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SIRENA64
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Mensaje por SIRENA64 » 17 Dic 2006 20:38

El conejo y el perro

Un señor le compré un conejo a sus hijos. Los hijos del vecino, le pidieron
una mascota al padre. El hombre compré un cachorro de pastor alemán.

El vecino exclam?:

- Pero él se comeré a mi conejo!

- De ninguna manera, mi pastor es cachorro.

Crecer?n juntos, serán amigos. Yo entiendo mucho de animales. No habrá
problemas.

Y, parece que el dueño del perro tenía razón.

Juntos crecieron y amigos se hicieron. Era normal ver al conejo en el patio
del perro y al rev?s. Los niños, felices observaban cómo ambos viv?an en
armon?a.

Un viernes el dueño del conejo fue a pasar un fin de semana en la playa con
su familia.

El domingo, a la tardecita, el dueño del perro y su familia tomaban una
merienda, cuando entra el pastor alemán a la cocina. Tra?a al conejo entre
los dientes, sucio de sangre y tierra... muerto. Casi mataron al perro de
tanto agredirlo.

Dec?a el hombre:
- El vecino tenía razón, ?y ahora?

La primera reacci?n fue pegarle al perro, echar el animal c**o castigo. En
unas horas los vecinos iban a llegar. - ¿Qué hacemos?

Todos se miraban. El perro, llorando afuera, lamía sus heridas.

- ?Pensaron en los niños y en su dolor?

No se sabe exactamente de quien fue la idea, pero dijeron:

- Vamos a ba?ar al conejo, dejarlo bien limpito, después lo secamos con el
secador y lo ponemos en su casita en el patio. c**o el conejo no estaba en
muy mal estado, así lo hicieron. Hasta perfume le pusieron al animalito.
Qued? bonito, "parec?a vivo", decían las niños.

Y allí lo pusieron, con las piernitas cruzadas, c**o si estuviese durmiendo.
Luego al llegar los vecinos se sintieron los gritos de los niños. ¡Lo
descubrieron! No pasaron ni cinco minutos que el dueño del conejo vino a
tocar a la puerta. Blanco, asustado.

Parec?a que había visto un fantasma.

- ¿Qué pasó? ¿Qué cara es esa?

- El conejo... el conejo...

-?El conejo qué? ¿Qué tiene el conejo?

- ?Muri?!

- ?Muri??

- ?Muri? el viernes!

- ?El viernes?

- ?Fue, antes de que viaj?ramos, los niños lo enterraron en el fondo del
patio!

La historia termina aquí. Lo que ocurrió después no importa. Ni nadie lo
sabe. El gran personaje de esta historia es el perro.

Imag?nense al pobrecito, desde el viernes, buscando en vano por su amigo de
la infancia.

Después de mucho olfatear, descubri? el cuerpo enterrado. ¿Qué haceél?
Probablemente con el corazón partido, desentierra al amigo y va a
mostr?rselo a sus dueños, imaginando poder resucitarlo.

El hombre tiene la tendencia a juzgar anticipadamente los acontecimientos
sin verificar lo que ocurrió realmente.

?Cuántas veces sacamos conclusiones equivocadas de las situaciones y nos
creemos dueños de la verdad?

La irrefrenable tendencia del ser humano a juzgar las acciones de los demás
debería ser sometida al propio juicio de quien las ejercita.


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SIRENA64
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Mensaje por SIRENA64 » 17 Dic 2006 20:42

"Cuentan que había una caravana en el desierto.
Al caer la noche la caravana se detiene. El muchachito encargado de los camellos se acerca al guña de la
caravana y le dice:
- Tenemos un problema, tenemos 20 camellos y 19 cuerdas, así que ¿Cómo hacemos?
?l le dice:
-Bueno, los camellos son bastantes bobos, en realidad, no son muy lácidos, así que and? al lado del camello que falta y hacá c**o que lo atas. él se va a creer que lo estés atando y se va a quedar quieto.
Un poco desconfiado el chico va y hace c**o que lo ata y el camello en efecto se queda ahí, paradito, c**o si estuviera atado.
A la mañana siguiente, cuando se levantan, el cuidador cuenta los camellos y están los veinte.
Los mercaderes cargan todo y la caravana retoma el camino.
Todos los camellos avanzan en fila hacia la ciudad, todos menos uno que queda ahí.
- Jefe, hay un camello que no sigue a la caravana.
- ?es el que no ataste ayer porque no tenías soga?
- Sí, ¿cómo sabe?
- No importa. And? y hacá c**o que lo desatas, porque si no va a seguir creyendo que está atado y si lo sigue creyendo no empezar? a caminar"

Seguir llorando aquello que no tengo me impide disfrutar esto que tengo ahora.
Aprender a enfrentarse con el tema de la p?rdida es aceptar vivir el duelo, saber que aquello que era es aquello que era y que ya no es más o por lo menos que ya no es lo mismo que era.
De hecho nunca es lo mismo.
Cuando yo me doy cuenta de que algo ha muerto, de que algo está terminado, ese es un buen momento para soltar.
Cuando ya no sirve, cuando ya no cumple, cuando ya no es, es tiempo de soltar.
Lo que seguro no voy a hacer, si te amo de verdad, es querer retenerte.
Lo que seguro no voy a hacer es tratar de engancharte, si es de verdad que te amo.
?Te amo a vos, o amo la comodidad de que estés al lado mío? ?estoy relacionado con vos, individuo, persona? , o ?estoy relacionado con mi idea de que ya te encontré y no quiero salir a buscar más a nadie?.
No te atrapo, no te agarro, no te aferro, no te aprisiono. Y no te dejo ir porque no me importe, te dejo ir porque me importa.
Sí, hay miles de parejas que antes de encontrarse debieron separarse, y otras que se separaron y nunca se volvieron a encontrar y hay miles más que no se separaron nunca y vivieron estrope?ndose la vida para siempre, y hay toda la serie de variaciones que se te ocurran.
Basta que uno de los dos sienta que se termin?, que ya no quiere más, que no tiene emoción, que se acab? el deseo, basta que uno sostenga que agotú todos los recursos pero no le pasa nada, basta eso para saber que no hay mucho para rescatar.
Si hay deseo, si se quieren, si se aman, si les importa cada uno del otro, si creen que hay algo que se pueda hacer, aunque no sepan qué, los problemas se pueden resolver (mejor dicho se pueden intentar).
Pero si para alguno de los dos verdadera y definitivamente se termin?, se termin? para ambos y ya no hay nada más para hacer. Por lo menos en esta vuelta de la calesita.
Quiz?s en la próxima te saques la sortija montada en el mismo pony porque en esta vuelta no hay más premios para repartir.
Y entonces habrá que decirle al que ama: Tengo malas noticias para vos. Lo siento, se termin?...
¿Y ahora? No lo sí. Seguramente duela. Pero te puedo garantizar que no te vas a morir. Si no te aferr?s no te vas a morir. Si no pretendes retener no te vas a morir.
Salvo, que vos creas que te vas a morir.


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Mensaje por SIRENA64 » 17 Dic 2006 20:43

Hace tiempo, en un lejano pueblo, había una casa abandonada.


Cierto día, un cachorro, buscando refugio del sol, logró meterse por un agujero en el portún de la residencia. Subi? lentamente las viejas escaleras de madera hasta que se top? con una puerta semi-abierta: y se adentré en el cuarto, cautelosamente.
Con gran sorpresa, se dio cuenta que dentro de esa habitaci?n había mil perritos más observ?ndolo tan fijamente c**o él a ellos, y vio asombrado que todos los cachorros comenzaron a mover la cola, exactamente en el momento en que él manifestú alegría.
Luego ladr? festivamente a uno de ellos y el conjunto de canes le respondi? de manera orquestada, id?ntica. Todos sonre?an y latían c**o él.
Cuando se retir? del cuarto se quedé pensando en lo agradable que le había resultado conocer el lugar y se dijo: " Volveré más seguido por aquí."
Pasado un tiempo, otro perro callejero ingres? al mismo ambiente. A diferencia del primer visitante al ver a todos los cong?neres del cuarto, se sinti? amenazado, ya que lo miraban de manera agresiva, con desconfianza.
Empez? a gru?ir; y vio, maravillado, c**o los otros mil perritos hacían lo mismo que él.
Comenz? a ladrarles y los otros tambiénhicieron lo mismo ruidosamente.
Cuando salió del cuarto pensá: "Que lugar tan horrible es este. Nunca regresar?."
Ninguno de los canes exploradores alcanzaron a reparar en el letrero instalado en el frente de la misteriosa mansi?n": "La casa de los mil espejos."

Los rostros que observamos del mundo son espejos. Tu mirada es todo lo que consigues obtener de la realidad. Cada percepci?n demuestra las posibilidades de proyecci?n y de captaci?n que nos permitimos.
Las cosas más bellas de la vida no se ven, se captan con el corazón.
Si las puertas de la percepci?n estuviesen totalmente abiertas descubrir?amos que navegamos en el infinito. c**o están semi-cerradas, la vida, al igual que el eco, o el espejo, nos devuelve lo que hacemos. La visita por la casa terr?quea es muy fugaz.
Consigue un espejo, sonr?ele al personaje que aparece y no te enojes no te asustes si te contesta con una divina carcajada.


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Mensaje por Tori21 » 18 Dic 2006 15:54

SI
Última edición por Tori21 el 25 Abr 2007 20:47, editado 1 vez en total.

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Mensaje por SIRENA64 » 19 Dic 2006 20:17

[quote="Tori21"]SIRENA64 ME HAS EMOCIONADO GRACIAS POR PONER COSAS TAN PRECIOSAS, AUNQUE NO SE c**o ERES EN CAMBIO SI SE LO QUE ERES, ESTOY CONVENCIDO QUE ERES UN ANGEL,UN ABRAZO DE TORI.






igual mente tori besos y abrazos y felices fiesta para ti y tu familia con todo el deseo de mi corazon :beso:

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Mensaje por SIRENA64 » 19 Dic 2006 20:20

Media cobija

Don Roque era ya un anciano cuando muri? su esposa, durante largos años había trabajado con ahínco para sacar adelante a su familia.
Su mayor deseo era ver a su hijo convertido en un hombre de bien, respetado por los demás, ya que para lograrlo dedic? su vida y su escasa fortuna.

A los 70 años Don Roque se encontraba sin fuerzas, sin esperanzas, solo y lleno de recuerdos.

Esperaba que su hijo, brillante profesional, le ofreciera su apoyo y comprensi?n, pero veía pasar los días sin que este apareciera y decidi? por primera vez en su vida pedir un favor a su hijo.

Don Roque toco la puerta de la casa donde viv?a su hijo con su familia.

- Hola papá!
- Que milagro que vienes por aquí!
- Ya sabes que no me gusta molestarte, pero me siento muy solo, además estoy cansado y viejo.
- Pues a nosotros, nos da mucho gusto que vengas a visitarnos, ya sabes que esta es tu casa.
- Gracias hijo, sabía que podía contar contigo, pero temía ser un estorbo. Entonces, ¿no te molestaráa que me quedara a vivir con ustedes?
- Me siento tan solo!.
- ¿Quedarte a vivir aquí?, si..... claro...... pero no se si estaráas a gusto, tú sabes, la casa es chica mi esposa es muy especial..... y luego los niños....
- Mira hijo, si te causo muchas molestias olv?dalo, no te preocupes por mi, alguien me tendera la mano.
- No padre no es eso, solo que.... no se me ocurre donde podrías dormir.
No puedo sacar a nadie de su cuarto, mis hijos no me lo perdonar?an.... o solo que no te moleste dormir en el patio...
- Dormir en el patio está bien.

El hijo de Don Roque llam? a su hijo Luis de 12 años.

- Dime papá.
- Mira tu abuelo se quedara a vivir con nosotros. Tr?ele una cobija para que se tape en la noche.
- Si con gusto..... y ?donde va a dormir?
- En el patio, no quiere que nos incomodemos por su culpa.
- Luis subi? por la cobija, tomó unas tijeras y la cortú en dos.

En ese momento llegó su padre.

- ¿Que haces Luis? ¿Por que cortas la manta de tu abuelo?
- Sabes papá, estaba pensando.....
- Pensando ¿en qué?.
- En guardar la mitad de la cobija para cuando tú seas viejo y vayas a vivir a mi casa...

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Mensaje por SIRENA64 » 19 Dic 2006 20:24

El dolor de los demás....

Cuentan los bi?grafos de Buda que en cierta ocasión una madre acudi? a él
llevando en sus brazos a un niño muerto. Era viuda, y ese niño era su único
hijo, el cual constituña todo su amor y su atenci?n. La mujer era ya mayor,
de modo que nunca podría tener otro hijo.

Oyendo sus gritos, la gente pensaba que se había vuelto loca por el dolor, y
que por eso pedía lo imposible. Pero en cambio, Buda pensá que si no podía
resucitar al niño, podía al menos mitigar el dolor de aquella madre
ayud?ndole a entender. Por eso le dijo que para curar a su hijo necesitaba
unas semillas de mostaza, pero unas semillas muy especiales, unas semillas
que se hubieran recogido en una casa en la cual en los tres últimos años no
se hubiese pasado algún gran dolor o sufrido la muerte de un familiar.

La mujer, al ver crecida así su esperanza, corri? a la ciudad buscando de
casa en casa esas milagrosas semillas. Llam? a muchas puertas. En unas había
muerto un padre o un hermano; en otras, alguien se había vuelto loco; en las
de más allí había un viejo paral?tico o un muchacho enfermo.

Al llegar la noche, la pobre mujer volvi? con las manos vacías, pero con paz
en el corazón. Hab?a descubierto que el dolor era algo que compartía con
todos los humanos.

No se trata de que, ante la desgracia, recurramos al viejo dicho de "mal de
muchos consuelo de tontos", sino de aceptar con sencillez que el hombre,
todo hombre, sea cual sea su situaci?n, está c**o atravesado por el dolor.
Se trata de comprender que se puede y se debe ser feliz a pesar de esa
presencia constante del dolor, pues es imposible vivir sinél, pues es una
herencia que hemos recibido todos los hombres sin excepci?n.

Lo que esta an?cdota nos enseña es que peor que el dolor mismo es el engaño
de pensar que somos nosotros los únicos que sufrimos, o los que más
sufrimos. Lo malo seráa que el dolor nos convirtiera en personas ego?stas,
en personas que sólo tienen ojos para mirar hacia los propios sufrimientos.
Percibir con más hondura el dolor de los demás nos permite medir y situar
mejor el nuestro. El dolor propio es quiz? la mejor advertencia para reparar
en el dolor de los demás, manifestarles nuestro afecto y nuestra cercan?a, y
hacer así más humano el mundo en que vivimos.



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Mensaje por SIRENA64 » 19 Dic 2006 20:58

EL POR QUÉ DE LA NAVIDAD
?rase una vez un hombre que no creía en Dios. No tenía reparos en decir lo que pensaba de la religión y las festividades religiosas, c**o la Navidad.

Su mujer, en cambio, era creyente y criaba a sus hijos en la fe en Dios y en Jesucristo, a pesar de los comentarios desde?osos de su marido.
Una Nochebuena en que estaba nevando, la esposa se disponía a llevar a los hijos al oficio navide?o de la parroquia de la localidad agr?cola donde viv?an. Le pidió al marido que los acompañara, pero él se neg?.
-¿Qué tonterías! -arguy?-. ¿Por qué Dios se iba a rebajar a descender a la Tierra adoptando la forma de hombre? ¿Qué ridiculez!
Los niños y la esposa se marcharon y él se quedé en casa.
Un rato después, los vientos empezaron a soplar con mayor intensidad y se desatú una ventisca. Observando por la ventana, todo lo que aquel hombre veía era una cegadora tormenta de nieve. Y decidi? relajarse sentado ante la chimenea.
Al cabo de un rato, oy? un golpazo; algo había golpeado la ventana. Luego, oy? un segundo golpe fuerte. Mira hacia afuera, pero no logró ver a más de unos pocos metros de distancia. Cuando empez? amainar la nevada, se aventur? a salir para averiguar qué había golpeado la ventana. En un campo cercano descubri? una bandada de gansos salvajes. Por lo visto iban camino al sur para pasar allí el invierno, y se vieron sorprendidos por la tormenta de nieve y no pudieron seguir. Perdidos, terminaron en aquella finca sin alimento ni abrigo. Daban aletazos y volaban bajo en c?rculos por el campo, cegados por la borrasca, sin seguir un rumbo fijo. El agricultor dedujo que un par de aquellas aves habían chocado con su ventana.
Sinti? lástima de los gansos y quiso ayudarlos.
-Seráa ideal que se quedaran en el granero -pensá-. Ahí estarán al abrigo y a salvo durante la noche mientras pasa la tormenta.
Dirigi?ndose al establo, abrió las puertas de par en par. Luego, observ? y aguard?, con la esperanza de que las aves advirtieran que estaba abierto y entraran. Los gansos, no obstante, se limitaron a revolotear dando vueltas. No parec?a que se hubieran dado cuenta siquiera de la existencia del granero y de lo que podría significar en sus circunstancias. El hombre intentú llamar la atenci?n de las aves, pero solo consigui? asustarlas y que se alejaran más.
Entr? a la casa y salió con algo de pan. Lo fue partiendo en pedazos y dejando un rastro hasta el establo. Sin embargo, los gansos no entendieron.
El hombre empez? a sentir frustraci?n. Corri? tras ellos tratando de ahuyentarlos en dirección al granero. Lo único que consigui? fue asustarlos más y que se dispersaran en todas direcciones menos hacia el granero. Por mucho que lo intentara, no conseguía que entraran al granero, donde estaráan abrigados y seguros.
-¿Por qué no me seguir?n? -exclam?- ¿Es que no se dan cuenta de que ese es el único sitio donde podrán sobrevivir a la nevada?
Reflexionando por unos instantes, cay? en la cuenta de que las aves no seguir?an a un ser humano.
-Si yo fuera uno de ellos, entonces sí que podría salvarlos -dijo pensando en voz alta.
Seguidamente, se le ocurrió una idea. Entr? al establo, agarr? un ganso domástico de su propiedad y lo llevé en brazos, pase?ndolo entre sus cong?neres salvajes. A continuación, lo soltú. Su ganso vol? entre los demás y se fue directamente al interior del establo. Una por una, las otras aves lo siguieron hasta que todas estuvieron a salvo.
El campesino se quedé en silencio por un momento, mientras las palabras que había pronunciado hacía unos instantes aún le resonaban en la cabeza:
-Si yo fuera uno de ellos, ¿entonces sí que podría salvarlos!
Reflexion? luego en lo que le había dicho a su mujer aquel día:
-¿Por qué iba Dios a querer ser c**o nosotros? ¿Qué ridiculez!
De pronto, todo empez? a cobrar sentido. Entendi? que eso era precisamente lo que había hecho Dios. Diríase que nosotros ?ramos c**o aquellos gansos: estébamos ciegos, perdidos y a punto de perecer. Dios hizo que Su Hijo se volviera c**o nosotros a fin de indicarnos el camino y, por consiguiente, salvarnos. El agricultor llegó a la conclusi?n de que ese había sido ni más ni menos el objeto de la Natividad.
Cuando amainaron los vientos y ces? la cegadora nevada, su alma quedé en quietud y meditú en tan maravillosa idea. De pronto comprendi? el sentido de la Navidad y por qué había venido Cristo a la Tierra. Junto con aquella tormenta pasajera, se disiparon años de incredulidad. Hinc?ndose de rodillas en la nieve, elev? su primera plegaria: "?Gracias, Se?or, por venir en forma humana a sacarme de la tormenta!"
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Mensaje por SIRENA64 » 19 Dic 2006 21:07

PLANES DIVINOS O PLANES HUMANOS?

"LAS PIEDRECITAS AZULES"

Una historia que nos enseña a seguir
el Plan de Dios.

Hab?an dos piedrecitas que viv?an en
medio de otras en el lecho de un
torrente.
Se distinguñan entre todas porque eran
de un intenso color azul.
Cuando les llegaba el sol, brillaban
c**o dos pedacitos de cielo ca?dos al agua.
Ellas conversaban en lo que seráan cuando
alguien las descubriera:
"Acabaremos en la corona de una reina"
se decían.
Un día por fin fueron recogidas por una
mano humana. Varios días estuvieron
sofoc?ndose en diversas cajas,
hasta que alguien las tomo y oprimi?
contra una pared, igual que otras,
introduci?ndolas en un lecho de
cemento pegajoso, lloraron, suplicaron,
insultaron, amenazaron, pero dos golpes
de martillo las hundieron todavía más
en aquel cemento.
A partir de entonces solo pensaban en huir.
Trabaron amistad con un hilo de agua que
de cuando en cuando corr?a por encima
de ellas y le decían:
- "F?ltrate por debajo de nosotras y
arr?ncanos de está maldita pared".
Así lo hizo el hilo de agua y al cabo
de unos meses las piedrecitas ya bailaban
un poco en su lecho.
Finalmente en una noche h?meda las dos
piedrecitas cayeron al suelo y yaciendo
por tierra echaron una mirada a lo que
había sido su prisi?n.
La luz de la luna iluminaba un espl?ndido
mosaico. Miles de piedrecitas de oro
y de colores formaban la figura de Cristo.










Pero en el rostro del Se?or había
algo raro, estaba ciego.
Sus ojos carec?an de pupilas.
Las dos piedrecitas comprendieron.
Eran ellas las pupilas de Cristo.
Por la mañana un sacristún distra?do
tropez? con algo extraño en el suelo.
En la penumbra pasó la escoba y
las ech? al cubo de basura.
Cristo tiene un plan maravilloso
para cada uno de nosotros, y a veces
no lo entendemos y por hacer nuestra
propia obra malogramos lo que EL
había trazado.
Son ustedes las pupilas de Cristo.
?l los necesita para que a través
de ustedes pueda llevar el amor al mundo.
(an?nimo)

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Tori21
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Mensaje por Tori21 » 19 Dic 2006 21:27

SI
Última edición por Tori21 el 25 Abr 2007 20:48, editado 1 vez en total.

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