El grupo sanguíneo y su dieta
Seg?n los investigadores James y Peter D'Adamo la buena o mala asimilaci?n de los alimentos está condicionada por nuestro grupo sanguíneo. Hasta el punto de que en cada grupo -A, B, AB y O- hay alimentos que son perjudiciales, otros beneficiosos y otros neutros. Es más, aseguran que muchas enfermedades pueden deberse al mero consumo de alimentos no adecuados para nuestro grupo sanguíneo. Otros, en cambio, nos ayudaréan a sanar. Incluso afirman que en ello está la razón de que muchas personas no consigan adelgazar cuando se ponen a dieta.
En suma, el doctor Landsteiner descubri? la razón de por qué unas personas fallec?an después de una transfusi?n de sangre y otras no: sus sangres no eran compatibles. Desde entonces sabemos que:
-Las personas con sangre del tipo 0 son "donadoras universales". Es decir, pueden donar sangre a cualquiera de las que tienen otros tipos de sangre pero sólo pueden recibir la suya propia.
-Las personas del tipo AB son "receptoras universales", es decir, pueden recibir sangre de todos los demás pero sólo pueden donar a los de su propio tipo.
-Las personas del tipo A pueden recibir sangre de su mismo tipo y del grupo 0 pero no de las de los tipos B y AB. Y puede donar a los de su mismo tipo y a las de tipo AB. Y,
-Las personas del tipo B pueden recibir sangre de su mismo tipo y del grupo 0 pero no de las de los tipos A y AB. Y puede donar a los de su mismo tipo y a las de tipo AB.
Este descubrimiento le seráa recompensado a Karl Landsteiner con el Premio Nobel de Medicina y Fisiolog?a en 1930.
Cabe añadir que Landsteiner descubri? tres antúgenos más (M, N y P) similares a los antúgenos de los grupos A y B pero, a diferencia de éstos, su presencia en los gl?bulos rojos no supone la existencia en la sangre humana normal de aglutininas naturales. Y posteriormente otro en 1940 -junto a Alexander Salomon Wiener- que bautizar?a c**o antúgeno D o factor Rh (llamado así porque lo encontré en el suero de conejos inmunizados con sangre procedente de un mono de la especie Macacus Rhesus). Este antúgeno tiene su importancia cuando la madre no tiene el antúgeno y el padre sí ya que en el segundo embarazo los anticuerpos espec?ficos anti-Rh que desarrolla la madre pueden atravesar la placenta y provocar el aborto o una enfermedad hemol?tica en el recién nacido que cursa con ictericia: la temible eritroblastosis fetal. Finalizo diciendo que posteriormente se llegaráan a descubrir hasta 42 antúgenos distintos en los gl?bulos rojos si bien su incidencia es al parecer notablemente menor y no vamos por tanto a entrar a profundizar en ello.
Agregar?, por último, que los datos disponibles indican -de forma aproximada- que el 40% de los europeos posee sangre del tipo 0, otro 40% del tipo A, el 15% del tipo B y alrededor del 5% del tipo AB. ?
LA APORTACI?N DE JAMES D'ADAMO
c**o el lector habrá apreciado, la importancia de los antúgenos es evidente ya que provoca reacciones inmediatas en el organismo. Pues bien, hace casi tres dícadas un natur?pata llamado James D?Adamo se dio cuenta de que los tratamientos dietúticos que aconsejaba a sus pacientes no obtenían siempre los mismos resultados y se preguntó a qué podría deberse. Formado en la escuela naturista, su experiencia con los pacientes le llevar?a a percatarse sobre todo de que mientras la dieta vegetariana le sentaba estupendamente a algunas personas y su salud mejoraba a otras no parec?a hacerles apenas efecto y a algunas incluso les sentaba mal y empeoraban. Aquello le sorprendi? llevéndole a la conclusi?n evidente de que no a todas las personas les sienta bien el mismo tipo de alimentaci?n. E intuy? que c**o la sangre era la fuente principal de nutrici?n del organismo la respuesta podía estar en ella. Decidi? pues investigarlo y a lo largo de muchos años tomó notas para poder luego cotejarlas y buscar posibles pautas comunes. Y seráa de tan sencilla pero perseverante manera c**o llegaráa a darse cuenta de que el tipo de alimentaci?n estaba relacionado con los distintos tipos sanguíneos. Observ?, por ejemplo, que las personas de sangre tipo A responden mal a las dietas generosas en proteínas c?rnicas pero muy bien a las ricas en proteínas vegetales. Y que a esas mismas personas ni la leche ni sus derivados les iban bien. Es más, tambiénmejoraban con ejercicios leves c**o el yoga mientras los duros y din?micos les produc?an malestar. En cambio, a las personas de sangre tipo 0 les sentaba estupendamente la carne y los ejercicios más intensos. Y llegó a la conclusi?n de que, en efecto, el refr?n que dice "lo que es alimento para un hombre puede ser veneno para otro" encerraba una gran verdad.
Todas aquellas observaciones las recoger?a James D'Adamo en una obra titulada El alimento de un hombre (One Man?s Food) que vería la luz en 1980.
Seráa sin embargo su hijo Peter -quien estudiar?a tambiénNaturopatía si bien en el John Bastar College de Seatle (EEUU)- el que establecer?a ya esa conexi?n. Y lo hizo descubriendo en primer lugar que dos de las principales afecciones del estémago -la úlcera s?ptica y el c?ncer de estémago- se daba más en grupos sanguíneos concretos. La úlcera en las personas del tipo 0 y el c?ncer en las del tipo A.
Hasta que los datos acumulados le llevar?an finalmente a concluir que el tipo de sangre predispone a las personas a un tipo de alimentaci?n concreto y distinto en buena medida a las de otros tipos. E, incluso, que predispone más a unas enfermedades que a otras. Y no sólo eso: tambiéndescubrir?a que la salud depende, en mucha mayor medida de lo que la gente imagina, de la alimentaci?n. Es decir, que hay alimentos que actían positivamente en los organismos de las personas con un determinado tipo de sangre mientras en las personas de otros tipos son perjudiciales. Y no sólo eso: a su juicio una alimentaci?n no acorde con el tipo de sangre que se tiene es una de las principales causas del sobrepeso u obesidad de muchas personas... y la causa de que no logren adelgazar cuando lo intentan. Algo que sí conseguirían si dejaran de ingerir los alimentos perjudiciales para su tipo de sangre (recuerde el lector que hemos publicado ya en la revista varios reportajes sobre la dificultad que para adelgazar supone ingerir alimentos a los que uno es sensible o intolerante y que hoy ello puede determinarse con bastante exactitud mediante anal?ticas.
Dicho lo cual hay que aclarar desde ya que el propio autor deja claro que esas conexiones no son radicales. Es decir, no todos los organismos de las personas del mismo tipo son intolerantes a todos los alimentos ni el grado de sensibilidad es igual en todos al alimento al que son intolerantes. Las pautas generales que ofrece tras sus años de estudio clúnico son pues sólo orientativas. T?ngalo en cuenta. En todo caso, si desea profundizar en este tema sepa que encontraré las conclusiones de Peter D'Adamo publicadas en su obra Los grupos sanguíneos y la alimentaci?n (Ed. J. Vergara).
¿Y POR QUÉ OCURRE ASÍ?
Padre e hijo, obviamente, se preguntar?an por qué reacciona de forma tan diferente la sangre de unas personas con respecto a la de otras y a qué se debe la incompatibilidad manifiesta entre ellas en algunos casos. Su conclusi?n -que puede ser discutida- es la de que cada grupo sanguíneo es el resultado de un momento de la propia evoluci?n humana. Seg?n ellos, el grupo sanguíneo del tipo 0 -el más antiguo y extendido- tendría más de 40.000 años de existencia y proceder?a de los hombres del Cro-Magnon, cuya alimentaci?n se basaba en la caza y, por ende, en las proteínas de la carne.
El siguiente en aparecer habría sido el tipo A -entre 25.000 y 10.000 años- y apareció con las primeras sociedades agr?colas cuya alimentaci?n se basaba en el consumo de cereales y vegetales, procediendo especialmente de Asia y Oriente Medio.
El tipo B proceder?a de las montañas del Himalaya surgiendo hace aproximadamente entre 15.000 y 10.000 años siendo propio de los habitantes n?madas de las estepas asi?ticas.
En cuanto al tipo AB habría surgido de la mezcla entre caucasianos (A) y mongoles (B).
Pues bien, para los D'Adamo la reacci?n de cada uno de los tipos sanguíneos se debería a que la sangre guarda una especie de "memoria celular" que "recuerda" su ancestral tipo de alimentaci?n.
Ahora bien,¿por qué reacciona la sangre ante ciertos alimentos c**o si éstos fueran peligrosos enemigos a batir? Peter D'Adamo asegura que se debe a las lectinas de los alimentos. ¿Y qué son las lectin así Pues un tipo de proteínas cuyos antúgenos tambiénproducen la activaci?n del sistema inmune y, consecuentemente, el fen?meno de aglutinación en sangre del que hemos hablado al principio. Algunas hasta pueden producir la muerte instantánea en presencia de cantidades infinitesimales al convertir los gl?bulos rojos en co?gulos que obstruyen las arterias. Es el caso de la ricina que contienen las semillas de castor (Ricinus communis) aunque afortunadamente la mayoría de las lectinas de nuestra dieta no son tan peligrosas.
Y lo importante es que cada grupo sanguíneo reacciona de manera diferente ante ellas. Es decir, hay lectinas alimentarias -hablamos siempre generalizando- que son rechazadas por las personas de un tipo de sangre mientras no ocurre así con otros para los que incluso son beneficiosas.
En suma, ingerir alimentos que contienen lectinas incompatibles con nuestro grupo sanguíneo puede ocasionar diversas dolencias e impedirnos reducir el peso en caso de sobrepeso u obesidad. ¿Y cómo saber a qué alimentos somos intolerantes? Pues mediante un test de intolerancia alimentaria (remito al lector a los artúculos ya publicados al respecto) o sometióndose al denominado Test del Iindic?n. Se trata de un an?lisis que permite calcular la eliminación a través de la orina de indic?n, una sustancia del grupo quémico de los ?ndoles que se elimina por medio de las heces y la orina cuando el aparato gastrointestinal y el h?gado no consiguen digerir las lectinas de un alimento. c**o es obvio, cuando alguien consume alimentos ricos en lectinas incompatibles con su grupo sanguíneo se constatar? una mayor eliminación de indic?n al analizar la orina. Para Peter D'Adamo, si el test da un valor de 0 ? 1 no hay problema, si marca 2 o 3 hay algún problema y si la cifra alcanza 3 o 4 la situaci?n puede considerarse cr?tica.
ALIMENTOS BENEFICIOSOS, NEUTROS O DESACONSEJADOS
En suma, Peter D'Adamo clasifica los alimentos en relaci?n con los cuatro grupos sanguíneos en beneficiosos, neutros y desaconsejados. Los primeros son -en cada grupo sanguíneo- los que desarrollan un papel nutricional óptimo asegurando además una actividad antioxidante, antimutúgena y anticancer?gena. Podr?amos decir que son "alimentos medicinales". Los segundos llevan a cabo un papel meramente nutritivo. Y los terceros son los que contienen sustancias no digeribles para los individuos de un determinado grupo sanguíneo debido a sus lectinas espec?ficas porque provocan la reacci?n defensiva del sistema inmune que los aglutina para poder luego eliminarlos.
CARACTER?STICAS GENERALES DEL TIPO 0
Seg?n Peter D'Adamo las personas con sangre del tipo 0 presentan -siempre hablando en general- un sistema inmunitario potente y muy activo, tendencia a una actividad tiroidea lenta, dificultad de adaptaci?n a nuevas condiciones ambientales y nutricionales, bienestar con actividad f?sica o deportiva regular e intensa y un aparato digestivo muy eficiente capaz de metabolizar dietas ricas en proteínas (carnes magras, pescado y marisco). En cuanto a los alimentos que le son muy beneficiosos o perjudiciales puede encontrarlos el lector en el recuadro. Los que no figuran son considerados neutros pero, en general, las personas del tipo 0 deben:
1) Consumir frutas y verduras en abundancia pero reducir el consumo de las cruc?feras (coliflor, coles de Bruselas, berzas...) y las hortalizas de la familia de las solan?ceas (berenjenas, patatas, etc.) excepto los tomates
2) Consumir carnes magras equilibrando esa aportaci?n con verdura. Deben evitar sin embargo la carne de cerdo, los embutidos, las carnes en conserva y los alimentos en salaz?n.
3) Consumir pescado y marisco a excepci?n de pulpo, salm?n ahumado, arenques en salaz?n, caviar y pez gato así c**o el pescado salado, secado o en conserva.
4) Limitar o evitar el consumo de leche, l?cteos, quesos y huevos. Están en cambio permitidos la mantequilla, los quesos frescos magros y los quesos de soja.
5) Eliminar todo producto que contenga trigo y limitar los que llevan maíz y cereales.
6) Evitar las bebidas gaseosas, las colas y el café prefiriendo el tú.
7) Practicar alguna actividad f?sica de forma regular. Les van mejor los deportes competitivos que requieren intenso esfuerzo físico.

Cabe añadir que los alimentos que favorecen el aumento de peso en las personas del tipo 0 son el gluten del trigo, el maíz, las judías, las lentejas y las cruc?feras (coles, coliflor y coles de Bruselas). Por el contrario, favorecen la p?rdida de peso las algas marinas, la sal yodada (de forma muy moderada), los pescados y mariscos, la carne de h?gado, las espinacas y el brócoli.
CARACTER?STICAS GENERALES DEL TIPO A
Las personas con sangre del tipo A presentan según D'Adamo -hablando en general, insistimos- un sistema inmunitario vulnerable, una buena adaptaci?n a condiciones ambientales y nutritivas estables, bienestar con una actividad f?sica o deportiva relajante, un aparato digestivo fr?gil que tolera mal la carne, la harina de trigo, la leche y los l?cteos, y al que le va mejor una dieta vegetariana rica en cereales y legumbres.
Las personas del tipo A deberían pues:
1) Basar su dieta en el consumo de fruta, cereales, legumbres y verduras.
2) Consumir pescado sólo en pequeñas cantidades (carpa, mero, bacalao, merluza, salm?n, sardina, trucha) excluyendo los pescados planos c**o el lenguado y la platija.
3) Limitar o evitar el consumo de carne pero evitando los embutidos, las carnes -especialmente si están en conserva- y los alimentos salados o ahumados (embutidos, carnes en conserva, alimentos en salaz?n...).
4) Evitar el consumo de leche y productos l?cteos. En cambio, la soja y sus derivados le son particularmente beneficiosos.
5) No consumir alimentos precocinados.
6) Consumir de forma habitual semillas oleaginosas y frutos secos pero evitando las nueces brasileñas y los pistachos.
7) Reducir el consumo de productos a base de harina de trigo.

9) Utilizar en caso de malestar productos fitoterap?uticos o infusiones de manzanilla, cardo mariano, equin?cea, valeriana,éloe, bardana y espino albar pero evitar la barba de maíz y el ruibarbo.
Cabe agregar que los alimentos que favorecen el aumento de peso en las personas del tipo A son las carnes, los alimentos l?cteos, las habas y el exceso de trigo favoreciendo el adelgazamiento los vegetales, los aceites vegetales, la soja y la piña.
CARACTER?STICAS GENERALES DEL TIPO B
Las personas con sangre del tipo B presentan según D'Adamo un sistema inmunitario activo, facilidad de adaptaci?n ambiental y nutricional, bienestar con actividades f?sicas o deportivas moderadas y equilibradas, y un aparato digestivo eficiente que le permite seguir una dieta variada y equilibrada con leche y l?cteos pero que posee poca tolerancia a los embutidos, la carne de cerdo, el marisco, las semillas y los frutos secos.
Las normas generales a seguir por las personas del tipo B seráan:
1) Llevar una dieta variada y equilibrada.
2) Consumir abundantes frutas y hortalizas de hoja verde.
3) Consumir carnes magras pero evitando las de pollo y cerdo así c**o los embutidos.
4) Consumir pescado pero evitar los mariscos. No se recomiendan las gambas, los cangrejos, la langosta, los mejillones, las ostras, las almejas, el pulpo, las anchoas, la anguila y los caracoles.
5) Consumir huevos, leche y productos l?cteos (es el único que los tolera bien).
6) Limitar los productos a base de trigo y maíz.
7) Limitar el consumo de semillas y frutos secos.

9) Utilizar en caso de malestar productos fitoterap?uticos o infusiones de salvia, menta, ginseng, eleuterococo o regaliz pero evitar las de tila, l?pulo, ruibarbo,éloe, barba de maíz y alholva.
En cuanto a los alimentos que favorecen el aumento de peso en las personas del tipo B son el maíz, las lentejas, los cacahuetes, las semillas de s?samo, el trigo y el trigo sarraceno favoreciendo el adelgazamiento los vegetales de hoja verde, el tú de palo dulce, la carne -especialmente la de h?gado-, los huevos y los l?cteos.
CARACTER?STICAS GENERALES DEL TIPO AB
Las personas con sangre del tipo AB presentan según D'Adamo un sistema inmunitario vulnerable, facilidad de adaptaci?n a las condiciones de vida modernas, bienestar con una actividad f?sica o deportiva relajante que exija esfuerzos moderados y un aparato digestivo fr?gil que precisa una dieta mixta moderada y tolera mal las carnes rojas, la pasta, las alubias y los frutos secos.
Las normas generales a seguir por las personas del tipo B seráan:
1) Limitar el consumo de carnes rojas y evitar las carnes en conserva o ahumadas así c**o los embutidos.
2) Consumir pescado y marisco pero evitando la langosta, las gambas, los cangrejos, las ostras, las almejas, el pulpo, la lubina, las anchoas y la anguila.
3) Evitar el consumo de productos a base de harina de trigo y limitar el consumo de pasta.
4) Consumir leche, l?cteos y quesos... salvo cuando al hacerlo haya producci?n excesiva de moco con afecciones de las vaas altas respiratorias. En tal caso deben suprimirse.
5) Consumir frutas -especialmente ciruelas, uvas, piña y frutas del bosque- y hortalizas en abundancia -sobre todo tomate-.
6) Preferir las grasas vegetales -primando el aceite de oliva- pero evitar el vinagre.
7) Eliminar los encurtidos y la pimienta.

9) En caso de malestar utilizar productos fitoterap?uticos o infusiones de manzanilla, cardo mariano, equin?cea, eleuterococo, regaliz o espino blanco pero evitar las de tila, l?pulo,éloe, barba de maíz, alholva y ruibarbo.
Terminamos comentando que los alimentos que favorecen según Peter D'Adamo el aumento de peso en las personas del tipo AB son las carnes rojas, el maíz, el trigo, el trigo sarraceno, las alubias, las judías y las semillas de s?samo mientras favorecen el adelgazamiento las verduras, las algas marinas, los pescados, los l?cteos, la piña y el tofu.
CONCLUSI?N
Hasta aquí un breve resumen de lo expuesto por los D'Adamo -padre e hijo-. Sólo nos resta apuntar que a nuestro juicio la generalizaci?n propuesta es demasiado amplia y probablemente no responda a la realidad individual aunque sí pueda reflejar las "tendencias". Por otra parte, el Test Indic?n permite saber si tenemos problemas con los alimentos pero no conocer cuáles son concretamente los que nuestro organismo rechaza activando las defensas del sistema inmune. Sin embargo, los actuales tests de intolerancia o sensibilidad alimentaria sí los detectan por lo que lo más adecuado es someterse a ellos. Una posibilidad, por cierto, a la que debería optar toda aquella persona a la que se le ha diagnosticado una enfermedad autoinmune. Es muy posible que mejoren simplemente eliminando los alimentos a los que su organismo reacciona con virulencia.





