Quiero deciros que sí cómo se siente una cuando nada de lo que pasa alrededor consigue llamarnos la atenci?n, cuando la apatía y la tristeza se apoderan del esp?ritu y nos hunden f?sica y moralmente.
Y si no se trabaja, si se está en casa sola la mayor parte del día, se acrecienta esa sensaci?n de horrible vacío alrededor.
Siempre hay un desencadenante que nos sume en ese pozo, pero la mayoría de las veces no puede ir una contódolo por ahí y se queda guardado, aunque lo mejor seráa poder desahogarse con alguien que supi?ramos que iba a comprendernos. Pero no lo hacemos porque el mismo caparazón en el que nos encerramos nos impide valorar esa posibilidad.
Llegu? a un estado en el que sólo dormía, comía malamente, no me arreglaba, no salía, me borré de las clases a las que iba, no podía hablar porque enseguida me ponía a llorar.................fue horrible.
Y si ahora os digo cuándo fue ésto, os asombrar?is más de una: hace cuatro o cinco meses. Quiere eso decir, que con toda mi depresi?n, me ponía delante del ordenador y cambiaba por completo, me implicaba en las cosas que hacíais, me apetec?a hacer bromas, me sentía agusto con vosotras...............fu?steis mi remedio. Lleg? un momento en el que sólo me apetec?a sentarme aquí, y aunque sólo dijera chorradas, me hacía mucho bien.
Un día me dije que así no podía seguir por respeto a mí misma, que mi cuerpo era lo más importante que tenía y que estaba haciendo un pecado revolvi?ndome siempre en la tristeza. Pero lo pensá sólo por mi, nada de familia, sólo por mí.
Lo primero que hice fue ir a comprarme algo de ropa, ya que al no salir, ni ganas tenía de vestirme, cambió el peinado, maquillaje, me arreglaba aunque no saliera, y la imagen que iba devolvi?ndome el espejo era ya muy diferente, ya que antes evitaba mirarme porque ni yo me reconocía.
Me dije "nena, tú vales mucho, que les vayan dando a todos" y empec? otra vez a asistir a las clases, a estar en el mundo aunque al principio no tuviera ganas, no rechazo una cena con las amigas ni viajes, me agarro a todo lo bueno que pase por mi lado.
Y vosotras, desde ahí, no s?is conscientes de la ayuda que me hab?is prestado.
Ahora, miro hacia atrás y no entiendo cómo pude caer de esa manera.
Ya sí que los consejos no valen de mucho cuando se está así, pero sí que os voy a dar uno: LA AUTOESTIMA
A menudo ocupamos el último lugar en la escala de nuestros afectos y así nos va. El bienestar de nuestro cuerpo, el atender a las demandas de nuestros sentimientos, debe ser algo que no podemos olvidar porque los demás demanden nuestra atenci?n. Los demás no saben dónde tenemos el l?mite, pero nosotras sí.
Chicas, poneros las pilas y pensad que s?is una maravilla de la naturaleza, que además es verdad.
No soy muy dada a exteriorizar mis sentimientos, pero creo que alguna puede aprovechar mi experiencia.


