tan honrao
y siendo tú tan g¿eno?...
?Ay! qué noche más larga
de tanto sufrimiento;
¿qué cosas pasar?an
que decilas no pueo!
Jizo Dios un milagro;
¿no podía por menos!
II
toito lleno de tierra
le levantú del suelo,
le mir? mu despacio, mu despacio,
con una miaja de respeto.
Era un hijo, ?mi hijo!,
hijo dambos, hijo nuestro...
Ella me le pedía
con los brazos abiertos,
¿Qué bonita quéestaba
llorando y sonriyendo!
Ven?a clareando;
s?o?an a lo lejos
las risotús de los pastores
y el dolond?n de los cencerros.
Bes? a la madre y le quitú mi hijo;
sal? con él corriendo,
y en un regacho díagua clara
le lav? tú su cuerpo.
Me sentú más honrao,
más cristiano, más g¿eno,
bautizando a mi hijo c**o el cura
bautiza los muchachos en el pueblo.
Ti? que ser campusino,
ti? que ser de los nuestros,
que por algo nació bajéuna encina
del camino nuevo.
Icen que la nacencia es una cosa
que miran los señores en el pueblo;
pos pa mí que mi hijo
la ti? mejor que ellos,
que Dios jizo en presona con mi Juana
de comadre y de míico.
Asina que nació bes? la tierra,
que, agraec?a, se peg? a su cuerpo;
y jue la mesma luna
quien le pag? aquel beso...
¿Qué saben d¿estas cosas
los señores aquellos!
Dos salimos del chozo,
tres golvimos al pueblo.
Jizo dios un milagro en el camino;
¿no podía por menos!
ESPERO QUE OS GUSTE PORQUE ESTÉ EN CASTUO .
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??OTRA QUE ME GUSTA:
EL NOVIAJO
I
Tocan las campanas
la gente s?alegra.
Unos g¿enos mozos, cantando flamenco,
jacen gorgoritos en una taberna.
Tocan las campanas,
tocan dando g?ertas,
quñasin tocan siempre
los días de fiesta.
Hay ri?as de gallos
en la resolana de las corraleras
y en el altozano, juntía los ceviles
unos zagalones se juegan las perras.
Los viejos s?apiñan,
s?apiñan las viejas
jaciendo la bulra
de la gente nueva.
S?arriscan las mozas,
y van peripuestas
luciendo los guapos
pa?uelos de s?a;
goliendo a manzanas,
goliendo a camuesas.
Van en carrefilas, jaciendo pinitos,
camino e la iglesia...
Y yo, quéera malo, más malo quéun vendo,
me voy detr?s díellas.
Me voy detr?s díellas sin ver a los gallos
que riñen los mozos en las corraleras;
sin tomó las once,
sin jug? las perras.
Me voy tras las mozas
porque va con ellas,
la que yo dinguelo,
la que me dinguela.
con sus ojos negros de mir?s mu tristes
con sus ojos tristes de mir?s mu negras.
Yo quéera tan malo,
me voy pa l?iglesia
sin tomó las once,
sin jug? las perras,
sin dir... a las ri?as
de las corraleras.
¿Que jorm? te pones! - me icen los viejos,-
?que g¿eno quéeres! - me icen las viejas-
?Chacho! ?que túha dao? - me icen los mozos
dende la taberna.
M?ha dao la vaa,
la vaa quées g¿ena
cuando se trebaja
por una querencia,
cuando por un argo, que llevamos drento
se sufre y se pena;
cuando, de roillas,
drento de la iglesia,
rezando, lloramos
sin danos verguenza.
La quiero y me quiere,
espero y espera
jasta que yo junte pa dale las donas,
jasta quéella s?haga?l aju? con la hijuela.
Tocan las campanas,
la gente s?alegra.
Mi novia va a misa;
yo voy detr?s díella,
y alli, mesmamente delante del Cristo,
jincao en la tierra,
rezando las cosas quña mi míenseñaron
cund?iba a la escuela,
una vos me ice: ?s? g¿eno y trebaja!;
y otra vos me ice: ?trebaja y espera!
II
¿Qué g¿ena y qué santa!
Qué santa y qué g¿ena!...
Con lo que me quiere, ni siqui? me mira
drento de la iglesia.
Por eso me icen
quña mí me disprecia
porque no me mira
drento de l?iglesia.
?Juy, que cacho e brutos!
?Juy, que mal que piensan!
Si mesmitamente
lo quña mí míalegra
es que no se istraiga,
es que no míatienda,
pa quñasin la Virgen mus dí de seguía
lo quéella la pie ca ves que la reza.
III
Cariños mu jondos son dambos cariños,
querencias mu jondas son dambas querencias.
Cuando con la jacha
descuajo en la jesa,
las ramas se runden,
la jacha se mella,
y yo, que soy juerte,
me queo sin juerzas...
Cuando yo la vide
po la ves primera,
preci?? la cosa de nuestro noviajo
con nuestros quereles y nuestras querencias.
Yo sí quéel cariño díella no se runde,
ni el mio se mella,
que semos más duros que los arcornoques
y más que los jierros de las jerramientas.
¿Qué juerza más grande llevamos por drento!
?que juerza, qué juerza!
Cuando con el burro salgo mu templano
camino e la jesa,
siempre me la encuentro
barriendo la puerta;
y siempre me ice: - ?Anda con Dios hombre!-
y siempre le igo: - ? Quéate con Dios Petra!-
y le doy al burro pa quñande más listo,
y ella barre, barre, mucho más depriesa...
Y si, ya mu lejos,
g?ervo la cabeza,
me mira y se rie
con esa risina que tanto míalegra...
¿Qué trebajaora!
¿Qué guapa y qué g¿ena!
?Si paece mentira
que tanto me quiera!
Tocan las campanas
tocan dando g?ertas...
Unos g¿enos mozos, cantando flamenco,
jacen gorgoritos en una taberna.
Hay ri?as de gallos
en la resolana de las corraleras;
y en el artozano, juntía los ceviles,
unos zagalones se juegan las perras...
?Juy, que cacho e brutos!
?Juy, que mal que piensan
creyendo que asina son las diversiones
de la gente nueva!
Y ?es claro!, por eso, ¿qué corcio!, me icen
quéella me disprecia
porque no me mira
drento de la iglesia
con sus ojos negros de mir?s mu tristes,
con sus ojos tristes de mir?s mu negras.
EL NOVIAJO
I
Tocan las campanas
la gente s?alegra.
Unos g¿enos mozos, cantando flamenco,
jacen gorgoritos en una taberna.
Tocan las campanas,
tocan dando g?ertas,
quñasin tocan siempre
los días de fiesta.
Hay ri?as de gallos
en la resolana de las corraleras
y en el altozano, juntía los ceviles
unos zagalones se juegan las perras.
Los viejos s?apiñan,
s?apiñan las viejas
jaciendo la bulra
de la gente nueva.
S?arriscan las mozas,
y van peripuestas
luciendo los guapos
pa?uelos de s?a;
goliendo a manzanas,
goliendo a camuesas.
Van en carrefilas, jaciendo pinitos,
camino e la iglesia...
Y yo, quéera malo, más malo quéun vendo,
me voy detr?s díellas.
Me voy detr?s díellas sin ver a los gallos
que riñen los mozos en las corraleras;
sin tomó las once,
sin jug? las perras.
Me voy tras las mozas
porque va con ellas,
la que yo dinguelo,
la que me dinguela.
con sus ojos negros de mir?s mu tristes
con sus ojos tristes de mir?s mu negras.
Yo quéera tan malo,
me voy pa l?iglesia
sin tomó las once,
sin jug? las perras,
sin dir... a las ri?as
de las corraleras.
¿Que jorm? te pones! - me icen los viejos,-
?que g¿eno quéeres! - me icen las viejas-
?Chacho! ?que túha dao? - me icen los mozos
dende la taberna.
M?ha dao la vaa,
la vaa quées g¿ena
cuando se trebaja
por una querencia,
cuando por un argo, que llevamos drento
se sufre y se pena;
cuando, de roillas,
drento de la iglesia,
rezando, lloramos
sin danos verguenza.
La quiero y me quiere,
espero y espera
jasta que yo junte pa dale las donas,
jasta quéella s?haga?l aju? con la hijuela.
Tocan las campanas,
la gente s?alegra.
Mi novia va a misa;
yo voy detr?s díella,
y alli, mesmamente delante del Cristo,
jincao en la tierra,
rezando las cosas quña mi míenseñaron
cund?iba a la escuela,
una vos me ice: ?s? g¿eno y trebaja!;
y otra vos me ice: ?trebaja y espera!
II
¿Qué g¿ena y qué santa!
Qué santa y qué g¿ena!...
Con lo que me quiere, ni siqui? me mira
drento de la iglesia.
Por eso me icen
quña mí me disprecia
porque no me mira
drento de l?iglesia.
?Juy, que cacho e brutos!
?Juy, que mal que piensan!
Si mesmitamente
lo quña mí míalegra
es que no se istraiga,
es que no míatienda,
pa quñasin la Virgen mus dí de seguía
lo quéella la pie ca ves que la reza.
III
Cariños mu jondos son dambos cariños,
querencias mu jondas son dambas querencias.
Cuando con la jacha
descuajo en la jesa,
las ramas se runden,
la jacha se mella,
y yo, que soy juerte,
me queo sin juerzas...
Cuando yo la vide
po la ves primera,
preci?? la cosa de nuestro noviajo
con nuestros quereles y nuestras querencias.
Yo sí quéel cariño díella no se runde,
ni el mio se mella,
que semos más duros que los arcornoques
y más que los jierros de las jerramientas.
¿Qué juerza más grande llevamos por drento!
?que juerza, qué juerza!
Cuando con el burro salgo mu templano
camino e la jesa,
siempre me la encuentro
barriendo la puerta;
y siempre me ice: - ?Anda con Dios hombre!-
y siempre le igo: - ? Quéate con Dios Petra!-
y le doy al burro pa quñande más listo,
y ella barre, barre, mucho más depriesa...
Y si, ya mu lejos,
g?ervo la cabeza,
me mira y se rie
con esa risina que tanto míalegra...
¿Qué trebajaora!
¿Qué guapa y qué g¿ena!
?Si paece mentira
que tanto me quiera!
Tocan las campanas
tocan dando g?ertas...
Unos g¿enos mozos, cantando flamenco,
jacen gorgoritos en una taberna.
Hay ri?as de gallos
en la resolana de las corraleras;
y en el artozano, juntía los ceviles,
unos zagalones se juegan las perras...
?Juy, que cacho e brutos!
?Juy, que mal que piensan
creyendo que asina son las diversiones
de la gente nueva!
Y ?es claro!, por eso, ¿qué corcio!, me icen
quéella me disprecia
porque no me mira
drento de la iglesia
con sus ojos negros de mir?s mu tristes,
con sus ojos tristes de mir?s mu negras.
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