Este verano pasado nos hizo mucha gracia que un gatito negro entrara en la casa a robarle comida del comedero Doña Gata, que duerme en el lavadero. Este invierno el gatito ya crecido, intentú echar a Doña Gata de su casita, y casi lo consigue. Para evitar mas problemas, y c**o me daba lástima el chiquitún, le prepar? un refugio en el porche, al otro lado de la casa. Dej? de molestar a la otra, y es que se encontraba muy a gusto. Tan a gusto estaba en su pisito de soltero, que se trajo a vivir con él a la novia ¿Y sabeis quien era la novia? Justamente aquella gatita que nos visitú aquella noche, hace tres años.
No sí donde habrá estado en este tiempo, pues era tan cariñosa, juguetona y confiada que no parec?a callejera.
Mientras el macho deambulaba a su aire por donde quiera que vaya a hacer sus cosas, la gatita se me afinc? en la casa y no salia del jard?n mas que para venir a recibirnos. Preguntú a los vecinos, al presidente de la comunidad, a quien quiera que se me ocurrió a ver si alguien sabia de quien era la gata, pero nadie me supo decir nada. Minetras tanto el invierno era cada vez mas crudo, la gatita no se iba y a mi me hacia sufrir verla aguantar esos ventorros helados que soplaban por la noche.
Vamos, que en navidad la metú p'adentro. Y menos mal, que a los quince dias ya estaba en celo. Si se hubiera quedado fuera, hoy tendria que poner un anuncio de adopciones.
Cuando la llevé al veterinario lo primero que hizo fue pasarle el lector pero no tenia chip (ahora si, uno que dice que es mia) confirnarme la edad y claro; desparasitarla, vacunarla, OPERARLA (para evitar sorpresas si se me escapa...)
Pero no se acabaron los problemas. Mientras las demás presumiais de roscones y turrones, yo me pasó las fiestas intentando evitar peleas y poner paz entre las gatas.
Y es que Isis (la de rayas), que la he criado a biber?n y es el ser mas feliz del mundo, la aceptú en seguida. Pero Fivi(la blanca)...que ha vivido en la calle, y ha sobrevivido a la agresividad de doña Gata...es mas desconfiada. Y encima la primera o segunda vez que entra la nueva en la casa, se me esconde tras una cortina, la otra que jugando no la ve, y ?zas! tropez?n. Una gata salta a un lado, la otra al otro, y antes de que aterricen se estan sacando las uñas. con semejante comienzo, ya os imaginareis que la convivencia no es muy suave. Y yo me rompia la cabeza pensando que podia hacer, con los nervios de punta y pensando en que no soy capaz de echar a la nueva a la calle.
A veces, cuando las he dejado solas al volver me he encontrado con que Fivi, que al ser blanca se le notan mas esas cosas, tenia una brecha en una ceja.
Con el tiempo y poco a poco han pasado de vigilarse a ignorarse, y luego a tolerarse en una especie de "paz armada" a punto de estallar en cualquier momento.
Hasta anteayer, que por la noche me di cuenta que, c**o cada noche, ellas se tumban en las sillas del comedor mientras nosotros vemos la tele, y Tortuguita y Fivi estaban dormitando ?En la misma silla! Increible, comparandolo con cuando se emboscaban la una a la otra para darse una paliza a cada momento. De hecho, por la noche que me desvel? y me puse a leer, se me tumbaron las tres junto a mi en la cama, y estuvieron mas de media noche durmiendo tan tranquilas...
Ahora, si me sale, os pongo unas fotos para que la conozcais. Se llama Tortuguita por el color del pelaje.


Me encanta esa máscara de arlequén.
Perdonad la enciclopedia que os he colgado, es que me emociono con mis niñas.









