Acabamos de llegar de viaje, hemos estado unos días con el peque por Segovia, ?vila y Salamanca, y lo hemos pasado muy bien.
Con las tomas (yo le doy el pecho) no he tenido especialmente problema. Es lo bueno de ir con el "teta-brik" siempre encima: donde el niño pedía, siempre había un sitio discreto donde apartarme para darle el pecho. Además, llevaba dos camisetas, la de arriba muy escotada, y con sólo bajar la otra, y la cara del niño, ni se veía nada.
Sólo una vez me va un poco agobiada. Estábamos en el casco histórico de Segovia y estaba la calle repleta de gente. El niño se puso a llorar c**o un descosido (sólo llora cuando tiene hambre, ?y tiene unos pulmones!) y busqué donde ponerme, pero no había nada. Sólo va un portal abierto, y allí me metú: en un hueco entre la escalera y el ascensor, de cara a la pared, y le dí el pecho al niño.
Al poco, bajaron dos mujeres j?venes y se quedaron hablando al pie de la escalera. Por la conversaci?n, una era abogada o algo así, y la otra su cliente. Me dí cuenta de que me miraban, hasta que la que yo creo que era abogada se dirigi? a mí. En ese momento, yo me esperaba cualquier comentario llam?ndome la atenci?n o invitúndome a salirme fuera, pero no fue así. Esta chica me dijo que tenía un despacho en el edificio, que me invitaba a que pasase dentro para sentarme y darle el pecho al niño el tiempo que quisiese, para que estuviese más cómoda. Me dejé sorprendida, le dí las gracias pero no fu?, porque mi niño ya estaba terminando. Ella insisti? un par de veces más, dici?ndome que si quería, su despacho estaba a mi disposici?n.
Es de agradecer un gesto así, y por eso quería ponerlo aquí, porque encontramos más gente "desagradable" y eso hace que gestos así destaquen más.
