Yo soy una de esas pesadas que dice Irutxu que llamo al 900 de Telecable para decirles que son unos impresentables (y es que lo son). Me desquicia que la chica que me responde no sabe nada de nada y responde repiti?ndome c**o un loro lo mismo 20 veces, aunque le explique pacientemente otras 20 que no es lo que ella me está diciendo, que mi problema es otro.
Muchas veces termino diciéndole que me pase a un superior y, c**o no puede, pues le digo: "ya sí que no tienes la culpa, pero alguien me tiene que oir..." y le suelto el cabreo que tengo encima.
Te pongo un ejemplo: hace unos 6 años, vino a mi puerta un comercial de telecable a ofrecerme telefon?a e Internet, que en aquel momento no me interesaban. Un año después quise darme de alta y llamo al 900, la teleoperadora me dice muy ufana, que en mi zona aún no está disponible y que tendré que esperar a que venga un comercial a ofrec?rmelo. Le dije 2.500 veces que ya había venido uno hacía ya un año y, que además mi avecina del portal de al lado ya se había dado de alta la semana anterior. Y ella impertúrrita, me repiti? otras 25.000 veces exactamente lo mismo: "Lo sentimos, pero ese servicio aún no está disponible en su zona, espere a que un comercial vaya por su domicilio a hacerle la oferta".
Total que eso cabrea a cualquiera porque tienes la impresi?n de hablarle a un mensaje grabado
Al día siguiente fui a las oficinas de Telecable y me hicieron el contrato de los servicios que supuestamente "no estaban disponibles en mi zona" y a la semana ya los tenía. Me dijeron que las teleoperadoras eran "un poco ineptas".
Yo hablo desde el otro lado, pero hace un mes para resolver un problema con el mívil de mi hija (Amena), tuve que llamar 7 veces hasta que dí con un chico espabilado que me dio bien el no de fax al que tenía que mandar un escrito. Después para conseguir un duplicado de tarjeta, tuve que llamar 5 veces más, porque en la tienda Amena no salían datos de cliente, hasta que una chica me dijo que era porque al ser mi hija menor tenían que meter su nombre pero mi DNI.
Con estas premisas, sinceramente no me extraña que la gente se acuerde de sus muertos...