Tal c**o decis algunas de vosotras, he disfrutado mucho durante el viaje, he visto muchas cosas para llorar, pero lo que mas impacta es el contacto con la gente, la forma en que te miran los niños, aunque a veces llega a ser agobiante, y te sientes mal por no poder ayudar a todos, pero por otra parte ves la sencillez con la que viven y te hace recapacitar y valorar mucho mas lo que tienes, seguro que no vuelves igual que te marchas.
Mi cara de felicidad en las últimas fotos, delatan lo orgullosa que me siento de pertenecer a esta Fundaci?n, no os imaginais lo que llegan a querer estas personas a Vicente, se les iluminan los ojos cuando les hablas deél, y es que no es para menos.


