el sol de medio día era absorbido por mi pelaje oscuro y la sed se hacía insoportable,
c**o siempre sin rumbo comenc? a subir un camino asfaltado,
creí escuchar el sonido del agua y me dispuse a cruzar la calle.
Todos los pensamientos fueron arrancados de mi mente,
un fuerte golpe hizo que rodara sobre mi cuerpo,
quise levantarme creí que me buscaba y trate de incorporarme una vez más, no había nadie,
solo estaba so?ando, al terminar la tarde estaba demasiado díbil para incorporarme,
entraba de rato en rato en largos sueños que trajeron a mi mente los días felices,
mi madre, mis hermanos, mi nueva casa, los niños que jugaban conmigo,
una vida sin problemas.
Un día por algún motivo todos se fueron, se llevaron lo muebles,
las plantas y la casa quedé vacía.
Vi muchas lágrimas en los niños cuando se despidieron de mi
y yo no entendí nada de lo que pasaba.
c**o siempre los acompañaba, corr? detr?s del camión para despedirlos,
esa noche los esperé hasta tarde,
c**o no llegaban y hacía demasiado frío comenc? a rascar la puerta y nadie me abrió,
pasaron muchos días esperando,
di vueltas por el barrio en busca de comida y aprend? a sobrevivir de basura,
los golpes y el desprecio se hicieron cotidianos junto al hambre,
la sed y el frío un frío tan intenso c**o el que comenzaba a sentir ahora,
junto con el dolor que no me dejaba descansar.
El silencio de la noche era interrumpido por las luces de los veh?culos que pasaban muy cerca mío c**o si no existiera,
al llegar la madrugada sentú un dulce calor en el cuerpo,
una sensaci?n de abrigo que cogía mi vida del frío pavimento,
supe que no los volvería a ver que era hora de partir,
tal vez a un lugar mejor,
y mi mente se volvi? a preguntar lo que había estado presente todo este largo día:
DONDE ESTABAS T? CUANDO YO ESTABA HERIDO?.
