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SIRENA64 - Jefa de cocina

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por SIRENA64 » 09 Feb 2007 10:39
Peyo Merc? Ense?a Inglés
Tras el comentado episodio de la introducci?n de Santa Claus en la Cuchilla se recrudeci? la animosidad prevaleciente entre Peyo Merc? y el supervisor Rogelio Escalera. Este, mediante una carta virulenta y en túrminos dr?sticos, ordenaba al viejo maestro que doblegara sus esfuerzos y enseñara a todo trance ingles; eso pena de tener que apelar a recursos nada gratos para el; pero saludables para la buena marcha de la educación progresista?. Ese obligado final de las cartas del supervisor se lo tenía bien sabido, y con un moh?n de desprecio tiro a un lado la infausta misiva. Lo inusitado del caso era que con ella le llegaba tambiénunos libros extraños de portadas enlucidas y paisajes colorines, donde mostraban unos rostros unos niños bien comidos y mejor vestidos.
Peyo agarr? uno de los libros. En letras negras leñase: Primer. Meditú un rato y rasc?ndose la oreja mascull?: Primer, eso derivase de primero y por ende con ese libro debo iniciar mi nuevo vaa crusis. Otra jeringa más. ¿Y que Peyo Merc? enseñando inglés en inglés! Quiera que no voy a tener que adaptarme en ello van mis habichuelas. Será estilo Cuchilla. ?Si yo no lo masco bien c**o lo voy a hacer digerir a mis disc?pulos? Mister Escalera quiere inglés y lo tendré del que guste. Y hoje? rápidamente las olorosas páginas del recién editado libro.
De las reflexiones lo fue sacando la algarab?a de los niños campesinos que penetraban en el vestuso sal?n. Los mamelucos de tirillas manchosas de plátano, las melenas lacias y tostadas, los piecesitos apelotonados del rojo barro de los trillos y en caras marchitas el brillo tenue de los ojos de hambre.
La indignación que le produjera la carta del supervisor, se fue disipando a medida que se llenaba el sal?n de aquellos sus hijos. Los quería por ser de su misma laya y porque le presentía un destino oscuro c**o noche de cerrazón.
Buenos días, don Peyo, profer?an y con ligera inclinación de cabeza, se adelantaban hacia sus bancos mesas. A Peyo no le gustaba que le llamaran mister: Yo he sido batatero de la Cuchilla, y a honra lo llevo. Eso de mister me sabe a kresto, a chuingo y otras guazaberías que ahora nos venden. Estoy manchao del plátano y tengo la vuelta de motojo?.
Se asom? a la mal recortada ventanita en el r?stico tabique c**o para cobrar aliento. Sobre el verde plomizo de los cerros veteados de cimbreantes tabacales, unas nubes blancas hinchaban sus velas luminosas de sol. En la llamarada roja de unos bucayos, los mozambiques quemaban sus alas negras. Y sinti? que le invadía un desgano, una flojedad de ?nimo, que le impedía más bien a encauzar su clase al estudio de la tierra, la tierra fecunda que frutec?a reguero de luces, en co?gulo de rub?es. Le estaba penoso retornar a la labor cotidiana, en pleno día soleado. Y doloroso el tener que enseñar una cosa tan ?rida c**o un inglés de Primer.
Con pasos lentos se dirigi? al frente del sal?n. En los labios partidos se insinuaba la risa precursora del desplante. No encontraba en el nada que despertara el inter?s de sus disc?pulos, nada que se adaptara al medio ambiente. Con j?bilo descubri? una l?mina donde un crestado gallo luc?a un frondoso rabo. El orondo gallo enfilaba sus largas y curvas espuelas en las cuales muy bien podía dormir un isabelino. ?Ya esta, mis muchachos tendrén hoy gallo en inglésí. Y un poco más animado se decidi? a enfrentarse serenamente a su clase.
_Well, children
__, wi are going to talk in inglish tuday
Y mientras estas palabras salpicadas de hipos sofocantes salían de su boca, paseaba la mirada arisca sobre los rostros atúnitos de los niños. Y para que no se le fuera la ?rachita? inquiri? con voz atiplada
__ ?understúnd?
El silencio absoluto fue la respuesta a su interrogaci?n. Y a Peyo le dieron ganas de reprender la clase, ¿pero c**o se iba a arreglar para hacerlo en inglés? Y volvi? a asomarse a la ventanita para cobrar ?nimo. Una calandria surcaba la plenitud azulina p?talo negro en el viento. Y sinti? más aún su miseria. Ansias de liberarse. Aprovech? el momento para ensayar la pronunciaci?n de la palabra que iba a enseñar. Y haciendo una grotesca mueca con un sonido semejante al que se produce al estornudar, mascull?
__cock, cock, cock, Y hastiado increp? ?Idioma del diablo?.
Y se decidi? a intentar un mítodo que se apartaba algo de lo aconsejado en las latosas pl?ticas pedag?gicas de los eruditos en la materia.
Rein? el silencio en el sal?n. Peyo era querido y respetado por sus disc?pulos. ?Cosa tan inexplicable para Rogelio Escalera! Peyo desconocía los últimos estudios sobre la personalidad del maestro y más sobre la psicolog?a del niño. No le gustaba concurrir a las ?ama?adas clases modelo?, cosa esta en la que se fijaba mucho el supervisor.
Un chorro de luz clara penetraba por la ventanita moteando en rojo los rostros p?lidos y cabrilleando inquieta en las sueltas cabelleras.
__Bueno, muchachos, vamos a rejentiar hoy un poco en inglés, inglés apuras. Y mientras las palabras brotaban trabajosas pensá echar a voleo su discursito alusivo a las bienandanza de lo que iba a poner en practica. Pero la sinceridad era su defecto capital c**o maestro.
Sentía que se le formaba un taco en la garganta, y con los dedos convulsos se aflojaba el nudo de la deste?ida corbata para librarse de la opresi?n. Maldijo en lo más remoto del subconsciente unas cuantas cosas, entre ellas al supervisor que lo quería hacer nadar en aguas donde el que no es buen pez se ahoga. Y con resignación musitú: ?A fuete y a puya cualquier yegua camina.? Y la frase j?bara cobro en su mente toda su dolorosa realidad.
Y Peyo rebusco en su mag?n todos los ?devices? que se aconsejaban en la enseñaza del inglés. La mente de Peyo estaba entenebrecida c**o noche de barrunto. ?Un atajo, un atrecho, una ma?a, que me saquen al camino?, clamo. Y remeci?ndose la atribulada cabeza entre los toscos dedos, ante el asombro de los alejados disc?pulos, dejé caer estas palabras: ?¿Que para?so seráa esto si no fuera por el supervisor y sus mojigangas!? Y convencido de que bald?os serian sus esfuerzos para conducir su clase en inglés, c**o otras veces se agenci? un medio propio, ?un corte?, c**o el los denominaba. Y optú por hacer una mixtura, un menjurje, un injerto. ¿Y que saliera pato o gallareta?.
Levantú el libro sobre las cabezas de sus disc?pulos. Y con el índice manchoso de tabaco mostr? la l?mina en que se extasiaba el soberbio gallo.
__Miren, this is a cock.Repitan.
Y los muchachos empezaron a corear la palabra en forma inarmúnica: cock, cock, cock. Y Peyo, los nervios excitados, la cabeza congestionada, gritú desaforadamente:
__ ?So, mas despacio; ya estos condenados me formaron la gallera aquí mismo.
Se apagaron las desentonadas voces. Peyo se ahogaba del calor. Se alej? otra vez hacia la ventanita. El sudor empapaba su coloreada camisa. Le hacía falta aire, mucho aire. Y se detuvo un momento, las manos agarradas c**o garfios al marco desnivelado de la ventana. Inconscientemente fij? la mirada en el chorro de la quebrada vecina una l?grima en la tosca pe?a. Y envidi? al hijo de la Petra que sumerg?a la cara en las aguas perladas del sol.
Hastiado se decidi? a salir lo mas pronto posible del lío en que se había metido. Y con pasos nerviosos se dirigi? al frente de la clase:
__Ya ustedes saben, cock es gallo en ingles, en americano.
Y volvi? a señalar con el dedo manchoso de tabaco al vistoso gallo.
__Esto en inglés es cock, cock es gallo. Vamos a ir poco a poco, que así se doma a un potro si no se desboca.
__ ¿Que es esto en inglés, Teclo?
Y este que estaba c**o pasmado mirando aquel gallo extraño, con timidez respondi?:
¿Ese gallo es pava?.
Y el vestuso sal?n se estremeci? con el cascabeleo de las risas infantiles. Peyo disimulando la gracia que le produc?an aquellas palabras, frunci? el entrecejo, por el aquel de no perder la fuerza moral, y con sorna ripostú:
__Ya lo sabía, este se cuela en la gallera de don Cipria. ¿Y que gallo pava! Este es un gallo domástico, un gallo respetable, no es un gallo mondao c**o esos de pelea.
Y volvi? a inquirir:
?¿Qué es esto en inglés?
Y los niños entonaron la mon?tona cantinela: ?Cock, cock, cock?.
Y Peyo se sinti? bastante complacido. Hab?a salido ileso de aquella cruenta pelea. Reparti? algunos libros y los hizo que los abrieran en la página en que se ?istoriaba? el fachendoso gallo. Vamos a leer un poco en inglés. Los muchachos miraban con sorpresa la página y a duras penas podían contener los bufidos de risa. Se le demud? el rostro. Un escalofrío le atraves? el cuerpo. Hasta pensá presentar la renuncia con carácter irrevocable al supervisor. ?Ahora si que se entorch? a la puerca el rabo?. Ya a tropezones, gateando, la lengua pesada y un sabor a maya en los labios ley?: ?This is the cock, the cock says coocadoodledoo?. Y Peyo se dijo para su capote. ?O ese gallo tiene pepita o es que los americanos no oyen bien.?
Aquello era lo último. Pero pensá en el pan nuestro de cada día.
?Lean conmigo: The cock says coocadoodledoo?. Y las voces templaban en el viento ma?anero.
__Esta bien?
__Tellito, ¿Cómo es que canta el gallo en inglés?
__No se don Peyo
__Pero mira, muchacho, si lo acabas de leer?
__No, gimi? Tellito mirando la l?mina.
__Mira, canuto, el gallo dice coocadoodledoo. Y Tellito, c**o excus?ndose, dijo:
__Don Peyo ese será el cantío del manilo americano, pero el girito de casa jace cocoroc? clarito. Peyo olvidé todo su dolor y soltú una estrepitosa carcajada, que fue acompañada de las risas frescas de los niños. Asustado por la algazara, el Camag?ey de don Cipria bati? las tornasoladas alas y teji? en la seda azul del cielo su cocoroc? l?mpido y metúlico
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Tori21 - Subjefa/e de cocina

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por Tori21 » 09 Feb 2007 17:10
hola ya leere tus poemas mas tarde ahora tengo que empezar un poema que prometi a una amiga
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Tori21 el 06 Jun 2007 01:53, editado 1 vez en total.
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SIRENA64 - Jefa de cocina

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por SIRENA64 » 10 Feb 2007 07:38
Erase una vez,
un bien y un mal,que circulando por sus caminos diferentes,se encontraron,nose sabe porque el bien,empezo a sentir una gran atraccion por ese mal;el mal a su vez y logicamente se sintio atraido por el deslumbrar del bien..
Comenzaron a andar juntos y su atraccion mutua se hizo mas fuerte,juntaron sus caminos y su amor mutuo crecio...
Despues de varios caminos andados,el egoismo del mal empezo a actuar,y el bien enamorado,aguanto latigazos durante mucho recorrido,era tal su amor que aparte de darlo a todos,seguia ofreciendoselo a su mal querido,seguia amandolo..
Cuando vio que el mal se hacia mas grande,lucho y lucho hasta terminarsele sus fuerzas,para que siguiera con el,en su camino y no se desviara el mal por otro camino equivocado...
Consiguio que el mal desprendiera su egoismo,y continuo el camino,enamorado de su bien..
el mal comprendio que le amaba con todas sus fuerzas,pero era un mal,y seguia teniendo pequeños males...
Prometio luchar y seguir con su bien en el camino,pero era dificil,ya no tenia egoismo,y veia su amor por el bien,pero lo veia andar tan feliz,mientras el tenia que saltar y luchar con celos,envidias...
El bien siguio aguantando los latigazos,menos dolorosos que antes pero constantes,mientras continuaba feliz y enamorado de su mal..
Se sabe que se fueron juntos y que continuan enamorados,que incluso el bien,tan enamorado de su mal quiso morir,para que su mal siguiera el camino,pero que el mal no se lo permitio,pues era su punto flaco y fue tanto su dolor que no pudo resistirlo..
Se sabe que tuviero hijos en su trayecto: medioamor,medioegoismo ,medio bondad,medioenvidia,etccc,que el bien siempre lucha porque sean todo amor y que el mal siempre lo fastidia aveces sin querer..
Se sabe que al mal lo castigaron con cadenas,una por cada pequeño mal que tuviera,pero que continua arrastrandolas por el camino siguiendo a su gran amor ,el bien...
Y se sabe que el bien continua su camino feliz,deslumbrando sus virtudes,porque sabe que su gran amor,el mal,siempre lo seguira,arrepentido y enamorado..........

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Tori21 - Subjefa/e de cocina

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por Tori21 » 10 Feb 2007 08:02
QUE BONITO
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SIRENA64 - Jefa de cocina

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por SIRENA64 » 10 Feb 2007 22:27
Los tres ciegos
Hab?a una vez tres sabios. Y eran muy sabios. Aunque los tres eran ciegos. c**o no podían ver, se habían acostumbrado a conocer las cosas con solo tocarlas. Usaban de sus manos para darse cuenta del tamaño, de la calidad y de la calidez de cuanto se ponía a su alcance.
Sucedi? que un circo llegó al pueblo donde viv?an los tres sabios que eran ciegos. Entre las cosas maravillosas que llegaron con el circo, ven?a un gran elefante blanco. Y era tan extraordinario este animal que toda la gente no hacía más que hablar de él.
Los tres sabios que eran ciegos quisieron tambiénellos conocer al elefante. Se hicieron conducir hasta el lugar donde estaba y pidieron permiso para poder tocarlo. c**o el animal era muy manso, no hubo ningún inconveniente para que lo hicieran.
El primero de los tres estir? sus manos y toc? a la bestia en la cabeza. Sinti? bajo sus dedos las enormes orejas y luego los dos tremendos colmillos de marfil que sobresalían de la pequeña boca. Qued? tan admirado de lo que había conocido que inmediatamente fue a contarles a los otros dos lo que había aprendido. Les dijo:
- El elefante es c**o un tronco, cubierto a ambos lados por dos frazadas, y del cual salen dos grandes lanzas frías y duras.
Pero resulta que cuando le toc? el turno al segundo sabio, sus manos tocaron al animal en la panza. Trataron de rodear su cuerpo, pero éste era tan alto que no alcanzaba a abarcarlo con los dos brazos abiertos. Luego de mucho palpar, decidi? tambiénél contar lo que había aprendido. Les dijo:
- El elefante se parece a un tambor colocado sobre cuatro gruesas patas, y está forrado de cuero con pelo para afuera.
Entonces fue el tercer sabio, y agarr? el animal justo por la cola. se colg? de ella y comenz? a hamacarse c**o hacen los chicos con una soga. c**o esto le gustaba a la bestia, estuvo largo rato divirti?ndose en medio de la risa de todos. Cuando dejé el juego, comentaba lo que sabía. También él dijo:
- Yo se muy bien lo que es un elefante. Es una cuerda fuerte y gruesa, que tiene un pincel en la punta. Sirve para hamacarse.
Resulta que cuando volvieron a casa y comenzaron a charlar entre ellos lo que habían descubierto sobre el elefante no se podían poner de acuerdo. Cada uno estaba plenamente seguro de lo que conocía. Y además tenía la certeza de que sólo había un elefante y de que los tres estaban hablando de lo mismo. pero lo que decían parec?a imposible de concordar. Tanto charlaron y discutieron que casi se pelearon.
Pero al fin de cuentas, c**o eran los tres muy sabios, decidieron hacerse ayudar, y fueron a preguntar a otro sabio que había tenido la oportunidad de ver al elefante con sus propios ojos.
Y entonces descubrieron que cada uno de ellos tenía razón. Una parte de la razón. Pero que conocían del elefante solamente la parte que habían tocado. Y le creyeron al que lo había visto y les hablaba del elefante entero

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Tori21 - Subjefa/e de cocina

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por Tori21 » 11 Feb 2007 06:44
BUENOS D?AS,LOS SABIOS NO SAB?AN c**o ERA EL ELEFANTE, YO SI SE
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SIRENA64 - Jefa de cocina

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por SIRENA64 » 11 Feb 2007 16:34
Algo para pensar
"Una historia que fue contada por un soldado
que pudo regresar a casa después de haber peleado
en la guerra de Vietnam.
Le hablé a sus padres desde San Francisco.
"Mami, Pap?. Voy de regreso a casa, pero les tengo
que pedir un favor, traigo a un amigo que me gustaría
que se quedara con nosotros."
"Claro," - le contestaron -, "Nos encantaría conocerlo."
"Hay algo que deben de saber", - el hijo sigui? diciendo-,
"El fue herido en la guerra. Piso en una mina de tierra
y perdi? un brazo y una pierna, él no tiene a donde ir,
y quiero que venga a vivir con nosotros a casa."
"Siento mucho el escuchar eso, hijo. A lo mejor podemos
encontrar un lugar en donde él se pueda quedar."
"No, Mam? y Pap?, yo quiero que él viva con nosotros..."
"Hijo," -le dijo el padre, -"T? no sabes lo que estas pidiendo.
Alguien que esta tan limitado f?sicamente
puede ser un gran peso para nosotros.
Nosotros tenemos nuestras propias vidas que vivir,
y no podemos dejar que algo c**o esto interfiera con ello.
Yo pienso que tú deberías de regresar a casa y olvidarte
de esta persona. El encontraré una manera en la que pueda
vivir sólo."
En ese momento el hijo colg? la bocina del tel?fono.
Los padres ya no volvieron a escuchar de él.
Unos cuantos días después; los padres recibieron
una llamada telefinica de la policia de San Francisco.
Su hijo había muerto después de que se había ca?do
de un edificio, fue lo que les dijeron.
La policia creía que era un suicidio.
Los padres destrozados de la noticia volaron a San Francisco
y fueron llevados a la morgue de la ciudad
a que identificaran a su hijo.
Ellos lo reconocieron, para su horror ellos descubrieron
algo que no sabían.
Su hijo tan sólo tenía un brazo y una pierna.
Los padres de esta historia son c**o muchos de nosotros.
Encontramos muy fácil el amar a esas personas
que son hermosas por fuera o que son entretenidas,
pero no nos gusta la gente que nos hace sentir alguna
inconveniencia o que nos hace sentir incómodos.
Preferimos estar alejados de personas que no son
muy saludables, hermosas o inteligentes
c**o lo somos nosotros.
Afortunadamente, hay una persona que no nos trata
de esa manera.
Alguien que nos ama con un gran amor,
que siempre nos recibir? en su familia, no importa
que tan destrozados estemos, f?sica o mentalmente.
Esta noche, antes de que te metas en la cama para dormir,
reza una oración a Dios para que el te dí la fuerza
para que puedas aceptar a la gente, tal y c**o es,
y para que nos ayude a ser más comprensivos
de esas personas que son diferentes a nosotros.
Existe un milagro que se llama -Amistad-
que existe en el corazón.
T? no sabes c**o pasa, ni c**o ha empezado,
pero tú sabes la ayuda especial que tiene y te das cuenta
que la amistad es el regalo más preciado que tenemos.
Los amigos son una joya muy rara,
en toda la extensi?n de la palabra.
Ellos nos hacen sonre?r y nos apoyan para que nosotros
progresemos.
Ellos nos prestan un o?do, comparten una palabra
de sabidur?a, y ellos siempre van a abrir su corazón
para nosotros.
Ens??ales a tus amigos lo mucho que ellos te importan...
Solo acu?rdate de tus amigos y con uno al que le hables
para saber c**o esté, será un gran avance,
siempre habrá alguien para quien nuestra voz
sea un gran apoyo.

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Tori21 - Subjefa/e de cocina

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por Tori21 » 11 Feb 2007 17:31
sirenita que bonito todo
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Tori21 el 06 Jun 2007 01:55, editado 1 vez en total.
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SIRENA64 - Jefa de cocina

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por SIRENA64 » 12 Feb 2007 13:25
El hijo preferido..."
Cierta vez le preguntaron a una madre cuál era su hijo preferido, aquíl al que ella más amaba.
Y ella, dejando entrever una sonrisa, respondi?:"Nada es más voluble que un corazón de madre ".
Y, c**o madre, respondi?: "El hijo predilecto, aquíl a quien me dedico de cuerpo y alma",
Es mi hijo enfermo, hasta que sane.
El que parti?, hasta que vuelva.
El que está cansado, hasta que descanse.
El que está con hambre, hasta que se alimente.
El que está con sed, hasta que beba.
El que está estudiando, hasta que aprenda.
El que está desnudo, hasta que se vista.
El que no trabaja, hasta que se emplee.
El que está de novio, hasta que se case.
El que se casa, hasta que conviva.
El que es padre, hasta que los cr?e.
El que prometió, hasta que cumpla.
El que debe, hasta que pague.
El que llora, hasta que calle.
Y con un semblante bien diferente a aquella sonrisa, finaliz?:
"El que ya me dejé, hasta que lo reencuentre."
(Autor desconocido)
Solo una madre sabe que no habrá nunca un hijo preferido, cada hijo es un pedacito de una madre, si le dieran a escoger uno, no sabr?a cual porque todos componen ese todo de ella y preferir?a morir antes que tener que elegir .......

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SIRENA64 - Jefa de cocina

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por SIRENA64 » 12 Feb 2007 13:59
El temido enemigo
La idea de este cuento llegó a mí escuchando un relato de Enrique Mariscal. Me permitú, partir de allí prolongar el cuento transformarlo en otra historia con otro mensaje y otro sentido. Así c**o está ahora se lo regal? una tarde a mí amigo Norbi.
Hab?a una vez, en un reino muy lejano y perdido, un rey al que le gustaba sentirse poderoso. Su deseo de poder no se satisfacáa sólo con tenerlo,él, necesitaba además, que todos lo admiraran por ser poderoso, así c**o la madrastra de Blanca Nieves no le alcanzaba con verse bella, tambiénél necesitaba mirarse en un espejo que le dijera lo poderoso que era.
?l no tenía espejos mígicos, pero contaba con un montón de cortesanos y sirvientes a su alrededor a quienes preguntarle siél, era el más poderoso del reino.
Invariablemente todos le decían lo mismo:
-Alteza, eres muy poderoso, pero tú sabes que el mago tiene un poder que nadie posee:él, él conoce el futuro.
( En aquel tiempo, alquimistas, fil?sofos, pensadores, religiosos y másticos eran llamados, gen?ricamente "magos").
El rey estaba muy celoso del mago del reino pues aquel no sólo tenía fama de ser un hombre muy bueno y generoso, sino que además, el pueblo entero lo amaba, lo admiraba y festejaba que él existiera y viviera all?.
No decían lo mismo del rey.
Quiz?s porque necesitaba demostrar que era él quien mandaba, el rey no era justo, ni ecu?nime, y mucho menos bondadoso.
Un día, cansado de que la gente le contara lo poderoso y querido que era el mago o motivado por esa mezcla de celos y temores que genera la envidia, el rey urdi? un plan:
Organizar?a una gran fiesta a la cual invitar?a al mago y después la cena, pediría la atenci?n de todos. Llamaría al mago al centro del sal?n y delante de los cortesanos, le preguntar?a si era cierto que sabía leer el futuro. El invitado, tendría dos posibilidades: decir que no, defraudando así la admiraci?n de los demás, o decir que s?, confirmando el motivo de su fama.
El rey estaba seguro de que escoger?a la segunda posibilidad. Entonces, le pediría que le dijera la fecha en la que el mago del reino iba a morir. éste daréa una respuesta, un día cualquiera, no importaba cuál. En ese mismo momento, planeaba el rey, sacar su espada y matarlo. Conseguir?a con esto dos cosas de un solo golpe: la primera, deshacerse de su enemigo para siempre; la segunda, demostrar que el mago no había podido adelantarse al futuro, y que se había equivocado en su predicci?n.
Se acabar?a, en una sola noche. El mago y el mito de sus poderes...
Los preparativos se iniciaron enseguida, y muy pronto el día del festejo llegó...
...Después de la gran cena. El rey hizo pasar al mago al centro y ante le silencio de todos le preguntó:
- ¿Es cierto que puedes leer el futuro?
- Un poco - dijo el mago.
- ¿Y puedes leer tu propio futuro, preguntó el rey?
- Un poco - dijo el mago.
- Entonces quiero que me des una prueba - dijo el rey -
¿Qué día morir?sí. ? Cu?l es la fecha de tu muerte?
El mago se sonri?, lo mir? a los ojos y no contestú.
- ¿Qué pasa mago? - dijo el rey sonriente -¿No lo sabesí... ¿no es cierto que puedes ver el futuro?
- No es eso - dijo el mago - pero lo que s?, no me animo a dec?rtelo.
- ¿Cómo que no te anim así- dijo el rey-... Yo soy tu soberano y te ordeno que me lo digas. Debes darte cuenta de que es muy importante para el reino, saber cuando perdemos a sus personajes más eminentes... Contústame pues, ?cuándo morir? el mago del reino?
Luego de un tenso silencio, el mago lo mir? y dijo:
- No puedo precisarte la fecha, pero sí que el mago morir? exactamente un día antes que el rey...
Durante unos instantes, el tiempo se congel?. Un murmullo corri? por entre los invitados.
El rey siempre había dicho que no creía en los magos ni en las adivinaciones, pero lo cierto es que no se animó a matar al mago.
Lentamente el soberano bajé los brazos y se quedé en silencio...
Los pensamientos se agolpaban en su cabeza.
Se dio cuenta de que se había equivocado.
Su odio había sido el peor consejero.
- Alteza, te has puesto p?lido. ¿Qué te sucede? - preguntó el invitado.
- Me siento mal - contestú el monarca - voy a ir a mi cuarto, te agradezco que hayas venido.
Y con un gesto confuso gir? en silencio encamin?ndose a sus habitaciones...
El mago era astuto, había dado la única respuesta que evitaría su muerte.
?Habráa leído su mente?
La predicci?n no podía ser cierta. Pero... ¿Y si lo fuera?...
Estaba aturdido
Se le ocurrió que seráa tr?gico que le pasara algo al mago camino a su casa.
El rey volvi? sobre sus pasos, y dijo en voz alta:
- Mago, eres famoso en el reino por tu sabidur?a, te ruego que pases esta noche en el palacio pues debo consultarte por la mañana sobre algunas decisiones reales.
- ? Majestad!. Será un gran honor... - dijo el invitado con una reverencia.
El rey dio ?rdenes a sus guardias personales para que acompañaran al mago hasta las habitaciones de hu?spedes en el palacio y para que custodiasen su puerta asegur?ndose de que nada pasara...
Esa noche el soberano no pudo conciliar el sueño. Estuvo muy inquieto pensando qué pasar?a si el mago le hubiera ca?do mal la comida, o si se hubiera hecho daño accidentalmente durante la noche, o si, simplemente, le hubiera llegado su hora.
Bien temprano en la mañana el rey golpe? en las habitaciones de su invitado.
?l nunca en su vida había pensado en consultar ninguna de sus decisiones, pero esta vez, en cuánto el mago lo recibió, hizo la pregunta... necesitaba una excusa.
Y el mago, que era un sabio, le dio una respuesta correcta, creativa y justa.
El rey, casi sin escuchar la respuesta alab? a su hu?sped por su inteligencia y le pidió que se quedara un día más, supuestamente, para "consultarle" otro asunto... (obviamente, el rey sólo quería asegurarse de que nada le pasara).
El mago - que gozaba de la libertad que sólo conquistan los iluminados - aceptú...
Desde entonces todos los días, por la mañana o por la tarde, el rey iba hasta las habitaciones del mago para consultarlo y lo comprometía para una nueva consulta al día siguiente.
No pasó mucho tiempo antes de que el rey se diera cuenta de que los consejos de su nuevo asesor eran siempre acertados y terminara, casi sin notarlo, teni?ndolos en cuenta en cada una de las decisiones.
Pasaron los meses y luego los años.
Y c**o siempre... estar cerca del que sabe vuelve el que no sabe, más sabio.
Así fue: el rey poco a poco se fue volviendo más y más justo.
Ya no era desp?tico ni autoritario. Dej? de necesitar sentirse poderoso, y seguramente por ello dejé de necesitar demostrar su poder.
Empez? a aprender que la humildad tambiénpodía ser ventajosa empez? a reinar de una manera más sabia y bondadosa.
Y sucedi? que su pueblo empez? a quererlo, c**o nunca lo había querido antes.
El rey ya no iba a ver al mago investigando por su salud, iba realmente para aprender, para compartir una decisi?n o simplemente para charlar, porque el rey y el mago habían llegado a ser excelentes amigos.
Un día, a más de cuatro años de aquella cena, y sin motivo, el rey record?.
Record? aquel plan aquel plan que alguna vez urdi? para matar a este su entonces más odiado enemigo
Y sí dio cuenta que no podía seguir manteniendo este secreto sin sentirse un hip?crita.
El rey tomó coraje y fue hasta la habitaci?n del mago. Golpe? la puerta y apenas entré le dijo:
- Hermano, tengo algo que contarte que me oprime el pecho
- Dime - dijo el mago - y alivia tu corazón.
- Aquella noche, cuando te invitú a cenar y te preguntó sobre tu muerte, yo no quería en realidad saber sobre tu futuro, planeaba matarte y frente a cualquier cosa que me dijeras, porque quería que tu muerte inesperada desmitificara para siempre tu fama de adivino. Te odiaba porque todos te amaban... Estoy tan avergonzado...
- Aquella noche no me animó a matarte y ahora que somos amigos, y más que amigos, hermanos, me aterra pensar lo que hubiera perdido si lo hubiese hecho.
Hoy he sentido que no puedo seguir ocultúndote mi infamia.
Necesitú decirte todo esto para que tú me perdones o me desprecies, pero sin ocultamientos.
El mago lo mir? y le dijo:
- Has tardado mucho tiempo en poder dec?rmelo. Pero de todas maneras, me alegra, me alegra que lo hayas hecho, porque esto es lo único que me permitir? decirte que ya lo sabía. Cuando me hiciste la pregunta y bajaste tu mano sobre el pu?o de tu espada, fue tan clara tu intenci?n, que no hacía falta adivino para darse cuenta de lo que pensabas hacer, - el mago sonri? y puso su mano en el hombro del rey. - c**o justo pago a tu sinceridad, debo decirte que yo tambiénte mentú... Te confieso hoy que inventú esa absurda historia de mi muerte antes de la tuya para darte una lección.
Una lección que recién hoy estés en condiciones de aprender, quizás la más importante cosa que yo te haya enseñado nunca.
Vamos por el mundo odiando y rechazando aspectos de los otros y hasta de nosotros mismos que creemos despreciables, amenazantes o in?tiles... y sin embargo, si nos damos tiempo, terminaremos díndonos cuenta de lo mucho que nos costar?a vivir sin aquellas cosas que en un momento rechazamos.
Tu muerte, querido amigo, llegará justo, justo el día de tu muerte, y ni un minuto antes. Es importante que sepas que yo estoy viejo, y que mi día seguramente se acerca. No hay ninguna razón para pensar que tu partida deba estar atada a la mía. Son nuestras vidas las que se han ligado, no nuestras muertes.
El rey y el mago se abrazaron y festejaron brindando por la confianza que cada uno sentú en esta relaci?n que habían sabido construir juntos...
Cuenta la leyenda... que misteriosamente... esa misma noche... el mago... muri? durante el sueño.
El rey se enteré de la mala noticia a la mañana siguiente... y se sinti? desolado.
No estaba angustiado por la idea de su propia muerte, había aprendido del mago a desapegarse hasta de su permanencia en el mundo.
Estaba triste, simplemente por la muerte de su amigo.
¿Qué coincidencia extraña había hecho que el rey pudiera contarle esto al mago justo la noche anterior a su muerte?.
Tal vez, tal vez de alguna manera desconocida el mago había hecho que él pudiera decirle esto para quitarle su fant asía de morirse un día después.
Un último acto de amor para librarlo de sus temores de otros tiempos...
Cuentan que el rey se levantú y que con sus propias manos cav? en el jard?n, bajo su ventana, una tumba para su amigo, el mago.
Enterr? allí su cuerpo y el resto del día se quedé al lado del montúculo de tierra, llorando c**o se llora ante la p?rdida de los seres queridos.
Y recién entrada la noche, el rey volvi? a su habitaci?n.
Cuenta la leyenda... que esa misma noche... veinticuatro horas después de la muerte del mago, el rey muri? en su lecho mientras dormía... quizás de casualidad... quizás de dolor... quizás para confirmar la última enseñanza del maestro.

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