Con ese panorama, solo una borrachera enfermiza, me hizo salir de all?, buscar la nada para perderlo todo, entre el olor a madera quemada en las miles de chimeneas antiguas, que dieron y daréan vida a mis recuerdos de ni?ez, ese olor que buscaba a cada paso y me guiaba a las afueras de ese pueblo, a aquella discoteca que fue la compa?era fiel de mil y una lagrimas, todas ellas condensadas en un solo día.
Paseando sin rumbo, me sentú en aquel puente a tomar la ultima, con aquel interminable porro que me acompa?? aquel verano, ese litro de cerveza que fue mi compa?era de tropel?as y a espaldas de los coches, desde las alturas, me dispuse a cerrar ese verano, y sacando de mi bolsillo mi inseparable mp3, puse algo de música y la música me hacia ver alguien mas acercarse al puente, era ella, aquella sensaci?n de ni?ez, esa mujer que jugueteaba a los médicos y enfermeras conmigo, desde su mas tierna infancia, y sin mediar palabra, se sentú a mi lado, era ya madrugada y la discoteca cercana ya cerraba, y ella no hablaba, no quería romper la magia de la noche de verano, y allí estaba, cercana c**o para acercar mi mano y tocarla, y tan fría c**o para hacerme sentir lejano de ella, al menos en sus sentimientos.
Y de pronto ella empez? a hablar, mas bien era un susurro, para decirme que no la mirase o no podría decirme lo que la llevo all?, a mi lado.
Durante unos segundos mi corazón se puso a cien, era un manojo de nervios y empez? su monologo, para decirme que estaba enamorada de mi, desde pequeña, desde su mas tierna infancia, desde que no habíamos cruzado palabra y aun ahí, en ese momento, ya me quería para ella.
La escuchaba con la cabeza agachada, pero sin perder de vista una sola de sus palabras, y todo era un descubrimiento para mi, ese ser que emanaba sensualidad desde la rotundidad de su cuerpo, y la voluptuosidad de sus ojos, se me estaba declarando, pero con las ganas de volverme y besarla, la segu? escuchando en silencio.
Con ese susurro, me explicaba c**o habían sido mis besos en su cabeza, c**o había dibujado miles de veces nuestra primera relaci?n, en lo que ella defin?a, c**o una locura de verano, y me explicaba despacio, c**o había deseado hacer el amor conmigo y en sus sueños ya lo hizo, despacio, creyendo que en cada caricia se le había ido la vida.
Casi no podía creerlo, esa mujer que fue pasto de mis mas bajos instintos en sueños, me declaraba un amor que me sobrepasaba, una dedicación casi enfermiza y tras años de miradas furtivas, me declaraba un amor, que me romp?a el alma.
Y con el amanecer, la luna jugaba al escondite con el sol, y de pronto una mano se pos? en mi hombro, una mano que me hizo despertar sobresaltado, me había dormido y pasado la noche sentado en ese puente, y alguien muy querido por mi, al salir de casa me vio sentado, dormido y se apresuro a despertarme.
Con ello, supe que todo había sido un sueño, había restos de tabaco y alcohol, y mi mp3 se había agotado la batería, pero sin darme tiempo a levantarme, despejarme y alejarme de ese sitio, donde pasó la noche, antes de doblar una esquina, volví mi cabeza y allí estaba ella, sentada en aquel puente, mir?ndome con ojos de tristeza, y una lagrima dibujada a fuego en su rostro, mientras con una mano me decía adi?s, en mi cabeza se escuchaba su voz, despidióndose de mi, pidióndome que no la olvidase nunca, y que una vez al año, escribiese esta historia, una historia que nunca ocurrió, pero de la que nunca podrá olvidarme. data-ad-format="auto" data-full-width-responsive="true">
Muy Bonito, pero triste... 