?Hola a todas!
Suelo participar más en el foro de la chef o matic, pero me he dado un saltito por aquí y he visto este post y ...
Bueno, mi hijo tiene ya 30 meses y todavía no controla esfinteres,¿por qué tanta prisa para quitar los pa?ales? La mayoría de las veces lo hacemos por presiones del pediatra, la enfermera, la guarder?a, que si la abuela, buff.
Os voy a pegar un texto de Laura Gutman (psicoterapeuta familiar, especializada en la atenci?n de madres de niños pequeños y parejas donde explica claramente el por qué no hay que tener prisa, ya me contaréis):
Esfinteres: control y autoritarismo
Si estuvi?ramos en una isla desierta con nuestros niños, y contempl?ramos al beb? humano, con la misma celeridad con la que observamos a los animales, constatar?amos que el control de esfinteres real se produce mucho más tardíamente de lo que nuestra sociedad occidental tiene ganas de esperar.
Lamentablemente, en lugar de examinar cuidadosamente cómo suceden las cosas, elaboramos teorías que luego pretendemos imponer esperando que funcionen.
Hemos impuesto a los niños el control de esfinteres alrededor de los dos años de edad, con lo que este tema se ha convertido en todo un problema. Si observ?ramos sin prejuicios el proceso natural, estaráamos ante la evidencia de que los niños humanos la realizan después de los tres años, algunos después de los tres años y medio, o incluso después de los cuatro años. ¿Qué importa!
Sin embargo los adultos -sin pedir permiso a los niños- ?Les sacamos los pa?ales mucho antes! Esto significa que les arrebatamos el sostún, la contenci?n, la seguridad, el contacto, el olor, agreg?ndoles la exigencia de una habilidad para la cual no están aún maduros. Que el niño nombre ?pis? o caca? no significa que cuente con la madurez neurobiológica para controlar dicha funci?n.
Sacar los pa?ales porqueéllegó el verano?, decidir que ya tiene dos años y tiene que aprender, responde a la incomprensi?n de la especificidad del niño pequeño y de la evoluci?n esperable de su crecimiento. Cabe preguntarnos por qué los adultos estamos tan ansiosos y preocupados por la adquisici?n de esta habilidad, que c**o otros aspectos en el desarrollo normal de los niños, llegará a su debido tiempo, es decir cuando el niño está maduro.
Controlar esfinteres no se aprende por repetici?n, c**o leer y escribir. Se adquiere naturalmente cuando se está listo, c**o la marcha o el lenguaje verbal.
Ahora bien, si no estamos dispuestas a rendirnos ante la sabidur?a del tiempo interno de cada niño, las mamás lucharemos contra los pis que se escapan, las bombachas y calzoncillos mojados, las s?banas y colchones al sol, los pantalones interminables para lavar, mientras acumulamos rencor, hastío y mal humor en la medida que creamos que nuestros hijos ?deberían haber ya aprendido?. En cambio, si dejamos a los niños en paz, después de los tres años, o cerca de los cuatro años, (sin olvidar que cada niño es diferente) simplemente un día estará en condiciones de reconocer, retener, esperar, ir al baño, sin más trauma y sin más vueltas que lo que es: controlar con autonomía los esfinteres.
A mi consultorio llegaron durante años niños con problemas de enuresis de 5, 6, 7, 8 años e incluso de mayor edad. La mayoría de ellos, se hacen pis sólo de noche, mientras duermen. Invariablemente les han sacado los pa?ales alrededor de los dos años. Los casos de enuresis son muy frecuentes, pero habitualmente no nos enteramos porque de eso no se habla. Total quedan c**o secretos de familia. He comprobado que cuando las mamás aceptan mi sugerencia de volver a ponerles pa?ales (caras de horror), los niños los usan el mismo lapso de tiempo que hubiesen necesitado desde el momento en que se los sacaron hasta que hubiesen podido controlar esfinteres naturalmente. c**o si recuperaran exactamente el mismo tiempo que les fue quitado. Y luego, sencillamente se acaba el ?problema?. Hay padres que opinan que ?es contradictorio volver a poner un pa?al una vez que se tomó la decisi?n de sacarlo?. En realidad en la vida probamos, y damos marcha atrás si es necesario y saludable. Simplemente diremos: ?creí que estabas listo para controlar los esfinteres, pero obviamente me equivoqué. Te voy a poner el pa?al para que estés cómodo, y cuando seas un poco mayor, estarás en mejores condiciones para lograrlo?. Es sólo sentido com?n. Se alivian las tensiones y finalmente el control de esfinteres se encausa.
Los niños -frente a la demanda de los adultos- hacen grandes esfuerzos para controlar sus esfinteres, pero ante cualquier dificultad emocional -por pequeña que sea- se derrumba el esfuerzo desmesurado y se escapa el pis. Luego vienen las interpretaciones: ?me tomó el tiempo?, ?me lo hace a prop?sito?, ??l sabe controlar pero no quiere?.
Entiendo la presi?n social que sufrimos las mamás. Hay jardines de infantes que no aceptan niños en salas de tres años con pa?ales. Hay pediatras, psic?logos, y otros profesionales de la salud, además de suegras, vecinas y amigos bienintencionados que opinan y se escandalizan. Pero es posible sortearla con un poquito de imaginación: los pa?ales son descartables, baratos y anatúmicos, lo que les permite a los niños ir a jugar, ir a un cumpleaños, al jard?n, sin tener que pasar por la humillaci?n de mojarse en todos lados. Hay quienes no quieren ir al jard?n a causa de la probabilidad de hacerse pis. Otros se vuelven túmidos, otros especialmente agresivos mojando cuanta alfombra encuentran a su paso.
Por otra parte, hacer ?pis? no es lo mismo que desprenderse de la ?caca?. Muchos niños que controlan perfectamente el pis, piden el pa?al para hacer caca. Es importante que les ofrezcamos lo que están pidiendo, porque nadie pide lo que no necesita. ?Cu?l es el motivo para neg?rselo?
Yo espero humildemente que alguna vez nos demos cuenta del grado de violencia que ejercemos contra los niños, envueltos en exigencias que no pueden satisfacer y que se transforman luego en otros s?ntomas (angustias, terrores nocturnos, llantos desmedidos, enfermedades, falta de inter?s) que hemos generado los adultos sin darnos cuenta.
Acompa?ar a nuestros hijos es aceptar los procesos reales de maduraci?n y crecimiento. Y si sentimos rechazo por algún aspecto, entonces preguntómonos qué nos pasa a nosotros con nuestros excrementos, nuestros genitales y nuestras zonas bajas que nos producen tanto enojo. Dej?moslos crecer en paz. Alguna vez, cuando sea el momento adecuado controlar?n sus esfinteres naturalmente, así c**o una vez pudieron reptar, gatear, caminar, saltar, trepar y ser h?biles con sus manos. No hay nada que modificar, salvo nuestra propia visi?n.
Besitos a todas