Mensaje
por Thera » Mié 12 Sep 2007 16:02
He visto el post de una forera que anuncia que se casa, y me ha dado una envídia y una tristeza tremenda leer como otras la animaban y le contaba cómo les habia ido la suya. Aunque le deseo que sea muy feliz, no voy a contestar a su post porque lo mio desentonaría mucho.
¿Que les voy a contar? Que yo quise hacer mi cama porque en el pueblo de mi suegra existe la costumbre de hacerla las mujeres de la familia y no se admiten viudas ni separadas para que no den mala suerte a la pareja. Se supone que si te hacen la cama de matrimonio, tu vida sexual se parecerá a la de las personas que te la preparen. Cuando yo la tenía lista, vino muy sigilosa LMM, le levantó una esquina y la colcha, y luego la volvió a colocar, alisandola. Y el resultado es que es igualita conmigo que su LMM con ella.
¿Que les voy a contar? que cuando JALAGRAN se enteró que nos ibamos a vivir juntos y a lo mejor nos casabamos, se dio toda la prisa del mundo en casarse ella antes, y procuró gastar hasta la última peseta disponible para que no quedara nada para nosotros.
Que me sabotearon el vestido ya lo conté antes.
Que todo el tiempo que estuve preparando la mia estuve oyendo alabanzas a la de JALAGRAN, mientras para mí se acumulaba mezquindad tras mezquindad, como lo de los pendientes.
Y yo pasaba de todo pensando que lo importante eramos nosotros como pareja... y sólo conseguí una tremenda colección de recuerdos amargos.
Yo no pude invitar a mis amigas...porque no tenía. Entre vivir encerrada por culpa de la fascinación por la cultura islámica de mi padre, y que por comodidad e indiferencia, mi novio no habia admitido en su circulo a ninguna de mis amistades cuando nos conocimos, estaba mas sola que la una. De testigos ejercieron principe consorte y la novia de un compañero de trabajo del novio con los que habiamos tomado algo alguna vez.
Video y fotos si tuve, de uno que estaba con la camara en la puerta del juzgado a ver si caia algo. Fue barato, y la calidad a juego con el precio.
El convite: Nosotros no estabamos en situación de pagar una gran fiesta, ni teniamos intención de preparar algo grande a cargo de la familia porque nos daba cargo de conciencia después de la ruinera que habia sido para ellos el bodorrio de JALAGRAN. Nuestra primera intención fue no hacer ninguna celebración, como mucho, la familia directa y poco más. Al fin y al cabo, lo que a nosotros nos importaba es que después de 10 años juntos nos habiamos decidido.
De parte de mi familia, sólo vino una tia mia, hermana de mi padre y su marido. En cambio de la parte de mi suegro, como él queria invitar a sus hermanos, sobrinos y demás parentela, vinieron unos 20. Cuando os oigo hablar de bodas "intimas" con 100 ó 180 personas, alucino. Yo no conocía a casi nadie, a quien más, de haberlo visto una sola vez. Encima delante nuestro nos colocaron a dos criajos cabezones en la edad del pavo que se pasaron todo el rato cuchicheando entre ellos. Supongo; por las expresiones de sus caras y sus guiños, que fantaseando sobre la noche de bodas.¡uf!
El convite fue tristísimo, al menos para mí.
El sitio que eligieron, una terraza cubierta en un restarurante en la sierra, era un derribo, todo llenos de polvo porque estaban en obras. La tarta que trajeron no se parecía en nada a la que yo pedí, para colmo la emborracharon con un licor que no me gusta nada sin preguntar. El menú, de tan típico y castizo, resultó cutre y pobre. Vamos, cualquier dia en casa, como mejor y mas sano. Las conversaciones sólamente giraron en torno a la boda de JALAGRAN, lo vistoso que habia sido todo, lo bonita que iba, lo bien que se lo pasaron....todo entre mis suegros y los suyos, los demás estabamos en silencio al otro lado de la mesa.
No hubo música, Jalagran puso el radiocasete del coche y abrió el baile con el novio de una prima suya (con la que se dedicaba al intercambio de parejas) Yo no me moví de la silla. ¿Para qué?
Normalmente. el piso superior de la tarta es para los novios. A final del "banquete", pedimos una caja para guardarlo, y LMM se ofreció a hacerlo ella, y lo destrozó. Y cuando ya casi estaban todas las migajas en la caja, me puso entre la espada y la pared, pidiéndomelo para que se lo diera para una vieja que habia metido en su casa. que no era nada suyo, pero que quedaba como una santa ante el vecindario recogiendola. Aunque la vieja les estaba haciendo pasar las de caín porque como persona era mas mala que un dolor.
Nos hicieron todas las putadas típicas de su pueblo a los recién casados, gracias precisamente a tener llave de mi casa, esa que decian que no existia.
Y a la noche organizaron otra reunión, ya sólamente con la familia del novio, que fue una segunda edición de todo lo anterior.