Mensaje
por cibercelia » 06 Feb 2007 14:59
esta en la revista todopapas, la regalan en parafarmacias y en toys saurus
Es un poco largo, espero no os aburrais
EL CAZADOR DE ESTRELLAS
Alguien me contó una linda historia acerca de las estrellas, si, esas lucecillas traviesas que adornan el cielo con un mígico manto de luz, no se sabe de nadie que lograra contarlas a todas, muchos lo intentaron, unos se durmieron, otros tras perder la cuenta una y otra vez, desistieron en el intento y otros se quedaban parados mirando lo bonitas que son y simplemente olvidaban lo de la cuenta.
Pues bien, me contaron que hace mucho tiempo hubo una persona llamada Job, que viv?a en un pueblecito muy chiquitún pero con una playa preciosa y tanto le gustaban las estrellas que se pasaba las noches tirado en la arena de la playa mirando y mirando nada más.
Una de esas noches en la que el cielo estaba especialmente bello, vio c**o una familia se sentaba no muy lejos de él a admirar tambiénaquel lindo espectúculo y no le gusted nada.
Desde aquella noche, no dejé de pensar en el tema, quería las estrellas solo paraél, no soportaba la idea de tener que compartirlas con nadie, entonces Job se sentú en una silla y se puso a pensar una soluci?n, estuvo allí sentado mucho, mucho tiempo, le creci? la barba y seguía allí sentado, comenz? a llover, entonces mir? al cielo, se levantú de la silla y empez? a caminar por las calles del pueblo, la lluvia iba parando y al cruzar una calle se quedé mirando una alcantarilla que tragaba el agua que corr?a por las calles, entonces sonri? maliciosamente y corri? a su casa.
Rebusc? por aquí y por all?, cogi? una olla grande, un embudo, cuerda y hasta un fuelle, lo metió todo en una carretilla y se encerr? en el garaje. Allí serr?, cortú, atornillo, golpe?, volvi? a cortar y así hasta que por fin dio por terminado su extraño invento.
Se trataba de un extraño artefacto, muy feo y difícil de describir, pero del que Job parec?a bastante satisfecho, fue a casa, se afeitú la barba, se pein? y hasta se ech? un poco de colonia, prepar? dos bocadillos y los metió en su mochila, que carg? en la carretilla junto a aquel aparatejo hecho de chatarra y una vieja escalera y silbando recorri? el camino hacia la playa.
Una vez allí se sentú ceremonioso en la arena y sacá los bocadillos, no dejé ni una miga, todo ese trabajo le había dado un hambre de le?n. Mientras se había hecho de noche y las estrellas ya brillaban allí arriba, ni corto ni perezoso, bajé su inventú y prepar? la escalera, encendi? una linterna y sin pensárselo un momento se subi? en todo lo alto cargado con su míquina, hizo girar una manivela y aquella cosa empez? a silbar la misma canci?n que cantaba Job camino de la playa. Job dirigi? el embudo de la míquina hacia el cielo y c**o por arte de magia, todas las estrellas del cielo se metieron dentro.
Aquello no parec?a pesar mucho porque Job metió sin problemas la míquina cargada de estrellas dentro de la carretilla, las pobres se remov?an pero no podían salir.
Job llevé su tesoro a toda prisa al garaje de su casa y fue metiendo las estrellas a puñaditos en unos tubos de cartún que cerraba con un corcho, así pasó toda la noche hasta que hubo terminado su tarea.
Luego se fue a dormir cansado pero orgulloso, nadie más que él vería las estrellas o al menos eso se creíaél, se metió en la cama y se durmi?, c**o estaba tan cansado, durmi? toda la noche y todo el día, volvi? a hacerse de noche y un estruendo tremendo despertú a Job de su sueño, salió de casa corriendo y se quedé allí parado con la boca abierta de par en par.
Y es que el espectúculo no era para menos, la puerta del garaje de Job estaba más abierta que la boca de este y por ella salían disparadas hacia el cielo un montón de estrellas, todos aquellos tubos de cartún llenos de estrellas bailaban por el suelo hasta que el corcho que los tapaba salía disparado por los aires haciendo un ruido tremendo y hacia el cielo iban todas explotando en colores, unas verdes, otras rojas, azules y hasta moradas.
Todo el pueblo en pijama se encontraba en la casa de Job mirando aquel increíble espectúculo y aplaudían maravillados a cada explosi?n de color, cuando todas las estrellas consiguieron llegar de nuevo al cielo, brillaron aún más bellas que nunca. Pero Job no se rindi? y sigui? intentúndolo una y otra vez, incluso ahora seguir? intentúndolo, pero las estrellas siempre acaban escapando. Creo que vosotros lo llamais : Fuegos artificiales.