Si le quitas los mocos, llora y parece la niña del exorcista, hay brazos, piernas y cabeza por todos lados, parece c**o si le estuvi?semos pegando.
Si le cambias el pa?al, tambiénprotesta. Y no os cuento el pollo que me monta si tengo que darle alguna medicina, que luego se la toma c**o si nada, pero parece que le vas a dar veneno.
Por las noches, ya es lo más de lo más. c**o no haya hecho siesta, no hay quien la aguante, desde que sale de la ba?era hasta que le damos la cena no para de remugar y protestar (llorando, claro).
Y yo pierdo un poco la paciencia porque me molestan muchísimo los llantos de los beb?s y J?lia ha desarrollado una capacidad pulmonar que ni los cantantes de ?pera, oye. Es que tengo un problema en los oidos (p?rdida de audici?n y se ve que hay ciertos ruidos que me afectan más que otros) y la verdad es que me desespero.
El pediatra dice que es una etapa por la que tiene que pasar y que tenemos que ponernos firmes porque sino, nos va a comer el terreno y creo que tiene razón porque esta niña mía sólo quiere hacer lo que le da la gana y sino, berrinche al canto.
Pero claro, cuando se pone a berrear así, lo único que quiero es que se caye
¿Alguna estrategia para reconducirla al camino del silencio?
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